Volver a la lucha contra el cambio climático
Calentamiento global y cambio climático

La Energía Nuclear es necesaria según Confemetal
"No parece posible navegar en ese proceloso mar del cambio climático y el abastecimiento energético sin contar de modo importante con la energía nuclear"
“El cambio climático (mito o realidad científica) es una realidad política y a ella hay que atenerse
“Un debate serio y sin apriorismos es necesario en España sobre la energía nuclear”
"Se vienen uniendo a buen ritmo muchas otras voces hasta ahora militantes antinucleares"

El Sector del Metal es responsable del 40, por ciento de la producción industria española, de un millón y medio de empleos -el 37 por ciento de todos los empleos de la industria en España- y del 50 por ciento de las exportaciones de nuestro país. El valor añadido bruto de las 150.000 empresas del Metal supone el 9 por ciento del PIB, y su inversión en I+D+i representa el 30,7 por ciento de la realizada por el conjunto de las empresas españolas.

En la actualidad [2008] hay 441 reactores nucleares en el mundo y más de veinticinco en construcción. Su potencia instalada, de 367.253 MW, contribuyó con un 6 por ciento al abastecimiento de energía primaria y con un 16 por ciento a la producción de energía eléctrica. En la UE-25, este último porcentaje se sitúa en el 32 por ciento Por lo que a España se refiere, la energía nuclear contribuye al consumo de energía primaria con poco más del 10 por ciento y a la generación eléctrica con aproximadamente el 17 por ciento. Países cuyo sistema eléctrico depende ampliamente de la energía nuclear son, entre otros, Lituania (80 por ciento), Francia (78 por ciento), Eslovaquia (78 por ciento), Bélgica (55 por ciento), Suecia (50 por ciento), Suiza (40 por ciento), Corea (40 por ciento)... Países muy diferentes en su economía, sistema político y social, y muchos de ellos con una sensibilidad ecológica fuera de toda duda.

En cuanto a España, recientemente, expertos del Foro Nuclear señalaban que se necesitaría la instalación de diez nuevos reactores nucleares que produjesen los diecisiete gigavatios de potencia suplementaria necesarios en 2030. Pero estos son cálculos, como los proyectos de nuevas centrales en todo el mundo, enfocados a cubrir las necesidades de consumo energético previstas. Para que, más allá de todo ello y de acuerdo con las estimaciones del Consejo Mundial de la Energía y de la ONU, a nivel global la energía nuclear pudiese contribuir de forma significativa a la reducción de los efectos del cambio climático, la capacidad instalada
de centrales nucleares debería, al menos, multiplicarse por diez durante los próximos cien años.
En cualquier caso parece poco probable, y es ingenuo pensar, que tanto las necesidades de consumo como las de reducción de emisiones de GEI´s puedan hoy cubrirse renunciando a la energía nuclear.

A favor de la energía nuclear está que las reservas de uranio son amplias y suficientemente distribuidas, lo que da garantías de suministro y de estabilidad de precios de producción de la electricidad, sin riesgos por la creación de monopolios, “cárteles” u organizaciones similares. Las centrales nucleares no producen emisiones GEIs y éste es, sin duda alguna, un aspecto muy positivo de la opción nuclear, sin olvidar que la energía nuclear actualmente sólo se utiliza en la producción de electricidad (la propulsión naval cuenta muy poco en el balance energético).

Las reservas de uranio son, como las de carbón, amplias y suficientemente distribuidas, con las consiguientes implicaciones favorables sobre la garantía de suministro y la estabilidad de los precios de producción de la electricidad. No parece, pues, fácil la creación de monopolios o “cárteles”. Por último, la carga de un reactor supone muy poco volumen y su duración es de bastantes meses lo que facilita el abastecimiento del combustible. Además la producción de una central nuclear puede adaptarse rápida y eficazmente a la demanda sin la imprevisibilidad que, por ejemplo, tienen las energías renovables.

En contra de la energía nuclear está que la opinión pública es más que reticente respecto a la seguridad de las instalaciones. La sombra de Chernóbil es alargada, si bien el nivel de seguridad de aquella central estaba muy por debajo del que se exige en los países de la OCDE, donde el récord de seguridad es excelente hasta la fecha, a lo que se añade el avance de la tecnología que nos sitúa ya en “la cuarta generación” de centrales. En cuanto a los residuos, los detractores de la energía nuclear no encuentran garantías para almacenar o neutralizar los residuos de alta actividad sin riesgo durante los 10.000 años que se consideran necesarios para que su peligrosidad sea aceptable. Sin embargo, la industria nuclear asegura que, en el estado actual de la técnica, se puede garantizar un control de los residuos sin riesgos. Primero, con un almacenamiento provisional en piscinas en la propia central, seguido de un “encapsulamiento” en contenedores especiales que permita un enfriamiento del material hasta su confinamiento en depósitos subterráneos. Ello se haría, más o menos, de aquí a cien años, tiempo en el que podrían desarrollarse tecnologías aún más seguras. Pero los detractores se preguntan ¿quién garantiza la “seguridad geológica” durante milenios? Evidentemente, nadie puede demostrar que esos llamados Repositorios Geológicos de Alta van a permanecer inalterables en los plazos de que se está hablando, pero es más que probable que, si una formación geológica ha permanecido estable durante los últimos millones de años, siga así durante los próximos milenios. Pero quizá también haya que convenir que, si los residuos son el problema, es muy posible que, por las razones que sean, todavía no se hayan asignado suficientes
recursos a resolverlo. La solución a este problema -grave, urgente y trascendental- es una de las claves del futuro nuclear junto con la aceptación de los repositorios por parte de la población circundante. El síndrome NIMBY es, desgraciadamente, una realidad y en España y tenemos significativos ejemplos.

En cuanto al precio, los números son elocuentes. Según los datos de UNESA, los
costes totales del Megavatio/hora, en euros, según sus diferentes orígenes están alrededor de las siguientes cifras:

Central ultrasupercrítica con captura.................................................................................................................. ................ 55
(gasificación del carbón y generación de electricidad en centrales IGCC de ciclo combinado con captura)............52,5
Turbina de gas..........................................................................................................................................................................100-110
Ciclos combinados....................................................................................................................................................................52-65
Nuclear........................................................................................................................................................................................35
Hidroeléctrica.............................................................................................................................................................................45-60
Eólica...........................................................................................................................................................................................70-72
Fotovoltaica...............................................................................................................................................................................380

En los costes de la tecnología nuclear de generación se incluyen como en el resto, los costes de capital, los de operación y mantenimiento y los de combustible y CO2, y además la provisión por Kwh producido que se viene realizando para la segunda fase del ciclo del combustible nuclear que se centraliza en ENRESA.

En cualquier caso y por mucho que se pueda cuestionar la viabilidad económica de la energía nuclear en el actual entorno de competencia del sector energético por los costes asociados a los residuos y el desmantelamiento de instalaciones, no cabe duda de que mantener las plantas en funcionamiento, más allá del plazo inicialmente previsto y autorizado, parece que es en todo caso un medio seguro de conseguir los ingresos que permiten rentabilizar las cuantiosas inversiones realizadas y asegurar el abastecimiento energético a precios competitivos. Como conclusión se podría decir que si el cambio climático es una realidad y seguimos con el actual modelo energético, se auguran grandes males hacia mediados de siglo y si hacemos frente a las emisiones con cuanta energía nuclear sea necesaria, hay ciertos riesgos actuales y otros mayores a muy largo plazo, pero lo que no parece posible es navegar en ese proceloso mar del cambio climático y el abastecimiento energético sin contar de modo importante con la energía nuclear. En consecuencia, si algún debate serio, documentado y sin apriorismos es necesario es el de la energía nuclear, o tendremos que afrontar consecuencias que podrían ser graves a corto plazo.

Fuente: Confemetal

 

Confemetal urge al Gobierno a apostar firmemente por la energía nuclear
“Un debate serio y sin apriorismos es necesario en España sobre la energía nuclear”
"Se vienen uniendo a buen ritmo muchas otras voces hasta ahora militantes antinucleares"

“El cambio climático (mito o realidad científica) es una realidad política y a ella hay que atenerse

Libertad Digital. (M. Llamas). 9-04-2008

El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, considera que España debe “alejarse del carbono y el petróleo sin acercarse a la nuclear”. La industria del metal (Confemetal), de un modo hasta ahora inédito, critica duramente la política energética del PSOE a través de un informe. Apostar por Kioto y las energías renovables sumirán al país en un abismo energético de graves consecuencias a corto plazo.   Las cartas vuelven a estar encima de la mesa en materia energética. Zapatero volvió a reiterar ayer, 8-04-2008, durante el debate de investidura, su férreo compromiso en la lucha contra el cambio climático. La economía española debe “alejarse del carbono y el petróleo sin acercarse a la energía nuclear”, señaló.   Asimismo subrayó que una de las prioridades de su Gobierno será "el desarrollo de todo lo que signifique energías renovables". En este sentido, mostró su convencimiento de que los países que "liderarán el futuro" serán aquellos que apuesten por la lucha contra el temido calentamiento global a través de un “desarrollo económico sostenible” basado en la energía limpia (entiéndase renovables).  

Sin embargo, el órdago energético de Zapatero puede suponer una abultada factura para la economía del país, de consecuencias muy graves a corto y medio plazo. En un acto de posicionamiento insólito hasta el momento en materia energética, la patronal que engloba la industria del metal (Confemetal) ha cargado abiertamente contra la política verde del PSOE a través de un duro informe.  

La ineficacia de Kioto y las energías renovables centran las críticas de la industria. "Las energías renovables son caras y su viabilidad está inevitablemente ligada a las subvenciones". Además, "su nivel de producción es poco previsible y su efecto negativo sobre el medio ambiente tampoco es despreciable”. Y es que, según dicho documento, debe partirse de la “premisa de que el impacto cero sobre el medio ambiente no existe, por más de que sea un argumento generalmente aceptado el de la amistad medioambiental de ciertas fuentes energéticas”.  

La patronal muestra su “inquietud” por las “indecisiones e indefiniciones políticas” sobre el uso de determinadas tecnologías de base de generación eléctrica, que “en nada contribuyen a clarificar la situación y que, por el contrario, están agrandando nuestra débil situación energética y perjudicando gravemente nuestra competitividad empresarial”, señala el estudio.  

Hay que cuestionar el origen del cambio climático  

Además, el Gobierno ha introducido en los últimos años “importantes modificaciones y rectificaciones en el sistema regulatorio del sector” que, como consecuencia, han generado “un mercado con disfunciones y rigideces derivadas de la excesiva intervención administrativa que perjudican enormemente el suministro, sus precios y su previsibilidad” a corto y medio plazo.   

El problema, según el informe, está en el modelo energético español, que sigue siendo muy “vulnerable”. “Si el desarrollo sostenible ha depender de las energías renovables, hoy por hoy, son más las esperanzas que las realidades inmediatas, a no ser que se produzca un cambio drástico a medio plazo”.  

Así, los “gobiernos de todos los niveles” se empeñan en favorecer este tipo de fuentes “con costosas subvenciones que, obviamente, elevan por vías indirectas muy significativamente los precios reales de la energía”, añade la patronal.  

Además, los biocombustibles, tal y como reconoce la OCDE, suponen un extra coste “considerable” de la tonelada de CO2 evitada por esta vía En 2030, el ahorro de emisiones de CO2 sería del 0,5 por ciento del total mundial.  

En este sentido, la propia OCDE se pregunta si “es peor el remedio que la enfermedad”, ya que es “muy limitado el potencial de las actuales tecnologías de fabricación de biocombustibles para mejorar el medio ambiente y contribuir a las necesidades del sector del transporte sin comprometer los precios de los alimentos”.   Por todo ello, dado su elevado coste e imprevisibilidad, el Gobierno no puede convertir las renovables “en la columna vertebral del sistema energético, sin grave riesgo del abastecimiento y de la competitividad del conjunto de la economía”.  

Kioto tampoco solucionará nada

“Entre las causas de las emisiones de gases de efecto invernadero que Kioto y post Kioto quieren paliar, la principal, con diferencia, es el empleo de combustibles fósiles que suponen casi el 90 por ciento de las fuentes de la energía primaria consumida, y cuyo consumo y las emisiones que produce aumentarán hasta 2020, según la Agencia Mundial de la Energía, en una proporción de alrededor del 50 por ciento”, indica el estudio.   Tal y como reconoce el propio Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, “los efectos del cumplimiento de Kioto sobre el calentamiento global, aun si se cumpliera completamente o, incluso, si se superase dentro de lo posible el Protocolo, serían insignificantes”, añade la patronal.  

La energía nuclear es “imprescindible”  

Es más, “contra lo políticamente correcto”, el informe se arriesga a afirmar que “los cambios climáticos siempre han existido en la Tierra, que la responsabilidad de la actividad humana sobre ellos está por probarse científicamente, y que lo que diferencia la situación actual es fundamentalmente un alarmismo político y mediático excesivo, lleno de exageraciones, cuando no de falsedades, que ni siquiera tiene la utilidad de poner el acento sobre el erróneo modelo energético que tenemos”.  

Ahora bien, la industria indica que “el cambio climático (mito o realidad científica) es una realidad política y a ella hay que atenerse”. Sin embargo, la carencia en España de “un suministro de energía seguro, fiable y barato” seguirá poniendo “en peligro el bienestar, y desarrollo económico y social” del país.  

En este sentido, Confemetal urge al Gobierno a apostar firmemente por la energía nuclear, tal y como está sucediendo en otros países de la UE (Finlandia, Francia o Gran Bretaña), y por el desarrollo de nuevas técnicas como la captura de CO2 en la atmósfera.  

Resulta “ingenuo pensar que, tanto las necesidades de consumo como las de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) puedan hoy cubrirse renunciando a la energía nuclear”. En consecuencia, el informe concluye que “si algún debate serio, documentado y sin apriorismos es necesario en España es el de la energía nuclear, o tendremos que afrontar consecuencias que podrían ser graves a corto plazo”.

"Parece evidente que Kyoto no será posible sin la energía nuclear de fisión y, como decía el comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, que se confiesa poco partidario de la energía nuclear, será necesario ”reabrir y profundizar en el debate sobre la energía nuclear, y no hacerlo con los mismos parámetros de 1982”. Una propuesta a la que se vienen uniendo a buen ritmo muchas otras voces hasta ahora militantes antinucleares y que, en aras de la racionalidad, deben ser bienvenidas".