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USA gana dinero con el rescate masivo de 2008, pero la Administración de Obama sigue reteniendo las inmobiliarias Fannie Mae y Freddie Mac nacionalizadas por Bush
DN Colpisa. Washington 2/03/2014
La agencia hipotecaria Fannie Mae es el último
ejemplo de lo que inicialmente parecía del todo imposible pero
que se ha acabado cumpliendo: el Gobierno de Estados Unidos ha
recuperado casi la práctica totalidad de las ayudas públicas
que otorgó tras el estallido de la crisis económica en 2008 y,
en algunos casos, ha ganado incluso dinero. El polémico rescate
masivo que impulsó la Administración de George Bush
en septiembre y octubre de ese año -que fue duramente criticado
por muchos sectores políticos y económicos que vaticinaban que
supondría un enorme despilfarro de dinero de los contribuyentes-
ha acabado resultando un éxito en mayúsculas, que seguramente
será estudiado como modelo ante futuras crisis.
La semana pasada Fannie Mae -que fue rescatada
junto a su rival Freddie Mac poco antes del
derrumbe del banco de inversión Lehman Brothers, que
desencadenó un terremoto mundial- anunció que ambas agencias
devolverán al departamento del Tesoro unos 192.500 millones de
dólares (alrededor de 140.000 millones de euros), por encima de
los 187.500 millones de dólares (137.000 millones de euros) que
recibieron de auxilio. Es decir, el contribuyente norteamericano
ha ganado dinero con la operación. Ambas agencias paraestatales están
obligadas a dar al Estado todas sus ganancias, lo que
explica que el retorno sea superior a la inyección recibida.
La Administración Bush decidió rescatar y nacionalizar ambas
entidades cuando ya eran más que evidentes los primeros
síntomas del estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis de
las hipotecas subprime. Tanto Fannie Mae como
Freddie Mac participaron en la especulación inmobiliaria al
otorgar hipotecas a colectivos de riesgo que no tenían medios de
devolver los préstamos a tiempo. Hipotecas como estas fueron las
que luego muchos bancos empaquetaron como producto de inversión.
Ahora, sin embargo, las cosas les van mucho
mejor. Fannie Mae obtuvo en 2013 el mayor beneficio en sus casi
ocho décadas de existencia, con unas ganancias de 4.700 millones
de euros, gracias a la recuperación del mercado inmobiliario.
Esta elevada rentabilidad ha enfurecido a sus competidores
privados, que hace meses que reclaman al Gobierno estadounidense
que se salga de las agencias y las privatice. Pero de momento no
hay ningún plan de hacerlo a corto plazo y se prevé que lleve
tiempo, pues se debería de impulsar un cambio legislativo que
reciba el visto bueno del Congreso. El pasado jueves, 27.02.2014,
la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen,
se sumó a esas voces y abogó por avanzar en la entrada del
capital privado.
Pero este es un caso excepcional. El resto de entidades que
fueron nacionalizadas por la Administración de EE UU tras la
crisis del 2008 ya han vuelto a manos privadas. Es el caso, por
ejemplo, de la aseguradora AIG o la automovilística General
Motors, que fueron auxiliadas porque se consideraron demasiado
grandes para caer. A principios de diciembre el Departamento del
Tesoro vendió su último paquete de acciones (2,2%) del
fabricante de coches, una operación en la que registró
pérdidas. De los 49.500 millones de dólares (35.800 millones de
euros) que inyectó en General Motors, el Gobierno perdió unos
10.500 millones de dólares (7.600 millones de euros). Un hecho
que minimizó el secretario del Tesoro, Jack Lew: "Si no
hubiéramos actuado, el coste habría sido sustancial, en
términos de empleos perdidos, pérdida de ingresos fiscales y
menor producción económica", sostuvo.
En cambio, la Administración ganó dinero con el rescate a AIG.
En diciembre de 2012 se vendió su último paquete en la
aseguradora. No solo recuperó la totalidad de los 182.000
millones de dólares (130.000 millones de euros) inyectados, sino
que se llevó un beneficio extra de 22.700 millones de dólares (16.400
millones de euros).
Excepto las ayudas a Fannie Mae y Freddie Mac, el resto de
rescates al sector financiero, automovilístico y asegurador los
pagó un fondo especialmente constituido para ese fin por la
Administración Bush, llamado TARP. Más de
cinco años después de su constitución, de los 422.000
millones de dólares (305.000 millones de euros)
prestados por el TARP, el Estado ha recuperado el 98,9%. Si a
esta cifra se le suman unas pequeñas ayudas a AIG que no
salieron de este fondo, el Tesoro esgrime que el resultado de la
operación es positivo, con una recuperación del 103%,
hasta los 435.000 millones de dólares (315.000
millones de euros).