Enseñanzas del papa Benedicto XVI.
Beatificación del cardenal Newman por Benedicto XVI
DN JUAN LARA . EFE. BIRMINGHAM Lunes, 20 de septiembre de 2010
Benedicto XVI beatificó ayer en Birmingham, en el centro de Inglaterra, al cardenal John Henry Newman (1801-1890), un converso del anglicanismo, considerado uno de los "padres espirituales" del Concilio Vaticano II, y reconocido intelectual con influencia en la formación del Papa Ratzinger.
Esta ha sido la primera beatificación presidida personalmente por Benedicto XVI, que tras llegar al Pontificado en 2005 retomó la tradición de los papas de no presidir estas ceremonias, teniendo en cuenta que la beatificación autoriza el culto local, mientras la canonización conlleva el culto universal, de ahí que sea una prerrogativa del Papa. Benedicto XVI, proclamándole beato en persona, ha querido resaltar la categoría universal del cardenal londinense.
La beatificación se celebró en la jornada en que se conmemoraba en el Reino Unido el 70 aniversario de la Batalla de Inglaterra, los bombardeos nazis durante cuatro meses en cielo británico, lo que el Papa aprovechó para condenar de nuevo el nazismo, al que llamó "ideología demoniaca".
"Para mí, que he vivido y sufrido los largos y tenebrosos día del régimen nazi en Alemania, es profundamente conmovedor estar aquí y recordar a tantos conciudadanos vuestros que sacrificaron sus vidas, resistiendo con tesón a las fuerzas de esta ideología demoníaca", afirmó.
Trabajar por la paz
Benedicto XVI agregó que setenta años después "recordamos con horror el espantoso precio de muerte y destrucción que la guerra trae consigo" y renovó su determinación de trabajar por la paz y la reconciliación, donde quiera que amenace un conflicto".
La beatificación se celebró en el parque Cofton Park, en las afueras de Birmingham, cerca de la casa de una de los Oratorios de San Felipe Neri en Inglaterra, fundados por el cardenal, donde se encuentran sus restos, y a la misma asistieron una 70.000 personas llegadas de toda Gran Bretaña.
Entre ellos, el ex juez y diácono estadounidense Jack Sullivan, de 71 años, que curó de forma inexplicable para la ciencia de una enfermedad incurable de médula espinal tras rezar a Newman.
Tras resaltar las virtudes y el pensamiento del nuevo beato, Benedicto XVI quiso destacar el llamamiento de Newman en aras de un laicado "inteligente y bien instruido".
Profundizar en la religión
"Quiero un laicado que no sea arrogante ni imprudente a la hora de hablar, ni alborotador, sino hombres que conozcan bien su religión, que profundicen en ella, que sepan bien dónde están, que sepan qué tienen y qué no tienen, que conozcan su credo a tal punto que puedan dar cuentas de él, que conozcan tan bien la historia que puedan defenderla", afirmó el Papa, recordando las palabras del cardenal Newman.
El Pontífice también destacó la calidez y humanidad del beato, así como "sus intuiciones sobre la relación entre fe y razón, sobre el lugar vital de la religión revelada en la sociedad civilizada".
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El Papa proclama beato a su admirado cardenal Newman
LD 2010-09-19 EFE
Benedicto XVI beatificó en Birmingham, en el centro de Inglaterra, al cardenal John Henry Newman (1801-1890), un converso del anglicanismo, considerado uno de los "padres espirituales" del Concilio Vaticano II, un reconocido intelectual que ha influenciado en la formación del Papa Ratzinger.
Esta ha sido la primera beatificación presidida personalmente por Benedicto XVI, que tras llegar al Pontificado en 2005 retomó la tradición de los papas de no presidir estas ceremonias, teniendo en cuenta que la beatificación autoriza el culto local, mientras la canonización conlleva el culto universal, de ahí que sea una prerrogativa del Papa.
Benedicto XVI, proclamándole beato en persona, ha querido resaltar la categoría universal del cardenal londinense. La beatificación se celebró en la jornada en que se conmemoró en el Reino Unido el 70 aniversario de la "Batalla de Inglaterra", los bombardeos nazis durante cuatro meses en cielo británico, lo que el Papa aprovechó para condenar de nuevo el nazismo, al que llamó "ideología demoniaca".
"Para mí, que he vivido y sufrido los largos y tenebrosos día del régimen nazi en Alemania, es profundamente conmovedor estar aquí y recordar a tantos conciudadanos vuestros que sacrificaron sus vidas, resistiendo con tesón a las fuerzas de esta ideología demoníaca", dijo.
Benedicto XVI agregó que setenta años después "recordamos con vergüenza y horror el espantoso precio de muerte y destrucción que la guerra trae consigo" y renovó su determinación de trabajar por la paz y la reconciliación, donde quiera que amenace un conflicto".
La beatificación se celebró en el parque Cofton Park, en las afueras de Birmingham, cerca de la casa de una de los Oratorios de San Felipe Neri en Inglaterra (Gran Bretaña), fundados por el cardenal, donde se encuentran sus restos y a la misma asistieron una 70.000 personas llegadas de toda Gran Bretaña.
Entre ellos el ex juez y diácono estadounidense Jack Sullivan, de 71 años, que curó de forma inexplicable para la ciencia de una enfermedad incurable de médula espinal tras rezar a Newman.
Tras resaltar las virtudes y el pensamiento del nuevo beato, Benedicto XVI quiso destacar el llamamiento de Newman en aras de un laicado "inteligente y bien instruido".
"Quiero un laicado que no sea arrogante ni imprudente a la hora de hablar, ni alborotador, sino hombres que conozcan bien su religión, que profundicen en ella, que sepan bien dónde están, que sepan qué tienen y qué no tienen, que conozcan su credo a tal punto que puedan dar cuentas de él, que conozcan tan bien la historia que puedan defenderla", afirmó el Papa, recordando las palabras del cardenal.
El Pontífice también destacó la calidez y humanidad del beato, así como "sus intuiciones sobre la relación entre fe y razón, sobre el lugar vital de la religión revelada en la sociedad civilizada, y sobre la necesidad de un educación esmerada y amplia, que sigue teniendo importancia en la época actual".
El nuevo beato nació en Londres en 1801 y fue ordenado sacerdote en la Iglesia Anglicana en 1825. Un año más tarde comenzaron sus divergencias con esa iglesia y en 1841 publicó su "Tratado 90" que desató la alarma en los anglicanos y fue censurado.
Tres años más tarde expresó públicamente que sus dudas sobre la Iglesia Anglicana eran superiores a las que tenía sobre la Iglesia Católica. En 1846 viajó a Roma para prepararse para pasar a la Iglesia Católica y un año después fue ordenado sacerdote en la Ciudad Eterna en los Oratorios de San Felipe Neri, que exportó a Inglaterra.
En 1850 Pío IX le nombró doctor honorario en teología y promulgó la restauración de la jerarquía católica en Inglaterra, ocasionando una dura reacción de los anglicanos. En 1854 fundó la Universidad Católica de Dublín, mientras prosiguió una intensa actividad de estudios y publicó numerosos escritos, entre ellos "An essay in aid of a Grammar of Assent", una justificación filosófica de la fe.
También publicó la carta "A letter to the Duke of Norfolk", donde respondió a las acusaciones de falta de lealtad de los católicos al Estado. En 1879 fue creado cardenal por el papa León XIII, un año antes de su muerte.
En 1991 Juan Pablo II le declaró "venerable", primer paso hacia la santidad y en 2009 Benedicto XVI aprobó su beatificación. Tras la misa, Benedicto XVI visita el oratorio de San Felipe Neri fundado por Newman en esta ciudad. Antes de regresar a últimas horas de hoy a Roma se reunirá con los obispos católicos británicos.
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Los fieles al Papa dejan en ridículo a los laicistas radicales en Londres
2010-09-19JAVIER LOZANO
Por más que lo han intentado y pese a la campaña contra el Papa, los grupos laicistas que llamaron a reventar la visita de Benedicto XVI han fracasado en su intento. Apenas 2.000 marcharon contra el Pontífice profiriendo graves insultos contra él frente a los más de 80.000 católicos que le vitorearon.
Pese a la repercusión mediática que han tenido y su llamada a la movilización contra la visita del Papa, el lobby ateo y laicista ha visto con desagrado como el viaje de Benedicto XVI ha sido un éxito, también en cifras.
Mucho se había hablado de la gran manifestación que se produciría en Londres el día que el Papa estuviese en la capital de Reino Unido. Un lugar común, Hyde Park, ha sido testigo del fracaso de los que intentaron reventar esta visita. Allí comenzó la marcha, que según la BBC no sumó más de dos mil personas aunque los organizadores hablaban de 10.000.
Este dato contrasta con la vigilia de oración que presidió el Papa el sábado por la noche en el mismo lugar y que congregó a más de 80.000 fieles, que no pararon de vitorear y apoyar al Pontífice en un momento complicado para la Iglesia.
Algunos analistas afirmaban que los casos de abusos sexuales provocarían que el viaje del Papa fuera un fracaso y que los fieles británicos darían la espalda a Benedicto. Más bien ha sido todo lo contrario, puesto que la forma de afrontar el problema por parte del Santo Padre y la agresiva campaña contra su persona realizada en Reino Unido han movilizado aún más a los católicos. En los cuatro días de visita, con numerosos actos públicos, el Pontífice ha estado siempre escoltado por miles de personas, en un país de minoría católica.
Los miles de manifestantes, encabezados por el ateo profesional Richard Dawkins, se mofaron de los católicos e insultaron gravemente al Papa. El autor de la biblia del ateo comparó al Pontífice con Hitler, casi lo más flojo que se le dijo. Incluso algunos le calificaban "puta de Babilonia" o "cerdo machista", como recoge El Mundo. Disfrazados de monjas y de obispos, otros repartían preservativos y las feministas llevaban pancartas que decían "Papa Ratzi, no pongas tus rosarios en mis ovarios" o "quita tus sucias manos de mis huevos, Benedicto".
"La oposición del Papa a los condones mata a la gente", "El Papa protege a los curas pederastas" o "Si toleráis esto ahora, vuestros hijos serán los próximos" eran algunas de las frases que también podían leerse en las pancartas, tal y como recoge Efe.
El presidente de la Sociedad Nacional Secular, Terry Sanderson, afirmó que "pasaron ya los días de los papas" y agregó que "éste es un país laico, una nación secular, por lo que el Papa debería irse a casa con su religión y dejarnos que arreglemos nuestra sociedad". El conocido comediante británico Al Murray, que estaba también entre los manifestantes, dijo que "ya está bien de que nos dé lecciones de moral y debería fijarse en su propia organización".
Estos insultos contrastaron con la vigilia de oración previa a la beatificación del cardenal Newman. De camino al parque londinense una multitud acompañaba al Papa en su recorrido. Una vez allí, 80.000 personas estuvieron junto al Papa mientras cientos de personas tenían que seguir sus palabras fuera del parque.
Según cuenta Europa Press, el Santo Padre animó los cristianos a ser responsables en estos tiempos de crisis y turbación. "Los cristianos no pueden permitirse el lujo de continuar como si no pasara nada, haciendo caso omiso de la profunda crisis de fe que impregna nuestra sociedad, o confiando sencillamente en que el patrimonio de valores transmitido durante siglos de cristianismo seguirá inspirando y configurando el futuro de nuestra sociedad", ha declarado el Santo Padre.
En la Vigilia de Oración que, Benedicto XVI entró en el Papa-movil para saludar a los miles de fieles que se congregaron en la explanada de Hyde Park, y que le acogieron con gritos y cantos, mientras un coro entonaba el Aleluya de Haendel. La presencia del Papa en las calles del recinto ha despertado un auténtico baño de multitudes de emoción no contenida.
El discurso estuvo principalmente dedicado a la figura y el mensaje del cardenal Newman. Sobre el que este domingo será ya beato inglés, el Papa dijo que ha ejercido una "importante influencia en su vida y pensamiento, y refriéndose a él ha señalado que "sabemos que en tiempos de crisis y turbación Dios ha suscitado grandes santos y profetas para la renovación de la Iglesia y la sociedad cristiana".
La visita del Papa ha estado marcada desde su anuncio por la polémica. Los responsables de la manifestación de este sábado se movilizaron desde un principio y de hecho su primer objetivo era que Benedicto XVI fuese detenido y procesado una vez que el avión papal aterrizara en Reino Unido.
Posteriormente, estos mismos colectivos, encabezados por grupos laicistas radicales, ateos y homosexuales, llamaron a reventar la visita. Para ello, convocaron la manifestación y hasta instaron a cortar la entrada del Pontífice en la universidad en la que se reuniría con miles de estudiantes. Era tal la virulencia que anunciaban, que los opositores a la visita menos radicales les pidieron "moderación". Al final todo fue agua de borrajas y sus protestas han sido tapadas con el entusiasmo de miles católicos británicos.
El Papa, firme con los casos de abusos
Mientras tanto, el Papa se mantuvo firme en su
condena de los abusos sexuales y con claridad dijo que "pienso
en el inmenso sufrimiento causado por el abuso de menores,
especialmente por los ministros de la Iglesia. Quiero manifestar
mi profundo pesar a las víctimas inocentes de estos crímenes
atroces, junto con mi esperanza de que el poder de la gracia de
Cristo traerá la curación profunda y la paz a sus vidas",
afirmó el Pontífice en una misa en la catedral de Westminter.
El Papa agregó que reconocía "la vergüenza y la
humillación que todos hemos sufrido a causa de estos pecados".
Tras la misa y en un ambiente de discreción, el Papa se reunió
en la Nunciatura de Londres con cinco víctimas británicas de
curas pederastas.