Crónica del siglo XXI
HISTORIA DE ESPAÑA
Garzón pide el certificado de que
Mola fue enterrado en Pamplona como prueba de que está muerto a
los 121 años de su nacimiento
Fue inhumado en junio de 1937 en un nicho y en 1961 en
el mausoleo erigido por Navarra a sus muertos en la Cruzada
Entierro de Mola en un
nicho del Cementerio de Pamplona el 4.06.1937
LIBRO DE ANOTACIONES DEL CEMENTERIO
En él se recoge, el 4 de junio de 1937, el entierro de Emilio
Mola Vidal.
En la casilla de la procedencia del cadáver figura la ciudad de
Burgos,
el número 3 del mural norte para localizar la sepultura.
Debajo, la firma del capellán, Gabriel Larequi. Al final de la
anotación,
con otra caligrafía se dice: "Exhumado a las 9 horas del
día 15 de julio de 1961
y trasladado a las 20 horas del día 16 a la Catedral para ser
inhumado
el día 17 en el Mausoleo erigido por Navarra a sus
muertos en la Cruzada".
DIARIO DE NAVARRA. A.O. PAMPLONA Sábado, 15 de noviembre de 2008
El Ayuntamiento de Pamplona rescataba esta semana de los archivos del cementerio municipal el documento por el que se recoge, en el mes de junio del año 1937, el entierro del general Emilio Mola Vidal, cerebro militar del alzamiento nacional del 36, en el camposanto de la capital.
El consistorio cumplía así con la petición que desde Madrid le acababa de hacer el Juzgado de Instrucción número 5, encargado del denominado "sumario de la memoria histórica" abierto por el juez Baltasar Garzón.
El pasado 16 de octubre de 2008 el juez Garzón dictó un auto en el que se declaraba competente para perseguir al franquismo por crímenes contra la humanidad, y autorizaba la exhumación de 20 fosas comunes con restos de personas fallecidas durante la Guerra Civil. Entre las fosas figuraba la del fuerte de San Cristóbal, junto a la capital navarra, y otra en Granada, para localizar los restos del poeta Federico García Lorca.
En el auto, el juez también pedía a los registros civiles de diferentes ciudades los certificados de defunción de 35 altos responsables del régimen franquista, entre ellos los generales Francisco Franco y Emilio Mola. Una vez comprobado el fallecimiento, el juez tendría que declarar extinguida su posible responsabilidad.
El pasado 7 de noviembre de 2008, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional decidió suspender de forma cautelar la apertura de las fosas comunes hasta que no quede resuelto si el juez Garzón es competente para investigar estos hechos. Sin embargo, la parte del auto relacionada con los responsables del régimen franquista ha seguido adelante.
A través de la policía judicial
"En virtud de lo acordado en el procedimiento y resultando que en el cementerio de esa Excma. ciudad estuvo enterrado desde el año 1938 y hasta el año 1961 el general Emilio Mola Vidal, por el presente le ruego facilite a la policía judicial, facultada para el diligenciado del presente oficio, informe que acredite este extremo".
De esta forma se dirigió el Juzgado de Instrucción número 5 al Ayuntamiento de Pamplona el pasado miércoles, 12 de noviembre de 2008.
La petición no es sin embargo correcta, ya que el general Mola no fue enterrado en en el cementerio municipal de San José de Pamplona en 1938, sino un año antes, al día siguiente de su fallecimiento en un accidente de aviación ocurrido el 3 de junio de 1937.
Así consta en el libro de anotaciones del propio cementerio municipal de San José de Pamplona, donde se recoge que Emilio Mola Vidal fue enterrado ese día en la sepultura número 3 del mural norte del cementerio moderno, es decir, de la parte nueva del camposanto, en una sepultura de tipo nicho. La anotación lleva la firma del entonces capellán, Gabriel Larequi. En el mismo documento se hace constar que 24 años más tarde, el 15 de julio de 1961, fueron exhumados los restos de Mola y trasladados a la Catedral "para ser inhumados el día 17 en el mausoleo erigido por Navarra a sus muertos en la Cruzada".
Los dos entierros de Mola, en 1937 y 1961
A.O. PAMPLONA Sábado, 15 de noviembre de 2008 - 03:59 h
El general Emilio Mola Vidal (1887-1937) falleció en un accidente el 3 de junio de 1937, al estrellarse en Alcocero (Burgos) el avión en el que se trasladaba desde Vitoria hacia el frente. Protagonista del alzamiento nacional del 18 de julio, declaró el estado de guerra al día siguiente desde el Palacio de Capitanía, hoy Archivo General de Navarra, donde permanecía recluido.
Nada más conocerse el fallecimiento, la Diputación solicitó que el general Mola fuese enterrado en Pamplona. El cadáver llegó a la capital navarra a las 18.45 horas del día 4 de junio. Esa misma mañana el Ayuntamiento había celebrado una sesión extraordinaria en la que, entre otras cuestiones, se acordó "designar una comisión especial que estudie las formas de perpetuar la memoria del finado, incluso con la erección de un monumento, y ofrecer los nichos municipales para conservar en uno de ellos el cadáver del malogrado militar", decía el acuerdo municipal.
La comitiva fúnebre integrada por bandas de música y autoridades civiles y militares entró en Pamplona por la plazuela de San Lorenzo y se detuvo frente a la Diputación, donde se rezó un responso. A continuación, por el Paseo de Sarasate y la calle Navas de Tolosa, el coche fúnebre se dirigió al cementerio. Allí, tras un nuevo responso, a las 20.20 horas, el féretro fue introducido en el nicho.
Entierro en el monumento los muertos en la Cruzada
Los restos de Emilio Mola Vidal fueron exhumados del cementerio de Pamplona el 15 de julio de 1961 a las 9 de la mañana "y trasladados a las 20 horas del día 16 a la Catedral", tal y como queda recogido en la anotación del libro del camposanto. Al día siguiente, para conmemorar el XXV aniversario del alzamiento, tanto los restos de Emilio Mola como los de José Sanjurjo, general fallecido en julio de 1936, también en accidente de aviación, fueron trasladados en un cortejo fúnebre desde la Catedral hasta la cripta del monumento erigido por Navarra a sus muertos en la Cruzada. En el exterior se celebró un nuevo funeral.