La bancarrota ZP...
La crisis económica iniciada
en 2007
Trichet dice que sin ayuda habrían desaparecido todos los bancos y que la crisis se inició en 2004 cuando Francia y Alemania violaron el Pacto de Estabilidad
DN AGENCIAS. Berlín (Alemania) Sábado, 19 de junio de 2010
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), el francés Jean-Claude Trichet, ha criticado con suma dureza a los institutos bancarios por su comportamiento tras la crisis financiera.
"Habrían desaparecido todos si no los hubiéramos rescatado. Lo tuvimos ante los ojos", afirma Trichet en declaraciones adelantadas hoy por el dominical alemán "Welt am Sonntag", en las que subraya su incomprensión ante el hecho de que muchos ejecutivos crean que pueden actuar como antes de la ruina de Lehman en otoño de 2008.
El presidente del BCE critica especialmente los excesivos salarios, bonificaciones y beneficios alcanzados a corto plazo sin relación con la economía real, que "no concuerdan con nuestros valores democráticos fundamentales".
Asimismo defiende la decisión del BCE del 9 de mayo de 2010, fuertemente criticada por Alemania, de adquirir deuda pública de países en crisis como Grecia, Portugal o Irlanda.
"La situación era demasiado dramática. Europa era en ese momento el epicentro de la crisis", explica Trichet a los reporteros del rotativo dominical que le acompañaron en su trabajo a lo largo de varias jornadas.
Trichet considera que los gobiernos alemán y francés tienen una apreciable responsabilidad en la crisis financiera de los Estados, que, explica, se inició hace seis años cuando Francia y Alemania violaron el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
"Me hubiese gustado que la opinión pública alemana hubiese reaccionado con la misma indignación ante la ruptura del Pacto de Estabilidad en 2004 como ante nuestra decisión de comprar deuda pública. Los gobiernos fueron extremadamente poco fiables durante meses y años", señala finalmente Trichet.
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La deuda española desata la guerra entre bancos galos y alemanes en el BCE
LIBERTAD DIGITAL 2010-06-19
En las últimas semanas ha sido noticia que el BCE está acaparando las emisiones de deuda europea y comprando activos dudosos a bancos en problemas. Ahora, además, se comenta la lucha desatada en el organismo entre los partidarios y los contrarios a este tipo de medidas.
En estos momentos, en la eurozona, hay dos grandes problemas de solvencia y credibilidad. El primero afecta a algunos de los estados del sur de Europa -principalmente España, junto a Portugal y Grecia- que no son capaces de colocar su deuda en los mercados a un buen precio. El segundo lo sufren aquellas entidades bancarias sospechosas de tener balances de baja calidad, que no logran encontrar prestamistas.
Ante esta situación, muchos miran al Banco Central Europeo (BCE) como el salvavidas que puede sostener a los agentes en problemas. Eso sí, con cargo al bolsillo de los contribuyentes europeos, que serían los que soportarían el riesgo de estas compras del organismo presidido por Jean-Claude Trichet. Y esta lucha se ha desatado ahora entre aquellos que creen que debe dar un paso más y comprar incluso más bonos públicos para calmar a los mercados, y aquellos que piensan que monetizar deuda supondría una devaluación de facto del euro, una pérdida de poder adquisitivo de los europeos y un riesgo de generar inflación en la eurozona.
Según informa Ambrose Evans-Pritchard en su página del Telegraph, la agencia de calificación Fitch habría pedido al BCE que comprase cientos de miles de millones de euros para controlar la crisis de la deuda. El problema es que los miembros alemanes del BCE estarían bloqueando esta iniciativa. La noticia reconoce que comprar bonos de países en dificultades implica un coste político, puesto que permite que los bancos trasladen al contribuyente europeo su basura.
En estas circunstancias, se habría recrudecido la lucha entre bancos franceses y alemanes por influir en la política del BCE. Los primeros estarían presionando para que Trichet mantuviese la política de compra de deuda de forma masiva, mientras que los segundos querrían detener (o minimizar) estas adquisiciones.
Además, según esta misma información, las entidades germanas habrían llegado a un acuerdo de caballeros para mantener sus activos de mala calidad y no pasárselos al organismo de Trichet. Algo en lo que no estarían colaborando los bancos franceses, que estarían colándole al BCE toda la basura que pudieran.
Desde el organismo regulador, se asegura que no es correcto asumir que son los únicos compradores de la deuda, aunque también admiten que seguirán comprándola hasta que la situación se estabilice.
Y en mitad de toda esta polémica se sitúa España que es vista como la clave de la estabilización o la caída de toda la eurozona. En este sentido, tanto las cuentas públicas como las finanzas de los bancos españoles preocupan a los inversores europeos. Evans-Pritchard cita a Silvio Peruzzo, del RBS, que asegura que el sistema financiero español está en el corazón de la tormenta, pudiendo provocar una parada súbita si no pueden afrontar sus obligaciones.
Tout va tres bien madame la marquise El número total de parados en España
al final del año 2005 alcanzó 1,9 millones de personas,
con lo que la tasa de paro se situó en el 9,2 por ciento
de la población activa. Al final de 2011
en España se llegó a 5 millones de parados,
que son el 21'%, cuando en Francia estaban en el 9'5% y
en Alemania en el 6'8%. Rodríguez Zapatero (2004 -2011) duplicó el paro y aumentó el número de parados en 2'24 millones |