The Wall Street Journal acusa a Zapatero de dividir España con una política sectaria

LIBRTAD DIGITAL. Lunes, 12.03.2007

En su editorial firmado por Matthew Kaminiski y titulado: "El legado del terror en España", The Wall Street Journal analiza con dureza la España de Zapatero a propósito del tercer aniversario del 11-M y la excarcelación de De Juana Chaos. Le adjudica la división de España de una forma "sectaria" y le acusa de provocar una masiva protesta ciudadana –"dos millones"– por su "débil" política anti-ETA. Sobre las reformas estatutarias dice que podrían ser la "primera piedra" para "la ruptura de España". También le acusa de criminalizar la derecha como "fascista" y de permitir que el terror dañe la "credibilidad española y de sus instituciones". Kaminiski concluye que España no puede "asumir más accidentes" como Zapatero.

Matthew Kaminski atribuye "el nerviosismo" actual de España a su "líder". Quien firma el editorial del prestigioso diario norteamericano se reafirma en la idea de que Zapatero con "un expediente académico y político poco distinguido, un mínimo bagaje internacional y ningún idioma extranjero" es un "presidente por accidente" y que "ni los socialistas pensaban que iba a ganar". Es por todo ello porque Kaminski cree que  "el país puede difícilmente permitirse más accidentes".  

El autor, miembro del consejo editorial del WSJ, acusa a Zapatero de alentar a Cataluña y el País Vasco, regiones "ampliamente descentralizadas", a buscar "nuevos acuerdos de autonomía" que cuestionan el "orden constitucional" y que podría suponer la "primera piedra" para una "ruptura de España". Con la intención "completar la imagen de un estado dividido", dice que Zapatero ha abierto las heridas de la "horrible" guerra civil y que "abiertamente hace política con la historia". Pone como ejemplos la retirada de las estatuas de Franco con trato de "ceremonia" y el ataque del "clero" y la "burguesía", los "enemigos de la II República".    

Sobre el ambiente que se vive en España, Kaminski recoge las opiniones de Hermann Tertsch, columnista de El País. Éste dice que desde que el señor Zapatero es presidente del Gobierno –y en realidad desde los atentados– "hemos visto el surgimiento de dos Españas". Agrega que el ambiente es "muy muy tenso" cercano a la "confrontación real". Al ser preguntado sobre si ésta podría ser violenta, Tertsch responde que "cualquier cosa podría pasar". Respecto a este asunto reesribe comentarios que le hizo Aznar al asegurándole que el peligro de España era la "balcanización del país". El ex presidente se preguntó ante el autor del artículo por qué Zapatero había apostado por "arriesgar todo, cuando las cosas estaban yendo tan bien".

Kaminski critica que "una de las economías más dinámicas de Europa y una exitosa nueva democracia" pueda llevarse por estos derroteros y aunque pueda parecer una "exageración" asegura que no son sólo los "anti-Zapatero"  los que "vociferan esta ansiedad" que últimamente, en su opinión, se "refleja en el serio daño que el terrorismo ha causado en la confianza de España y a sus instituciones".  

El escritor compara al principio de su artículo las reacciones de la sociedad americana y la española tras haber sufrido sendos atentados terroristas y lamenta que mientras EEUU "se unificó"; España se "dividió" de forma "sectaria". Denuncia la utilización electoral de la "izquierda" y los "socialistas antiamericanos" que "rápidamente" divulgó la idea de que el atentado se debía a la intervención de Iraq.  "Los arquitectos islamistas no podrían haber soñado un mejor resultado en su golpe tres días antes de las encuestas".    

Para Kaminski la carga emocional del 11-M pudo notarse un día antes de los "sobrios" actos del aniversario de este domingo y con la gran manifestación convocada por el PP en contra de la "débil" postura del Gobierno socialista frente al terrorismo, en especial después de la excarcelación del etarra De Juana Chaos. Menciona además a José María Aznar para quien la actitud del Gobierno en este caso demuestra "una actitud cobarde y falta de dignidad". Recoge en su artículo el contraataque socialista que acusa al Ejecutivo de Aznar de "hipócrita" por haber liberado a presos de ETA; pero indica que desde la redacción de WSJ se ha intentado entrevistar al Rodríguez Zapatero sobre esta cuestión y él lo "ha rechazado".   Se hace eco también de la inquietud de la sociedad española sobre el Once de Marzo pues, en su opinión, "resulta difícil aceptar" que el actual ambiente de tensión en una nación tan antigua como España tenga su origen en "una docena" de descendientes de marroquíes que obtuvieron dinero de la venta de "hachís para fabricar bombas caseras". Por eso –dice– abundan "teorías conspirativas": "parte apunta la participación de ETA", o "la de los servicios secretos marroquíes" para forzar un cambio de gobierno más afín, o incluso de que se trate de "un golpe de Estado de izquierdas". También recoge "explicaciones más inocentes" que se basan en que un trabajo policial chapucero ha entorpecido las investigaciones y ha dejado a los españoles preguntándose quienes son los verdaderos culpables, sin que los partidos políticos hayan colaborado en dilucidar las dudas.

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(13-12-06) The New York Times destaca que el Gobierno de Zapatero está dando un giro radical a la izquierda

El periódico The New York Times publica en su última edición un artículo sobre el "giro a la izquierda" que ha dado el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Para el corresponsal Renwick McLean, la actual política gubernamental está provocando grietas en un país dominado durante mucho tiempo por el conservadurismo. Por su política, sostiene McLean, el presidente mantiene un enfrentamiento permanente con la iglesia católica y con la oposición. El diario explica que Zapatero ha roto la tradicional moderación adoptada por los anteriores gobiernos socialistas, rompiendo los consensos básicos y provocando una profunda división en la sociedad española.

Para el corresponsal del periódico estadounidense The New York Times, Renwick McLean, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero está usando su capital político para encabezar reformas políticas y sociales ampliamente identificadas como de izquierda. El resultado inmediato, afirma en texto firmado en Madrid bajo el título "El líder arrastra a España hacia la izquierda, rechazando los llamamientos a una moderación", es la apertura de grietas profundas en un país que durante mucho tiempo ha sido dominado por el conservadurismo religioso.  

El reportero destaca que Zapatero está prescindiendo de la moderación previo que caracterizó a los anteriores gobiernos socialistas que consideraron crucial mantener la estabilidad política antes de encabezar reformas. Así y por ejemplo, destaca que el presidente ha eliminado todas las distinciones legales entre las uniones heretosexuales y homosexuales provocando el enfrentamiento entre la iglesia católica y el Estado. Subraya, también, que ha ampliado los derechos y el acceso al poder de la mujer en una sociedad que tradicionalmente los restringió.  

Sin embargo, dice que muchos sectores de la población están preocupados porque Zapatero se ha movido "demasiado lejos y demasiado rápido". Esas medidas, de acuerdo con Emilio Lamo de Espinosa, fundador del Real Instituto Elcano, ha provocado que sólo esté gobernando para una "mitad" de España y continuamente se esté enfrentando a la otra. "Eso es arriesgado", dijo. El presidente, acota el redactor, ha rechazado sugerencias que vayan en contra de su política.  

McLean dice que la opinión pública, a la que identifica con una tendencia a la centro izquierda, mayor que en cualquier otro país de Europa, le respalda. El director de comunicación de Zapatero, Fernando Moraleda, dice que "cuando la gente le dice que va demasiado rápido, él (Zapatero) dice: "vayan y pregúntenle a parejas homosexuales u otros grupos a los que se les ha denegado sus derechos si yo voy demasiado rápido".  

En ese panorama, el corresponsal resalta que treinta años después del fin de una dictadura, España aún  lleva a cuestas una división ideológica provocada por la Guerra Civil que en la actualidad puede provocar inestabilidad política. Por ello, explica McLean, los críticos de Zapatero argumentan que el presidente tiene la obligación de dejar de "polarizar las agendas" y gobernar menos hacia la izquierda.  

Esa característica del Gobierno, dice al corresponsal Ignacio Astarloa, secretario de Libertades y Justicia del PP, "es el gran error de Zapatero" porque "esta destruyendo los consensos creados durante la democracia". Recuerda que los anteriores gobiernos socialistas adoptaron agendas "moderadas" con el objetivo de mantener la cohesión social establecida durante la transición a la democracia. Para el presidente, establece el reportero, esa moderación ya no es necesaria porque, desde su perspectiva, actualmente la sociedad española es estable y democráticamente avanzada.  

Por lo tanto, resume, Zapatero está dispuesto a desafiar a la iglesia católica, con la legalización del matrimonio homosexual y agilizando los trámites de divorcio, además de presentar al Congreso de los Diputados una iniciativa para condenar la dictadura franquista, honrando al bando republicano, tomando así partido por uno de los bandos enfrentados aún en la actualidad.  Otro punto polémico, destaca el texto del The New York Times, es la decisión de Zapatero de apoyar la concesión de mayor autonomía a Cataluña y al País Vasco, ambas con importantes aspiraciones separatistas. El presidente niega, dice el corresponsal, las acusaciones que le profieren sus detractores de estar coqueteando con la desintegración de España.

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(25-11-04) Durísimo editorial de The Wall Street Journal contra Zapatero: "Presidente por accidente"
"APACIGUA TERRORISTAS Y SE HACE AMIGO DE DICTADORES"

En el PSOE han mostrado su satisfacción por los resultados del encuentro entre los Reyes y el presidente de EEUU, George Bush. Sin embargo, esta escenificación planteada desde Moncloa de un supuesto acercamiento entre EEUU y el Gobierno de Zapatero ha tenido un borrón en la prensa. Así se recoge en el editorial del prestigioso diario The Wall Street Journal: "Presidente por accidente".

La secretaria socialista de Relaciones Internacionales, Trinidad Jiménez, ha asegurado que la visita que realizaron los Reyes al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha sido "extraordinariamente positiva" para los intereses de España y para fortalecer la relación entre los dos países. Sin embargo, este acercamiento a la Administración norteamericana que ha querido escenificar el PSOE ha encontrado un borrón importante en la prensa nortemaricana.

Varios diarios estadounidenses se hacen eco del almuerzo en el que participaron en Crawford (Texas) los Reyes de España, invitados por el presidente George W. Bush y su esposa Laura y lo califican de gesto de acercamiento a España. No obstante, todos ellos recuerdan la frialdad de su relaciones con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, desde su decisión de retirar las tropas españolas de Irak.

"Volver a la lista de amigos y familiares del presidente puede llevar un tiempo, como tuvo ocasión de comprobar el canciller alemán Gerhard Schroeder, que después de emprender una campaña de reelección antiamericana en 2002 estuvo 'congelado' por Bush 17 meses", recuerda The Washington Post', que califica de "desaire" a Zapatero la invitación a Aznar. Para Los Angeles Times, el Rey de España no tiene un papel más "ceremonial" que político, pero añade que tanto él como la Reina "actúan como emisarios nacionales y embajadores de buena voluntad". Bush, dice por su parte el Nuevo Herald de Miami, dio a los Reyes "una cálida bienvenida".

Además, este mismo jueves, el prestigioso diario económico The Wall Street Journal en su edición europea, uno de los más leídos en Estados Unidos, incluye en su edición uno de los editoriales más duros que se han escrito contra José Luis Rodríguez Zapatero: "The Accidental Prime Minister". El editorialista recuerda una de las célebres frases de ZP, "no quiero ser un gran líder", para comenzar un texto en el que señala que "Zapatero, tras nueve meses de gestión, ha demostrado que aquella frase fue un sonado éxito".

El diario critica la retirada de tropas españolas de Irak y dice que el abandono ordenado por Zapatero "la pasada primavera es una perfecta nota de agradecimiento a los terroristas que hicieron explotar los trenes de Madrid el 11 de marzo y que "lo empujaron, inesperadamente" a la Presidencia del Gobierno. The Wall Street Journal recuerda que "en contra de las acusaciones socialistas al anterior gobierno de exponer a España al terrorismo, ahora sabemos que los atentados del 11-M fueron planeados antes de la guerra de Irak".

No olvidan las "burlas antiamericanas"

Además, el periódico más influyente en el mundo económico no olvida "las implacables ráfagas de burlas antiamericanas" que incluso habrían "desagradado a los diplomáticos de Francia y Alemania". The Wall Street Journal recuerda que Zapatero ha instado a las fuerzas de la coalición a abandonar en "dos ocasiones" y el editorialista ironiza con que "de alguna manera (Zapatero) aún esperaba que Bush le devolviera sus llamadas".

"Sería tentador restarles valor si fueran equivocaciones fruto de un primer ministro inexperto que, con el tiempo, se habría de volver más sabio, pero la política de Zapatero parece más bien fruto de la ideología y no de la inexperiencia, algo que resulta difícil de cambiar".

"Apacigua a terroristas y se hace amigo de dictadores"

"Los españoles están en su derecho de preguntar qué obtienen de un líder que apacigua a terroristas, se hace amigo de dictadores y echa por tierra la posición internacional de España", dice The Wall Street Journal, que también hace mención a las acusaciones de Miguel Ángel Moratinos sobre el supuesto apoyo de Aznar al golpe contra Chávez y las ofensas a los disidentes cubanos. "Esta extendida opinión ayudaría a explicar, según el rotativo, las afinidades del jefe del Ejecutivo español con los últimos bastiones que quedan del socialismo en Latinoamérica", ámbito en el que señala que España está "presionando fuerte" para que se levanten las sanciones de la Unión Europea contra Cuba "aparentemente" para fomentar las reformas en la isla. Si el comienzo del editorial no era alentador, más tétrico resulta el final del texto: "Habrá cuatro largos y oscuros años en la Península Ibérica".