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Los rayos parados por el papa Benedicto XVI con su renuncia el 11 de febrero de 2013......
La foto del rayo parado por la cúpula del Vaticano el 11 de febrero de 2013
Sede Vacante desde el 28 de febrero de 2013 y Cónclave
Lista de los 115 cardenales
menores de 80 años electores en el Cónclave de 2013 tras las
renuncias de los cardenales Darmaatmadja y O'Brien
El Cónclave anterior en el que fue
elegido el Papa Benedicto XVI en 2005 estuvo formado también por
115 electores.
Los cardenales electores en el cónclave de marzo de 2013
P. J. Ginés. Rel, viernes, 1.03.2.2013
En España y otros países, la gente suele
jubilarse a los 65 años. En la Iglesia, los obispos tienen la
obligación de presentar su renuncia al Papa al cumplir los 75.
Éste puede decidir esperar hasta dos o tres años antes de
aceptarla.
Se da entonces una circunstancia curiosa: la de los cardenales
que desde los 75 años (o un poco más mayores) están
retirados y son "eméritos", que ya no
pastorean sus diócesis ni ejercen cargos de primera línea en la
Curia, pero que aún no tienen 80 años, y por lo tanto
son convocados desde su retiro para que participen en el
Cónclave con derecho a voto.
Los 25 jubilados
De los 117 cardenales con derecho a voto, ésta es la
situación de 25 de ellos: "eméritos" pero electores;
sin edad para dirigir sus diócesis, pero con edad para elegir
Papa. De ellos, el cardenal de Yakarta, Julius Riyadi
Darmaatmadja, no acudirá al Cónclave por razones de
salud.
Quedan pues estos 24 cardenales, "jubilados" que
ponderarán las palabras de Benedicto XVI sobre un Papa que tenga
"vigor" para dirigir la Iglesia en este acelerado siglo
XXI. Hay que tener en cuenta que la media de edad entre
todos los cardenales electores es de 72 años.
Cardenales eméritos de 75 a 78 años
Antonios Naguib, Patriarca Emérito de Alejandria (Copto-católico),
Egipto, 78 años
Roger Michael Mahony, Arzobispo Emérito de Los Angeles, EEUU, 77
años
Jean-Claude Turcotte, Arzobispo Emérito de Montréal, Canada; 76
años
Ivan Dias, Prefecto Emérito de la Congregación para la
Evangelización de los Pueblos, casi 77 años
Cláudio Hummes, O.F.M., Prefecto Emérito de la Congregation
para el Clero; 78 años
Carlos Amigo Vallejo, O.F.M., Arzobispo Emérito de Sevilla, 78
años
Justin Francis Rigali, Arzobispo Emérito de Filadelfia, EEUU, 78
años
Ennio Antonelli, Presidente Emérito del Pontificio Consejo para
la Familia, 76 años
Attilio Nicora, Presidente Emérito de la Administración del
Patrimonio de la Sede Apostólica, 76 años
William Joseph Levada, Prefecto Emérito de la Congregation para
la Doctrina de la Fe; 76 años
Franc Rodé, C.M., Prefecto Emérito de la Congregation para la
Vida Consagrada, 78 años
Giovanni Lajolo, Presidente Emérito del Gobernatorato del Estado
de la Ciudad del Vaticano, 78 años
Paul Josef Cordes, Presidente Emérito del Pontificio Consejo
"Cor Unum; 78 años
Francesco Monterisi, Archipreste Emérito de San Pablo Extramuros,
78 años
Paolo Sardi, Vicechambelán emérito de la Cámara Apostólica,
78 años
Velasio De Paolis, C.S., Presidente Emérito de la Prefectura de
Asuntos Económicos; 77 años
Cardenales de 79 años, o a punto de cumplir los 80
Dionigi Tettamanzi, Arzobispo Emérito de Milán, Italia,
79 años
Geraldo Majella Agnelo, Arzobispo Emerito de São Salvador da
Bahia, Brasil; 79 años
Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo Emérito de Santiago
de Chile; 79 años
Raffaele Farina, S.D.B., Archivista Emérito de los Archivos
Secretos Vaticanos, 79 años
Godfried Danneels, Arzobispo Emérito de Malinas-Bruselas,
Bélgica, casi 80 años.
Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo Emérito de Guadalajara,
México; casi 80 años
Walter Kasper, Presidente Emérito del Pontificio Consejo para la
Unidad de los Cristianos; casi 80 años
Severino Poletto, Arzobispo Emérito de Turín, Italia, casi 80
años
Si Benedicto XVI hubiera decidido aplazar la Sede Vacante un año,
el Cónclave tendría 8 cardenales menos. Si hubiera
decidido aplazar la sede vacante un par de meses, habría dejado
fuera a Daneels, Íñiguez, Kasper y Poletto. Algunos de
estos cumplen años en los próximos 15 días, y pueden acudir al
Cónclave porque lo importante es la edad en el momento de
declararse la Sede Vacantes, es decir, el jueves 28 a las 20
horas.
Anoche, lluvia de eméritos jóvenes desde que se
declaró la Sede Vacante el 28.02.2013
Por último, cabe destacar que ahora mismo el Vaticano
está lleno de "eméritos jovencísimos": todos los
Presidentes de Pontificios Consejos se convirtieron
automáticamente en "eméritos", perdiendo su cargo,
desde el momento en que se declaró la Sede Vacante el 28.02.2013
a las 20 de Roma. Así, Turkson, con 64 años, es "emérito"
del Pontificio Consejo Justicia y Paz; Cañizares, con 67 años,
es "emérito" de la Congregación de Culto Divino, etc...
Los menores de 60 años
En cuanto a cardenales "jóvenes", sólo hay 5
menores de 60 años: el arzobispo siro-malankar, Baselios Cleemis
Thottunkal (53 años); el arzobispo de Manila, Luis Antonio Gokim
Tagle (55 años); el arzobispo de Berlín, Rainer Maria Woelki (56
años); y los cardenales Marx (de Munich) y Eijk (de Utrecht),
con 59 años.
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el último purpurado elector que faltaba en Roma, el vietnamita Jean Baptiste Pham Minh Man
DN. Efe. Ciudad del Vaticano, jueves, 7/03/2013Este jueves, 7/03/2013, los cardenales celebraron dos nuevas
reuniones, una por la mañana y otra por la tarde.
A esta última se incorporó el último purpurado elector que
faltaba en Roma, el vietnamita Jean Baptiste Pham Minh Man, que
llegó a primera hora de la tarde local a la capital italiana y
se dirigió directamente al Vaticano.
Con su llegada, ya están presentes los 115 cardenales
electores, es decir los que al tener menos de 80 años
podrán entrar en la capilla Sixtina para elegir al próximo papa,
según establece la normativa de la Iglesia.
El cardenal decano, Angelo Sodano, ya precisó en la carta en la
que les llamaba al cónclave -enviada tras entrar la Iglesia en
Sede Vacante, a las 20 hora local (19.00 GMT) del 28 de febrero
pasado- que éste se fijaría cuando estuvieran todos los
purpurados en el Vaticano.
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El Cónclave de 2013 comienza el martes 12 de marzo
DN. E.PRESS. ROMA (ITALIA) 8/03/2013El nuevo Papa saldrá elegido
por mayoría cualificada de dos tercios,
aunque las votaciones se prolonguen durante cuatro series
de escrutinios, según el Motu Proprio
emitido por Benedicto XVI el 11 de junio de 2007, y confirmado en
su último documento papal del pasado 25 de febrero de 2013, por
el que establece que el nuevo Papa deberá ser elegido siempre
por "al menos" dos tercios de los votos contados sobre
la base de los electores presentes y "votantes".
De esta forma, las normas para el Cónclave de 2013
serán diferentes a las del último proceso de elección en el
que fue elegido Benedicto XVI cuando las reglas recogidas en la
Constitución Apostólica 'Universi Dominicis Gregis', promulgada
por Juan Pablo II, establecían que en caso de que no hubiera
nuevo Papa tras cuatro series de escrutinios, se podría proceder
a votar por mayoría absoluta. En cualquier caso, Benedicto XVI
fue elegido en el segundo día de Cónclave por lo que no se
llegó a ese extremo.
El Cónclave de 2013 comenzará el próximo martes 12 de
marzo por la mañana con la Misa solemne 'Pro
Eligiendo Papa' que tendrá lugar en la Basílica
de San Pedro del Vaticano. Por la tarde, los purpurados
se trasladarán en solemne procesión, invocando con el canto del
Veni Creator la venida del Espíritu Santo, hasta la Capilla
Sixtina del Palacio Apostólico, lugar del desarrollo de
la elección. Dentro de la sede, se comprobará que no sean
instalados dolosamente medios de grabación o transmisión.
La Capilla Sixtina cerró sus puertas al público a las 13,00
horas del pasado martes para iniciar los preparativos del
Cónclave. Desde entonces, según explicó el portavoz del
Vaticano, el padre Federico Lombardi, los operarios se encargan
de colocar las dos estufas, una para quemar las papeletas de los
escrutinios y otra para hacer el humo negro o blanco, y de elevar
el piso para hacer un único nivel que llega al primer escalón
del altar y donde se colocarán las mesas y sillas.
JURAMENTO EN LA CAPILLA SIXTINA
Una vez que los purpurados lleguen a la Capilla Sixtina, el cardenal
decano, Angelo Sodano, leerá la fórmula de juramento,
y a continuación, cada cardenal elector pronunciará su nombre y,
poniendo la mano sobre los Evangelios, dirá: "Prometo, me
obligo y juro".
Según la fórmula del juramento, recogida en la 'Universi
Dominicis Gregis', los cardenales prometen "observar con la
máxima fidelidad" el secreto sobre todo lo relacionado con
la elección del nuevo Papa, tanto durante como después de la
elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno
se compromete, en caso de ser elegido, a desempeñar fielmente el
'munus Petrinum' de Pastor de la Iglesia Universal.
A continuación, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas
Pontificias pronunciará el "extra omnes" (todos fuera)
y los no electores deberán abandonar la Capilla Sixtina. Tras la
meditación, el eclesiástico encargado de pronunciarla saldrá
de la Capilla junto al Maestro de Celebraciones Litúrgicas.
Los cardenales deberán emitir su voto secreto frente al fresco
pintado por Miguel Ángel en la pared del altar de la Capilla
Sixtina, el 'Juicio Universal'. Según ha indicado a Europa Press
el obispo auxiliar de Madrid, monseñor César Franco, el fresco
podría servirles de referencia cuando voten, ya que lo harán
ante la mirada de quien un día también les juzgará a ellos.
INCOMUNICADOS CON EL EXTERIOR
Durante el periodo de escrutinios, los purpurados
deberán abstenerse de enviar o recibir mensajes de
fuera de la Ciudad del Vaticano. Además, según las normas,
"quienes directa o indirectamente pudieran violar el secreto
ya se trate de palabras, escritos, señales o cualquier otro
medio, incurrirían en la pena de excomunión latae sententiae
reservada a la Sede Apostólica". Asimismo, las reglas
marcan que los cardenales se abstendrán de toda forma de pactos
y compromisos de común acuerdo.
La forma de elección se realizará únicamente por escrutinio y
se necesitarán dos tercios de los votos para la elección del
nuevo Pontífice. Si eso no ocurre en la tarde del primer día,
es decir, en la primera votación, se continuará en la segunda
jornada con cuatro escrutinios más, dos por la mañana y dos por
la tarde.
FUMATA POR LA MAÑANA Y POR LA TARDE
Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones
matutinas, habrá una fumata negra y lo
mismo ocurrirá por la tarde. Así, hasta tres
días consecutivos. Si en el tercero tampoco sale
elegido el nuevo Sumo Pontífice, el proceso de elección se
suspende por un día para realizar una pausa de oración y de
libre coloquio entre los cardenales electores.
Si tras cuatro series de escrutinios no se
obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la
votación entre los dos cardenales más votados en el último
escrutinio, pero no por mayoría sino que de nuevo se deberán
alcanzar "al menos" dos tercios.
Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano
le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser
llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias
levantará acta. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro
podrán ver la fumata blanca y, poco después el cardenal
protodiácono, Jean Luis Taurán, pronunciará --si no es él el
elegido-- el 'Habemus Papam'
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La primera congregación de cardenales para preparar el cónclave tendrá lugar el lunes 4 de marzo
Efe/InfoCatólica. 1/03/13
La primera congregación de cardenales preparatoria del cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI se celebrará el próximo lunes, 4 de marzo, anunció hoy el arzobispo de Nápoles, cardenal Crescenzio Sepe. Hoy viernes, el cardenal decano, Angelo Sodano, comenzará a llamar a los cardenales para preparar el cónclave y participar en las congregaciones preparatorias.
A partir de la celebración de la primera congregación de cardenales, ya se podrá anunciar la fecha del cónclave, según explicó el portavoz vaticano, Federico Lombardi. El pasado 25 de febrero, el ya Papa Emérito, Benedicto XVI, dio libertad a los cardenales para que pudieran anticipar el próximo cónclave con la aprobación de un «motu proprio».
La normativa vaticana establece que el cónclave debe comenzar entre 15 y 20 días después del inicio de la sede vacante, con el objetivo de permitir a todos los cardenales del mundo acudir a Roma. Muchos cardenales viajaron a Roma en esta semana, para acompañar a Benedicto XVI en sus últimos días de pontificado. El lunes se hizo público el mencionado «motu proprio», que mantiene las fechas de 15 y 20 días, pero abre la puerta a anticipar la celebración del Cónclave:
37. Establezco, además, que desde el momento en que la Sede Apostólica esté legítimamente vacante los Cardenales electores presentes esperen durante quince días completos a los ausentes; dejo además al Colegio de los Cardenales la facultad de anticipar el comienzo del Cónclave si consta la presencia de todos los cardenales electores, como la facultad de retrasar, si hubiera motivos graves, el comienzo de la elección algunos días. Pero pasados al máximo veinte días desde el inicio de la Sede vacante, todos los Cardenales electores presentes están obligados a proceder a la elección.
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El cardenal Bertone sella los aposentos papales
InfoCatólica/Ius Canonicum. 1/03/13
El departamento pontificio en el cual vivió Benedicto XVI durante casi ocho años fue sellado anoche por el cardenal camarlengo de la Santa Iglesia Romana, Tarcisio Bertone. Como establece la normativa eclesiástica, a la puerta del aposento se le colocó una fuerte cinta adhesiva, sobre la cual se puso la inscripción «sede vacante». También fue sellado el ascensor que conduce a los aposentos papales.
El cardenal Tarcisio Pietro Bertone, secretario de Estado Vaticano, es el actual camarlengo, como se denomina al administrador de los bienes y derechos temporales de la Santa Sede hasta la elección del sucesor de Benedicto XVI.
El Cardenal Camarlengo desarrolla amplias funciones en el periodo de sede vacante y en el Cónclave. Sus funciones son precisamente garantizar los derechos de la Sede Apostólica mientras dure la sede vacante (Vid. Constitución Apostólica Universi Dominici gregis. Tiene a su disposición un organismo de la Santa Sede, la Cámara Apostólica, cuyas funciones vienen definidas por la Constitución Apostólica Pastor Bonus en su artículo 171:
Artículo 171 §1. La Cámara Apostólica al frente de la cual está el cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, con la ayuda del Vice-Camarlengo junto con los demás prelados de la Cámara, realiza sobre todo las funciones que le están asignadas por la ley peculiar sobre la Sede Apostólica vacante.
2. Cuando está vacante la Sede Apostólica, es derecho y deber del cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana reclamar, también por medio de un delegado suyo, a todas las administraciones dependientes de la Santa Sede las relaciones sobre su estado patrimonial y económico, así como las informaciones sobre los asuntos extraordinarios que estén eventualmente en curso, y a la Prefectura de los Asuntos Económicos de la Santa Sede el balance general del año anterior, así como el presupuesto para el año siguiente. Está obligado a someter esas relaciones y balances al Colegio de Cardenales.
Se comprende, pues, que la legislación establezca las necesarias cautelas para procurar que el Cardenal Camarlengo ejerza plenamente sus funciones en todo caso. En cuanto al Cardenal Penitenciario, sus funciones se extiende a la concesión de absoluciones, dispensas, conmutaciones, sanciones, condonaciones y otras gracias tanto en el fuero interno como en el externo (cfr. Constitución Apostólica Pastor Bonus, artículos 117 y 118). El Legislador, al garantizar que siempre pueda desarrollar plenamente sus funciones ha pretendido asegurar que no se corten las fuentes de la gracia durante la sede vacante.
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Cardenal Bertone: «El nuevo Papa debe llevar con mano firme el timón de la Iglesia»
Darío Menor/La Razón. 1/03/13
El cardenal Tarcisio Bertone, Camarlengo de la Iglesia católica, ha concedido a La Razón su primera entrevista por escrito después de hacerse efectiva la renuncia del Papa. Dice que en los siete años que ha sido secretario de Estado de la Santa Sede ha vivido momentos «muy alegres» y otros «más tristes», en los que ha sentido «que el mal en el mundo es muy real y nos acecha a todos los hijos de Eva».
Sobre el sucesor de Benedicto XVI opina que deberá reunir dos elementos «imprescindibles». El primero es que se trate de «un hombre espiritual, para que sea un instrumento dócil en las manos de Dios, como vicario de Cristo en la Tierra». El segundo, que tenga «el vigor y el empuje» que el ya obispo emérito de Roma ha dicho que son necesarios «para llevar con mano firme el timón de la Iglesia». Podrá así hacer frente a los desafíos que la Iglesia tiene frente a ella, entre los que el secretario de Estado cita la necesidad de que todos los católicos «descubran la riqueza» de la fe y las «implicaciones concretas que el mensaje cristiano» tiene en todos los aspectos de la vida.
Otro reto será lograr que «todas las instituciones de la Iglesia sean capaces de comunicar el mensaje cristiano» y que ofrezcan un «motivo de esperanza» para todas las personas. El último desafío es conseguir que el mundo sea «un lugar más humano» y «más acogedor para todos», especialmente para los desfavorecidos.
Asegura el cardenal Bertone que está viviendo la renuncia del Santo Padre como cualquier otro católico, «con una mezcla de pesar, por el cariño que todos le tenemos, y de gran confianza en que su decisión es lo mejor para la Iglesia». Benedicto XVI, dice, «se queda con nosotros», «no abandona la Iglesia» ni se «baja de la cruz».
¿Cómo será recordado Benedicto XVI, como el Papa de la renuncia o por su magisterio?
Hay tantos motivos para recordar a Benedicto XVI: sus encíclicas, sus libros sobre Jesús de Nazaret, su magisterio, sus viajes (quiero recordar especialmente los tres que hizo a España: son ustedes unos privilegiados), su atención a temas cruciales en la vida de la Iglesia, como son la liturgia, la unidad de los cristianos, su capacidad de diálogo con otras religiones. Son también memorables la claridad y la decisión de las intervenciones contra la pedofilia y, en fin, su relación especial con los sacerdotes y seminaristas... Y también será recordado por su renuncia, que ha mostrado al mundo el abandono sirviendo siempre a Dios de un Papa que a lo largo de toda su vida y no sólo como Pontífice ha pretendido ser un siervo más en la viña del Señor. Nos ha dejado muchas razones para recordarle con muchísimo afecto, como han dicho los numerosos jóvenes entrevistados en los últimos días por la Prensa.
¿Cómo debería ser el perfil del nuevo obispo de Roma? ¿Cuáles deben ser los aspectos más importantes de su carácter, de su formación, de su experiencia y de su religiosidad?
La próxima semana todos los cardenales nos reuniremos antes del cónclave para estudiar precisamente eso: qué perfil de Romano Pontífice es el que Dios quiere para la actual situación del mundo y de la Iglesia. Hay elementos que son indispensables: que sea un hombre espiritual, para que sea un instrumento dócil en las manos de Dios, como vicario de Cristo en la Tierra; y que tenga el vigor y el empuje del que ha hablado Benedicto XVI, para llevar con mano firme el timón de la Iglesia.
¿Qué retos más importantes deberá afrontar en el gobierno de la Iglesia?
Los desafíos más importantes que se presentarán ante el nuevo Papa son constantes en la vida de la Iglesia: en primer lugar, que todos los fieles, pastores y laicos, en sintonía con las enseñanzas del Concilio Vaticano II, descubramos la riqueza de nuestra fe y las implicaciones concretas que el mensaje cristiano ha de tener en nuestra vida personal, familiar, social, profesional... Otro reto es que todas las instituciones de la Iglesia sean capaces de comunicar el mensaje cristiano y de ofrecer un motivo de esperanza para todas las personas a las que sirven. Y, por último, que este mundo nuestro sea un lugar más humano, más pacífico, más acogedor con todos, especialmente con los pobres y con los últimos.
¿Qué ha aprendido en los momentos difíciles como secretario de Estado? ¿Ha tenido alguna crisis de fe durante su vida sacerdotal?
Como secretario de Estado he vivido momentos extraordinarios. Algunos han sido muy alegres, sobre todo cuando uno ve la acción de Dios en las personas, y que el Señor no se cansa de los defectos de los hombres, y sigue ofreciéndonos su ayuda para ser felices. Otros en cambio son más tristes, porque he notado que el mal en el mundo es muy real, y nos acecha a todos los hijos de Eva. Pero he de agradecer a Dios que siempre me ha manifestado cómo la Gracia abunda, y que el pecado nunca es la última palabra, porque la Iglesia es de Dios, y Dios jamás la abandona, como nos ha recordado el Papa Benedicto XVI. He de añadir, además, que mi vocación y formación como hijo de Don Bosco me hace anteponer la alegría y la esperanza en la experiencia cristiana.
Después de tantos años junto al Santo Padre, antes y después de su elección como Papa, ¿qué admira más de su personalidad? ¿Cómo ha vivido, Eminencia, la renuncia?
De Benedicto XVI admiro su inteligencia preclara, su piedad, su rectitud de conciencia, su firmeza en las decisiones y a la vez su delicadeza en el trato, como he podido experimentar cotidianamente durante estos años... ¡Tantas cosas! He vivido la renuncia como toda la Iglesia: con una mezcla de pesar, por el cariño que todos le tenemos, y de gran confianza en que su decisión es lo mejor para la Iglesia. Sus palabras del pasado domingo, hablando de que el Señor le llama a la montaña, me han dejado muy conmovido. El Santo Padre se queda con nosotros. Él no abandona la Iglesia, no baja de la cruz, porque su adhesión a la voluntad de Dios es «para siempre». Benedicto XVI ama a la Iglesia, y sigue acompañándola en su camino.
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El gobierno de la Iglesia durante la Sede Vacante en 2013EP/ReL 1.03.2013
La Iglesia está en Sede Vacante desde el
jueves a las 20.00h, cuando se cerraron las puertas del Palacio
de Castelgandolfo y se retiró la Guardia Suiza, que sólo sirve
al Sumo Pontífice, cargo al que ha renunciado Beneicto XVI,
ahora ya Papa emérito.
La Iglesia Universal se queda sin cabeza visible en la tierra.
El cardenal camarlengo, Tarcisio Bertone, y el Colegio de
Cardenales, con Angelo Sodano como decano, se encargan del
gobierno de la Santa Sede y la Iglesia hasta que se
nombre un nuevo Pontífice.
Sólo asuntos ordinarios o inaplazables
Los cardenales podrán encargarse del despacho de los
asuntos ordinarios o los inaplazables, y de la preparación del
Cónclave y sus fases previas.
Se formarán dos clases de congregaciones: una general, formada
por todo el Colegio, que se encargará de los asuntos más
importantes, y otra particular integrada por el camarlengo, que
es Tarcisio Bertone, y por tres cardenales extraídos por
sorteo, que se ocupará de los asuntos ordinarios,
según precisa la Constitución Apostólica ´Universi Domini
Gregis´.
Estas reuniones, conocidas como "preparatorias", deben
celebrarse a diario a partir del día establecido. En este caso,
el cardenal decano del Colegio Angelo Sodano, que presidirá
dichas congregaciones, ha avisado a los cardenales que han
acudido a la despedida del Papa Benedicto XVI, de que este
viernes enviará la convocatoria para el inicio de las
congregaciones generales para convocar el Cónclave la
próxima semana, por lo que éstas podrían comenzar el próximo
lunes 4 de marzo.
Juramentos de secreto
En las primeras congregaciones todos los cardenales
deberán prestar juramento de observar las disposiciones
contenidas en la Constitución Apostólica y de guardar el
secreto.
"Prometemos, nos obligamos y juramos, todos y cada uno,
observar exacta y fielmente todas las normas contenidas en la
Constitución apostólica Universi Domini Gregis del Supo
Pontífice Juan Pablo II, y mantener escrupulosamente el
secreto sobre cualquier cosa que de algún modo tenga que ver con
la elección del Romano Pontífice", leerá Sodano
delante de todos los cardenales.
A continuación, cada purpurado dirá: "Yo prometo,
me obligo y juro" poniendo la mano sobre los
Evangelios.
Se sortean las habitaciones en la residencia
En una de las Congregaciones inmediatamente posteriores,
los cardenales deberán decidir, entre otros asuntos, el sorteo
de las habitaciones en la Domus Sanctae Marthae, la preparación
de la Capilla Sixtina, confiar a dos eclesiásticos de
clara doctrina el encargo de predicar a los cardenales dos
ponderadas meditaciones sobre los problemas de la Iglesia en este
momento, cuidar que sea anulado el anillo del Pescador y
fijar el día y la hora del comienzo de las operaciones de voto.
Con la Sede Vacante, los jefes de los Dicasterios de la Curia
Romana, el secretario de Estado del Vaticano, los cardenales
prefectos y los presidentes arzobispos, así como los miembros de
los dicasterios, cesan en el ejercicio de sus cargos,
excepto el camarlengo y el penitenciario mayor que se encargan de
los asuntos ordinarios.
Tampoco cesan en su cargo durante la Sede Vacante el vicario
general de la diócesis de Roma ni el arcipreste de la Basílica
Vaticana.
Cónclave en 15 días... o antes
El Cónclave comenzará en la fecha establecida por los
cardenales y aunque suele celebrarse entre 15 y 20 días después
de la muerte o renuncia del Pontífice, según el Motu Proprio
publicado por Benedicto XVI antes de su renuncia, podrá
adelantarse si así lo estima oportuno el Colegio Cardenalicio.
Los cardenales se alojarán en la Domus Sanctae Marthae que
permanecerá cerrada al igual que la Capilla Sixtina. Durante
este tiempo, los electores no podrán mantener
correspondencia epistolar, telefónica o por otros medios como
las redes sociales.
El derecho a elegir al Romano Pontífice corresponde únicamente
a los cardenales electores, es decir, aquellos que antes del día
en que la Sede quede vacante no hayan cumplido los 80 años.
Además, el número de cardenales no podrá superar en ningún
caso los 120. Concretamente, en el Cónclave de 2013
habrá 115 cardenales, de los cuales más de la mitad han sido
nombrados por el Papa emérito Benedicto XVI.
¡Ven, Espíritu Creador!
En la mañana del día fijado para el comienzo del
Cónclave, los cardenales electores se dirigirán a la Basílica
de San Pedro en el Vaticano para participar en la Misa Solemne
´Pro eligiendo Papa´. Desde allí, se trasladarán en solemne
procesión, invocando con el canto del Veni Creator la
venida del Espíritu Santo, hasta la Capilla Sixtina del Palacio
Apostólico, lugar del desarrollo de la elección. Dentro de la
sede, se comprobará que no sean instalados dolosamente medios de
grabación o transmisión.
Una vez allí, el cardenal decano, Angelo Sodano, leerá el
juramento que deberán hacer todos los cardenales.
"Todos y cada uno de nosotros Cardenales electores presentes
en esta elección del Sumo Pontífice prometemos, nos obligamos y
juramos observar fiel y escrupulosamente todas las prescripciones
contenidas en la Constitución Apostólica (...). Igualmente,
prometemos, nos obligamos y juramos que quienquiera de nosotros
que, por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se
comprometerá a desempeñar fielmente el ´munus
petrinum´ de Pastor de la Iglesia universal y no
dejará de afirmar y defender denodadamente los derechos
espirituales y temporales, así como la libertad de la Santa Sede".
"Sobre todo, prometemos y juramos -continúa- observar con
la máxima fidelidad y con todos, tanto clérigos como laicos, el
secreto sobre todo lo relacionado de algún modo con la elección
del Romano Pontífice y sobre lo que ocurre en el lugar de la
elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio;
no violar de ningún modo este secreto tanto durante como
después de la elección del nuevo Pontífice, a menos
que sea dada autorización explícita por el mismo Pontífice;
no apoyar o favorecer ninguna interferencia, oposición o
cualquier otra forma de intervención".
Los cardenales juran poniendo la mano sobre los Evangelios.
Abstenerse de compromisos, pactos y acuerdos
Concretamente, los números 56 y 57 de la Constitución
insisten en la observancia del secreto al establecer que los
cardenales electores deberán abstenerse durante el proceso de
elección de enviar o recibir mensajes de fuera de la Ciudad del
Vaticano.
En este sentido, el número 58 remarca que "quienes directa
o indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de
palabras, escritos, señales o cualquier otro medio, incurrirían
en la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede
Apostólica".
Además, en los números 81 y 82, se dice que los
cardenales se abstendrán de toda forma de pactos y compromisos
de común acuerdo.
A por mayoría de dos tercios
La forma de elección se realizará únicamente por
escrutinio y se necesitarán dos tercios de los votos para la
elección del nuevo Pontífice. Si eso no ocurre en la tarde del
primer día, es decir, en la primera votación, se continuará en
la segunda jornada con cuatro escrutinios más, dos por la
mañana y dos por la tarde.
Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones
matutinas, habrá una fumata negra y lo mismo ocurrirá por la
tarde. Así, hasta tres días consecutivos. Si en el tercero
tampoco sale elegido el nuevo Sumo Pontífice, el proceso de
elección se suspende por un día para realizar una pausa de
oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.
Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado
positivo, entonces, según el Motu Proprio publicado por
Benedicto XVI tendrá que procederse a la votación no por
mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos"
dos tercios.
Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano
le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser
llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias
levantará acta. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro
podrán ver la fumata blanca.
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