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Tijon evkunov metropolita ortodoxo de Pskov
P.J.G./ReL/AsiaNews 17 mayo 2018 https://www.religionenlibertad.com/tijon-muy-conservador-iglesia-ortodoxa-rusa-64433.htm
Vladimir Rozanskij analiza en AsiaNews el
nombramiento de Tijon evkunov como nuevo
metropolita ortodoxo de Pskov, donde se formó como
monje en su famoso Monasterio de las Grutas. Hasta ahora era
el vicario, o segundo al mando, del Patriarcado de Moscú, con
muchas funciones y responsabilidades, solo por debajo del
Patriarca Kirill.
En cierto sentido, Tijon es ascendido. En otro, es
alejado de Moscú y apartado del acceso al poder
cotidiano.
El Patriarca Kirill fue siempre considerado un reformador, un
hombre que ha viajado mucho, ha dialogado con los cristianos de
todo el mundo y que intenta evitar que el poder político absorba
a la Iglesia como un apartado estatal más, como ya sucedió en
la época zarista después de Pedro el Grande. Kirill ha dado
muchos pasos para aumentar la cercanía con los católicos.
Por su parte, Tijon es considerado un conservador, lo
que en el contexto ruso se concreta en tres cosas:
- más hostilidad hacia el mundo católico y
los diálogos ecuménicos con Roma,
- más tendencia a hacer que la Iglesia
Ortodoxa esté mucho más cerca del poder político
- y más decisiones doctrinales y litúrgicas
ligadas al estricto mundo monástico en el que se
formó.
Los sectores más conservadores (que en Rusia son los más anti-católicos)
querrían dar más espacio al ahora Metropolita Tijon, que algún
día podría llegar a ser Patriarca Tijon II,al frente
de la mayor iglesia ortodoxa del mundo, la rusa, con unos
150 millones de fielesy unos 370 obispos.
Tijon, padre espiritual de Putin, se convierte en
metropolita de Pskov
por Vladimir Rozanskij
Tijon (evkunov), obispo de Yegórievsk, vicario del
patriarca Kirill (Gundjáev) y conocido por ser el padre
espiritual del presidente Putin, ha sido nombrado
metropolita de Pskov y Porkhovsk por el Santo Sínodo del
patriarcado de Moscú. Difundida en los últimos días por el
encargado de prensa del patriarca, el sacerdote Aleksandr Volkov,
la noticia dio pie a diversas reacciones, dada la notoriedad del
personaje, el jerarca más influyente después del
patriarcado mismo.
Hasta ahora, su status de obispo auxiliar delineaba a Tijon como una
eminencia gris de la Iglesia rusa, y protagonista de
las relaciones entre Iglesia y Estado, con una gran
influencia en la capital, aunque libre de excesivas
responsabilidades.
Su elevación a metropolita es interpretada como una promoción-remoción,
como un tramo en el camino hacia la sucesión patriarcal, en
lugar de Kirill. Lo cierto es que el nuevo metropolita no deberá
hacer grandes esfuerzos para aclimatarse a la nueva sede, puesto
que de allí provenía cuando hizo su llegada a Moscú, en los
años 90.
Tijon, de 59 años, nació y creció en Moscú, ciudad donde en
1982 concluyó estudios en el Instituto estatal de
cinematografía, para luego entrar como novicio
en el Monasterio de las Grutas, justamente en Pskov.
Este fue uno de los pocos monasterios que permaneció abierto
durante la era soviética, guiado por la luminosa figura del stárets Ioann
(Krestjankin), que lograba conservar las auténticas tradiciones
monásticas, combinadas con una sincera lealtad al
régimen comunista. La historia del monasterio y de sus
protagonistas fue relatada por Tijon en el muy afortunado libro
de memorias "Santos no santos", libro que
a principios de los noventa se convirtió en un símbolo del
renacimiento religioso ruso.
Tijon reabrió el monasterio del Encuentro en Moscú,
como sede de representación de la comunidad de Pskov en la
capital. Fue en esa condición que conoció al
futuro presidente Putin, en ese entonces director de los
servicios de seguridad, y lo acompañó en un viaje a
Pskov para sincerarse de la bondad de la conversión que acababa
de emprender, conjugando la política post-soviética
con la fe ortodoxa tradicional rusa.
A partir del 2000, cuando Putin asume la presidencia del país en
lugar de Yeltsin, el joven monje apareció
reiteradas veces acompañando al amigo o hijo
espiritual Putin, incluso en un viaje a los Estados
Unidos, en el año 2003.
En los últimos años, tras recibir el nombramiento episcopal,
Tijon se ha dedicado a la reapertura y a la reconstrucción de la
iglesia de la Santísima Trinidad en el palacio de la Lubianka,
la histórica sede de la KGB, a raíz de lo cual se
hizo merecedor de la ambigua fama de obispo de la Lubianka.
Desde 2010, guía la Comisión de Cultura del Patriarcado.
El traslado a Pskov, diócesis occidental que limita
con Lituania, prestigiosa y rica, aunque periférica, da
lugar a comentarios contradictorios.
Por un lado, la metrópolis abriría camino a Tijon
para una futura elección como patriarca, algo que no
sería posible en el rol secundario de obispo. Como metropolita
participará en responsabilidades de primer nivel del Sínodo
patriarcal, y las mismas reglas canónicas prevén cuando menos
un quinquenio en la guía pastoral metropolitana para poder
candidatearse como patriarca.
Por otro lado, de alguna manera, el nombramiento puede
parecer un alejamiento de Moscú, a causa de
evidentes diferencias de visión con el patriarca Kirill, de
quien hace años se viene constituyendo como un verdadero contrapunto.
La línea reformista del patriarca, que apunta
fundamentalmente a la formación y a la disciplina eclesiástica,
no es siempre conciliable con el conservadurismo radical de Tijon,
que exalta el rol de la Iglesia en la sociedad a través de las
relaciones con la política y la hegemonía sobre la cultura.
Tal diferencia se volvió evidente el año pasado, en el jubileo
de la Revolución de Octubre, en el cual tuvo un
gran protagonismo Tijon cuando exaltó el rol de la Iglesia como
guía en la historia rusa, en tanto Kirill
prefirió evitar los excesos de un intervencionismo polémicopara
no alimentar las divisiones en la opinión pública, como en el
clamoroso caso del filme Matilda,
que fue duramente condenado por Tijon e ignorado por el patriarca.
Quizás la gota que hizo rebasar el vaso fue la intervención de
Tijon en las relaciones con la Iglesia ucraniana: parece ser que
fue justamente él quien llevó adelante los contactos
con el patriarca excomulgado Filaret (Denisenko),
acérrimo enemigo de Kirill, para procurar una reconciliación
con Moscú, que no produjo ningún resultado. Por
el contrario, la Iglesia ucraniana parece adherirse cada vez más
a la idea de una separación total del patriarcado de Moscú.
Además, algo que provoca de diversa manera la perplejidad del
patriarca así como de buena parte del clero, es la fama de
intelectual carismático de Tijon, y en particular su reputación
de presunto padre espiritual del presiente, que ha
sido rechazada por él mismo en varias ocasiones.
Por el contrario, el mismo patriarca Kirill siente
desagrado por los sectores de la Iglesia más radicales y
cercanos al monaquismo. Éstos verían con buenos ojos
un patriarca Tijon II a futuro, sucesor del homónimo pastor
electo en los dramáticos días de la revolución.