.98 navarros mártires de la persecución religiosa en la zona roja en España durante la Guerra de 1936 y sus precedentes, proclamados por la Iglesia hasta el 23.03.2017. Beatificados 94 de ellos hasta el 21.10.2017...INDEX.
Los 29 mártires navarros beatificados el 13 de octubre de 2013
29 mártires navarros fueron
beatificados el 13 de octubre de 2013 en Tarragona,
entre los 522: 12 Hermanos Maristas de la
Enseñanza, F.M.S.; 3 Hijas de la Caridad; 2
religiosos de los Sagrados Corazones; 2 claretianos; 2
redentoristas; 2 benedictinos, 2 hospitalarios de San Juan de
Dios; 1 capuchino; y 1 sierva de María; 1 hermano de las
Escuelas cristianas de la Salle y 1 laico también de las
Escuelas cristianas de la Salle.
El 6 de noviembre es su memoria litúrgica. Sus
biografías aparecen publicadas en la obra de José
Antonio Marcellán y Santiago Cañardo, Mártires navarros
del siglo XX (Laoconte 2008). Sus nombres, más
abajo.
Mártires navarros del siglo XX
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/category/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/
Tres Hijas de la Caridad
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/05/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe/
Las Hijas de la Caridad fue la congregación femenina con mayor número de mártires durante la persecución religiosa acontecida durante la II República: un total de 30. Entre ellas se encuentran tres navarras. Sus biografías aparecen en la obra de José Antonio Marcellán y Santiago Cañardo Mártires navarros del siglo XX (Laoconte 2008).
JOSEFA LABORRA GOYENECHE
Nacida en Sangüesa el 6 de febrero de 1864, hija de Francisco y Javiera, labradores. Ingresó en la congregación a los 17 años. Su primer destino fue el Hospicio de Cuenca, donde dió clases a las niñas durante diecinueve años. En 1900, con 37 años, fue nombrada responsable, sirviente en el lenguaje vicenciano, del asilo Nuestra Señora del Carmen de Bétera (Valencia), cuidando tanto a niños como a ancianos. En 1911 la destinan, con el mismo cargo, al Hospital de Murcia, pero debido a su delicado estado de salud, pronto vuelve a Bétera, donde permanece hasta su martirio. Ejemplar, humilde, caritativa, con gran igualdad de trato, y amante de los pobres. El Padre Jesús Taboada define así a su tía: Las principales dotes de su alma se pueden resumir en estas tres palabras: comprensión, ternura, prudencia.
Expulsadas de su casa de Bétera nada más iniciarse la guerra civil, las hermanas marcharon a Valencia el 21 de agosto de 1936, donde, denunciadas por un exalcalde del pueblo, acabaron encerradas a en la checa del seminario de Valencia, hasta el día de su martirio. A la una de la mañana, el 9 de diciembre de 1936, un grupo de militantes comunistas sacaron a las hermanas para matarlas. Josefa murió asesinada ese día con 72 años de edad y 55 de vocación.
ESTEFANÍA IRISARRI IRIGARAY
Compañera de martirio de Josefa Laborra, Estefanía había nacido en Peralta el 26 de diciembre de 1878, hija de Ildefonso y de Juana. Entró en las Hijas de la Caridad el 21 de noviembre de 1896. Su único destino fue el asilo de Bétera (Valencia). Era de gran abnegación, piadosa, humilde y amante de los pobres. Parecía la más santa y la más mortificada. Tenía la cara de santa. Escogía siempre lo peor para ella, trabajos, comida dicen los testigos. Cuidaba de los pequeños. Además era la sacristana, cuidaba del lavadero y del planchado. Como Josefa, murió asesinada en Valencia el 9 de diciembre de 1936, a los 58 años de edad y 40 de vocación.
Tres meses antes de su martirio, las cinco hermanas de Bétera escribieron, desde el Seminario donde estaban presas, una carta a una vecina del pueblo, en la que dan un precioso testimonio de su fe:
Verdaderamente sólo con Jesús está el alma tranquila, aún en medio de la tribulación y desamparo que padecemos; pide a nuestro Divino Esposo, que ahora que nos ha puesto a prueba, con este desamparo y persecución contra la Iglesia, seamos fuertes para padecer y firmes para perseverar en su amor y servicio. Digamos, con San Francisco, mirando al Cielo, ya que no tenemos donde dirigir nuestra vista: Padre nuestro que estás en los cielos ¿Qué será de nosotras? ¡Dios sólo lo sabe! ¡Bendito sea Dios!
JOSEFA GIRONÉS ARTETA
Nació en Garísoain el 17 de marzo de 1907. Era la mayor de once hermanos, hijos de Manuel y Demetria. Uno de sus hermanos, Carmelo, fue sacerdote y canónigo de la catedral de Pamplona.
Entró en la Congregación de Hijas de la Caridad en 1930 y, para entonces, ya llevaba con mucho garbo el timón de su casa. Desde 1931 permaneció hasta su muerte en el hospital clínico de San Carlos de Madrid. Profesó el mismo día 19 de julio de 1936, y momentos después decía: Ya le he dicho al Santo Padre que me dé fortaleza, si me llama al martirio. ¡Pero no tendré tanta dicha !. Al día siguiente, en San Carlos, al oír el tiroteo del Cuartel de la Montaña, comentando la situación, dijo: Yo ya lo he ofrecido todo. ¡Qué bien si Dios quisiera hacernos mártires!.
Cuentan que era de carácter fuerte, cuyo dominio le daba bastante quehacer, pero buena de veras. Tuvo que abandonar el hospital y deambular por distintas casas en Madrid, sufriendo numerosos insultos. El 17 de noviembre de 1936 salió con otra hermana, convencidas de que iban a cubrir unas plazas de enfermeras en Cruz Roja, una trampa que les llevaría seis días más tarde a ser fusiladas en un descampado de las Vistillas, el 22 de noviembre. Contaba con 29 años de edad. En la ficha de su fusilamiento se indica la causa del mismo: ser religiosa.
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Tres mártires Religiosos de los Sagrados Corazones.
Esta congregación tuvo 14 mártires en la persecución religiosa durante la II República, de los que cinco habían nacido en Navarra. Ahora serán beatificados 5, entre los que se encuentran dos navarros.
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/noticias/2013/05/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-ii/
TEÓFILO FERNÁNDEZ DE LEGARIA GOÑI
Nació en Torralba del Río, el 5 de julio de 1898, hijo de Tomás, labrador, y de Fermina, que era maestra nacional en el pueblo y catequista en la parroquia. Educó con esmero a su hijo. Además, la caridad con que su madre visitaba a los enfermos influyó poderosamente en su hijo. Su párroco se admiraba de las preguntas de aquel niño que, a los siete años, hizo la primera comunión y decía de él: Si ahora muriera iría al cielo, pues no ha cometido ningún pecado mortal.
Desde pequeño sintió el gran deseo de entregarse a Dios en la vida religiosa. Ingresó, a los 12 años, en la escuela apostólica de los Sagrados Corazones en Miranda de Ebro y allá permaneció hasta después de su noviciado. También realizó estudios de Magisterio en Vitoria. Fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 1923 en Santander. Prosiguió sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma, donde se doctoró en Teología en 1925. Hizo su servicio militar en Marruecos y posteriormente volvió a Madrid, donde, con sólo 28 años, fue prior y después superior de la Casa de San Martín de los Heros, alternando con múltiples actividades, entre ellas director espiritual de la Asociación de San Isidro de licenciados y doctores. En 1935 fue destinado como director al Seminario de San José, en El Escorial, cargo en el que había de encontrar su gloriosa muerte. Optimista de carácter, amante de la música, fue calificado como un excelente religioso. Un superior suyo llegó a decir que aquella vida mereció tal muerte.
Una vez iniciada la guerra, de acuerdo con el alcalde de El Escorial, convirtió parte del seminario en hospital y quedó constituido como director del mismo, ganando así bastante tranquilidad y respeto. Sin embargo, él presentía su martirio. Cuando marcharon los estudiantes dijo: ¿Para qué me he de marchar? Tengo el presentimiento de que voy a morir, y me alegro de morir fusilado. Más pasó Nuestro Señor por nosotros: es lo mínimo que podemos ofrecerle
A las cuatro de la tarde del 11 de agosto de 1936 llegó una ambulancia, al mando de la cual iba el yerno del portero de la casa del colegio de San Martín de los Heros. Se llamaba Fernando y, en más de una ocasión, el Padre Teófilo le había ayudado a salir de sus apuros económicos. Su respuesta fue: ¡Cómo! ¿Todavía por aquí el Padre Teófilo? Voy a dar orden de que se fusile a todos. Así, a las once de la noche de ese día, fue conducido al lugar denominado la Piedra del Mochuelo, a unos dos kilómetros de El Escorial, en la carretera de Valdemorillo. Le dieron muerte en la cuneta con una descarga cerrada. Sabemos que antes habló a los verdugos del verdadero sentido cristiano de la vida y de la muerte y que pidió y obtuvo algún instante para rezar. Así preparado, recibió la descarga con extraordinaria entereza de ánimo, que impresionó fuertemente a sus verdugos. Esa misma noche y en el mismo lugar fueron asesinados los tres sacerdotes de la villa.
MARIO ROS EZCURRA
Nacido en Lezáun, el 30 de abril de 1910, hijo de Victorino Ros Asensio y Sofía Ezcurra Munárriz. Su familia era de buena posición social y muy piadosos.
Ingresó en la escuela apostólica de Miranda de Ebro en septiembre de 1920. Hizo su primera profesión en 1929, año en el que fue al Escorial, donde profesó sus votos perpetuos el 16 de agosto de 1932. De carácter bondadoso, dócil y algo tímido, era muy caritativo y siempre dispuesto a los servicios más duros, de temperamento reflexivo y sensato y, por su actuación, inspiraba confianza en todos. Fue ordenado sacerdote en El Escorial el 21 de julio de 1935. Le destinaron al colegio de San Martín de los Heros, donde estuvo hasta el 20 ó 21 de julio de 1936, cuando huyó a Madrid, refugiándose en casa de unos tíos suyos que tenían una pensión en la Gran Via. Su provincial, el Padre José Palmero, recuerda que al empezar la persecución religiosa le oyó decir un día esta frase: Qué bien si a mí me mataran de un tiro, enseguida al cielo.
Durante su estancia en la pensión-refugio se encargaba de mantener la alegría y conformidad con la voluntad de Dios, especialmente con respecto a las religiosas que también se habían refugiado en la misma pensión. Les celebraba la Misa y rezaban juntos el Rosario. Llevaba la Eucaristía a las personas que lo solicitaban, arriesgando su vida por las calles. Su primo le cedió su carnet, pero él no quería aceptarlo, diciendo que no sabía mentir y que le bastaba el mismo Dios sin necesidad de ningún recurso. Su tía le oyó decir algo parecido, que él nunca negaría que era sacerdote y religioso, aunque le mataran y que sea lo que Dios quiera.
Su final fue así. A las tres semanas de su llegada, una de las sirvientas de la pensión, novia de un miliciano, comentó a una compañera que ella no aguantaba más esta situación y que iba a denunciar a los refugiados. Éstos fueron advertidos de ello por otra de las empleadas. Esa misma noche, hacia las tres de la madrugada, los detuvieron a todos. El padre Mario trató de animar a todos y en un momento determinado les dio la absolución. De todos aquellos detenidos, el único condenado fue él. Lo fusilaron en la carretera de Extremadura, en el lugar llamado La China, el 15 de agosto de 1936.
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Claretianos
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/05/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-iii/
Los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, popularmente conocidos como Claretianos, fue la congregación masculina con mayor número de mártires, un total de 271, de los que 25 eran navarros. En 1992 fueron beatificados los 51 mártires de Barbastro, entre ellos nueve navarros. El próximo 13 de octubre serán beatificaos otros 15 claretianos, casi todos jóvenes seminaristas martirizados en la estación de Fernán Caballero (Ciudad Real), dos de ellos nacidos en Navarra.
ANTONIO LASA VIDAURRETA
Nació en Loizu (valle de Erro) el 28 de junio de 1913, en casa Garicoa, hijo de Miguel Lasa y Josefa Vidaurreta, católicos a machamartillo. Fue bautizado el día 30, recibiendo el sacramento de la confirmación el 6 de agosto del mismo año. En 1924, con 11 años, ingresó en el Postulantado de los Claretianos en Santo Domingo de la Calzada. Cursó los tres años de Filosofía en Beire. Al terminar el tercer año de Teología en Santo Domingo, tras una crisis de entendimiento con el Prefecto de teólogos, obtuvo de los superiores el paso a la provincia Bética, continuando sus estudios en Zafra (Badajoz) a partir de 1935.
Antonio poseía un conjunto envidiable de cualidades: inteligencia, prodigiosa memoria y tesón para el estudio, acompañada de una piedad serena, que se traducía en una armonía de cabeza y corazón. Estas son las virtudes que quedarían arrancadas en su temprano martirio, a los 23 años, al año escaso de su llegada a Zafra.
CÁNDIDO CATALÁN LASALA
Nació en Corella, hijo de Feliciano y Jacinta, el 16 de febrero de 1916, y fue bautizado al día siguiente con el nombre de Cándido Isaías. Recibió el sacramento de la Confirmación el 26 de septiembre de 1918. A los 11 años, siguiendo las huellas de su tío, el P. Cándido Catalán Monreal, entonces Provincial de la Provincia Bética de los Claretianos, ingresó en el Postulantado de Plasencia en 1927. Quienes le trataron dicen que fue muy infantil hasta los 17 años. Maduró mucho a partir del Noviciado en Salvatierra de Álava, donde profesó en 1932. En 1935, al comenzar su primer año de Teología la transformación era ya total: Estudiante religiosamente completo, piadoso, caritativo, obediente, humilde, aplicado, optimista, relata el informe de su Prefecto. Fue el más joven de este grupo de mártires. Sólo tenía 20 años.
Ambos jóvenes religiosos nacidos en Navarra fueron martirizados el 28 de julio de 1936 en la estación de Fernán Caballero, junto con otros catorce estudiantes, cuando se encaminaban hacia Madrid, tal como se relata a continuación.
Toda la comunidad había sido expulsada brutalmente y perseguida a muerte del convento de Zafra (Badajoz), donde los estudiantes realizaban sus estudios de Teología. Estos hechos acontecieron en los últimos días de abril y primero de mayo de 1936, al poco tiempo de la llegada del Frente Popular al poder. Los 47 miembros de la comunidad (9 padres, 30 estudiantes y 8 hermanos coadjutores) se refugiaron en la casa de ejercicios adosada a la Casa-Misión de Ciudad Real. La casa estaba desprovista de todo, por haber sido previamente desvalijada por los asaltantes. No salieron de ella en los cerca de tres meses que estuvieron allí. El 10 de mayo se reanudaron las clases y el 10 de junio tuvieron los exámenes. Conscientes de la situación, vivieron este tiempo con alto fervor religioso. El hermano de Antonio, Félix Lasa, médico, los visitó poco antes de su muerte, con ánimo de que marchase con él a Madrid. Sin embargo, Antonio continuó con su comunidad.
El día 24 de julio comienza la angustia de todos, al quedar la casa en poder de los milicianos. Esa primera noche fue relativamente tranquila, pues el jefe de guardia de los milicianos, un tal Camisón, parecía hombre comprensivo. Al día siguiente, fiesta de Santiago, el tal Camisón les permitió decir una misa al Padre superior, comulgando toda la comunidad, si bien con guardia armada. El día 28 llegaron los salvoconductos del Gobierno civil, que no eran otra cosa que salvoconductos de la muerte. Se organizó la primera expedición en la que iban dos Padres y 14 estudiantes, entre ellos los dos navarros. Los llevaron a la estación de Ciudad Real. Al llegar se armó un griterío y voces de: ¡A matarlos! Los hicieron montar y cuando el tren llegó a la primera estación ya no esperaron más: acabarían con los catorce jóvenes. A las cinco de la tarde se detuvo el tren en la estación de Fernán Caballero. Un grupo de milicianos acabó con ellos a balazos y con armas blancas.
Entre el montón sangrante de los trece cadáveres de sus compañeros, Cándido Catalán quedó con vida, aunque gravísimamente herido. Unas cuatro horas estuvo desangrándose. Le atendió el médico de Fernán Caballero, D. Pascual Crespo Campesino. Las autoridades ordenaron que Cándido Catalán fuera trasladado al hospital de Ciudad Real. A mitad de camino, cerca del río Guadiana, falleció. Las dos fotografías que se le hicieron muestran la serenidad impresionante de su rostro, aún después de muerto.
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Redentoristas
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/05/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-iv/
Los Redentoristas tuvieron un total de 21 mártires en la persecución religiosa durante la II República, de los que una tercera parte eran navarros. El 13 de octubre de 2013 son beatificados los 6 redentoristas martirizados en Cuenca, entre ellos dos navarros.
JAVIER GOROSTERRAZU JAUNARENA
Nació en Urroz de Santesteban el 28 de agosto de 1877,
hijo de José María Gorosterrazu y María Tomasa Jaunarena. Toda
la familia hablaba en vascuence. Durante dos años, trabajó como
pastor, cuidando los rebaños de su abuelo. Mientras las ovejas
pacían la hierba él se rezaba una porción de rosarios.
A los 16 años ingresó como postulante en el convento de Astorga
de la Congregación del Santísimo Redentor, a la que había
conocido con motivo de unas misiones predicadas por los
redentoristas cerca de Urroz. Lo hizo como hermano lego, pues no
contaba con estudios previos y apenas hablaba el castellano.
Profesó tres años después, en 1896. Sin embargo, ya en el
noviciado dio muestras de su notable inteligencia, por lo que
prosiguió los estudios y fue ordenado sacerdote el 28 de
diciembre de 1903. Ejerció como profesor en El Espino y en
Astorga. En 1913 fue destinado a Pamplona, con gran alegría suya
por venir a su tierra, donde permaneció hasta 1930. Predicaba,
unas veces en vascuence y otras en castellano, por los pueblos de
Navarra. Fue un gran apóstol y un gran misionero. Tenía una
simpatía innegable en el trato, lo que le valió numerosísimas
amistades y era continuamente solicitado para charlas, retiros y
ejercicios espirituales. Su mayor prestigio se lo ganó en el
confesionario, por sus dotes extraordinarias de consejero y
director espiritual. Fue hombre de gran talento y erudición, con
numerosas publicaciones, entre ellas Don Rodrigo Jiménez
de Rada y Noticia de las dos vasconias. Al
morir estaba preparando un estudio histórico sobre el cardenal
navarro Bartolomé de Carranza.
El 6 de enero de 1933 salió para Cuenca con carácter
provisional. Allí encontraría el martirio. La persecución
religiosa comenzó ya el 1 de mayo de 1936. La comunidad
redentorista de San Felipe Neri tuvo que dispersarse. Él salió
22 de julio, dirigiéndose a casa del seglar Elpidio Miranzo,
amigo de la comunidad. Permaneció allí hasta el día 28. Los
registros hacían peligrosa su presencia. Ese día se trasladó
al Seminario diocesano, donde se encontraba refugiado el obispo,
rodeado de numerosos sacerdotes, estando su custodia encomendada
a la Guardia Civil. Su vida en el seminario fue ejemplar:
dirigía pláticas a las religiosas, las animaba a morir por la
fe y las confesaba todas las noches para estar mejor preparadas.
Tenía la certidumbre de su próximo sacrificio, como lo
manifestó varias veces en sus pláticas a las religiosas. A las
dos de la mañana del 10 de agosto, su sobrina religiosa lo vio
salir desde el asilo, contiguo al seminario, escoltado por
milicianos del Frente Popular, que lo ejecutaron junto a una
fuente próxima al cementerio. Tenía 58 años de edad, 40 de
ellos religioso.
MIGUEL GOÑI ARIZ
Nació en Imárcoain, en la falda de la sierra de Alaiz,
el 27 de abril de 1902, hijo de Domingo Goñi y Marca Ariz. Tras
una misión de los Padres Redentoristas en su pueblo, ingresó en
1913, a los 11 años, en el Jovenado de El Espino (Burgos).
Continuó sus estudios en Cuenca. En 1919 tomó el hábito en
Nava del Rey. Realizó sus estudios eclesiásticos en Astorga,
donde fue ordenado sacerdote en 1925.
Tenía poca salud. En las misiones que predicó demostró ardor y
entusiasmo apostólico y captó numerosas simpatías en los
lugares donde ejerció su ministerio: Santander, Granada, Vigo,
etc. En septiembre de 1935 pasa a Nava del Rey por motivos de
salud y al poco tiempo a Cuenca. Su salud condicionó mucho su
actividad pastoral, prácticamente reducida al interior de la
iglesia, a excepción de alguna predicación esporádica.
Ya en mayo de 1936 fue perseguido por las calles de Cuenca por un
grupo de exaltados, deseosos de atacar a cualquier religioso. A
los diez días de haber abandonado el convento de San Felipe Neri,
refugiado con el Padre Olarte en casa del sacerdote D. Enrique,
alguien informó a los milicianos y éstos se presentaron en este
domicilio el 31 de julio. Los condujeron, entre blasfemias por la
calle. Las víctimas sabían lo que les esperaba y se despidieron
de D. Enrique, que también recibiría más tarde la palma del
martirio, con estas palabras: ¡Hasta el Cielo!
Ambos religiosos cayeron en tierra con vida en las afueras de la
ciudad, al ser heridos por los tiros de pistola a bocajarro,
mientras gritaron: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva San Alfonso!
El Padre Goñi todavía volvió en sí y se fue arrastrando,
dejando un reguero de sangre, hacia el Padre Olarte, que también
vivía, y estuvieron consolándose mutuamente y sin duda
confesándose por última vez. Contaba 34 años de edad, 17 de
ellos como religioso.
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Hermanos de la Salle.
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/06/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-v/
Los Hermanos de las Escuelas Cristianas de la Salle tuvieron un total de 165 mártires en la persecución religiosa durante la II República. Diez de ellos ya han sido canonizados (los mártires de Turón, martirizados durante la revolución de Asturias en 1934) y 70 son ya beatos. Entre ellos, dos navarros, uno de ellos laico.
JUAN SANZ PALANCA (HERMANO CRISÓLOGO)
Nació en Pamplona el 11 de mayo de 1880. Fue bautizado al día siguiente en la parroquia de San Lorenzo. Era hijo de Celestino Sanz, de Pamplona, y de Francisca Palanca, natural de Alcampel (Huesca), de los que recibió un ejemplo de piedad y de virtud cristianas que le acompañaron durante toda su vida.
A los 17 años entró en el noviciado menor de los Hermanos de la Salle en Bujedo (Burgos). Ejerció su vida religiosa en las comunidades del norte, centro y sur de España: Peñuelas, Vitoria y Madrid. Sus compañeros lo definen como sumiso de espíritu y de corazón, hijo siempre cariñoso de sus superiores, con una perpetua juventud en su rostro, lo que le hacía objeto de numerosas bromas, que él aceptaba de forma risueña. Ejerció como maestro y catequista. Dedicaba todo su tiempo libre a preparar sus clases, sobre todo de catecismo. Al ir a clase, todo lo tenía previsto. Poseía un tesoro de relatos, anécdotas vividas, comparaciones ingeniosas, que se complacía en poner al servicio de los demás Hermanos. Reclutó numerosas vocaciones.
Todo ello lo coronó con la gloria del martirio, que alcanzó con toda la comunidad de la Escuela de Santa Susana, en el madrileño barrio de las Ventas, donde era profesor desde 1931. Los siete Hermanos fueron primero interrogados a punta de pistola por un piquete comunista, que irrumpió en la casa Procura el 30 de julio de 1936: ¿Tenéis armas? ¿Dónde están los religiosos ausentes? ¿Dónde está vuestro dinero? A cada una estas preguntas había que responder ante la amenaza de las pistolas. Ellos respondieron como mansos corderos. Fueron llevados a la Casa de Campo, donde fueron martirizados ese mismo día. Los milicianos volvieron inmediatamente a la Procura, a fin de apoderarse del dinero y saquear los locales. El Hermano Crisólogo tenía 57 años, 37 de religioso.
JOSÉ GORASTAZU LABAYEN, laico
Nació en la pequeña localidad de Usi (valle de Juslapeña) el 30 diciembre 1907, donde fue bautizado al día siguiente. A los pocos meses, el 10 de mayo de 1908, recibió la confirmación en la vecina iglesia de Marcaláin. De joven entró en el noviciado menor de Griñón (Madrid) del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, pero no pudo superar dicho noviciado por motivos de salud y por su corta inteligencia. Dado que quería mucho al Instituto, los superiores decidieron que se quedara con los Hermanos como criado. En la casa de Griñón ejerció diversos encargos: zapatero, fregadero Todos afirman que era buenísimo, muy fervoroso y sencillo en su piedad. Vivió siempre como si fuera un Hermano, siguiendo en todo su Regla. Comulgaba todos los días, servía a todos con una caridad extrema, llevando una vida de verdadero sacrificio.
La casa de Griñón fue asaltada el 28 de julio de 1936 por un nutrido grupo de milicianos, se habla cerca de 300, con la leyenda Los sin Dios, firmados por las siglas de la CNT, FAI y UGT. Aunque gran parte de la comunidad había logrado escapar con anterioridad a Madrid, habían permanecido los novicios menores y los Hermanos ancianos y enfermos, con el Hermano Orencio Luis al frente.
José Gorostazu fue el primero en morir, por el simple hecho de afear la conducta de los milicianos, al destruir todas las imágenes, altares y pilas de agua bendita de la iglesia. Eso bastó para que, cayendo sobre él con patadas y culatazos, le dispararan y dejaran agonizante en el atrio de la capilla, sin que la víctima cesara de gritar ¡Viva Cristo Rey! Era la tarde del 28 julio. Tenía 29 años.
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Capuchinos
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/06/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-vi/
32 mártires Capuchinos son beatificados el 13 de octubre de 2013, entre ellos un navarro.
LORENZO ILARREGUI GOÑI (FRAY GABRIEL DE ARÓSTEGUI)
Nació en Aróstegui (valle de Atez) el 10 de agosto de 1880. Tras un prolongado postulantado, vistió el sayal capuchino en el convento de Montehano (Santander), el 31 de diciembre de 1910, profesando en el mismo convento al siguiente año. Fue destinado después al convento de El Pardo, al cuidado de la huerta y el ganado. El agobio del trabajo no turbaba su ánimo invariable: siempre se le encontraba de buen humor, alegre y contento. Todo era fruto de la sólida formación espiritual y de su vida interior: se daba a la oración sin abandonar el trabajo. El reloj que marcaba las horas le daba la oportunidad de intercalar en el trabajo su devoción mariana y su recuerdo a la Eucaristía. Era humilde, sencillo y callado.
En el convento de El Pardo se encontraba cuando fue asaltado por los milicianos el 21 de julio de 1936. Quiso huir, saltando las tapias de la huerta; pero, apenas había puesto los pies en tierra, fue visto por los milicianos que tenían rodeada la huerta. Le conminaron a que se detuviese y, después de insultarle y maltratarle, le quisieron obligar a blasfemar, diciéndole que si no lo hacía le matarían allí mismo. Él, por toda respuesta, dijo: Hagan de mí lo que quieran; mátenme, pero yo no blasfemo. Aquí comenzó su martirio y también su clara y valiente confesión de fe.
Conducido con los demás al pueblo de El Pardo y más tarde a la Dirección de Seguridad, fue puesto en libertad el 25 de julio. Pasó unos días en Madrid, refugiado en la casa del Dr. Úbeda, hasta que el 5 de agosto, temeroso por los registros, salió andando camino de El Pardo. Tras una semana deambulando por el monte, fue detenido y conducido de nuevo al convento, donde siguió trabajando en la huerta, siempre vigilado por los milicianos, que ni si quiera le permitían hacer sus oraciones y le herían en sus sentimientos, diciéndole que le iban a casar con una miliciana. Él, por toda contestación, se echaba a llorar y respondía: Mátenme antes, pero yo no consiento eso.
Y así llegó el día 23 de agosto de 1936, día en el que, mientras cenaba, fue conducido a la puerta del convento, donde tres milicianos lo acribillaron a balazos. Tenía 56 años, 25 de religioso.
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Siervas de María
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/06/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-vii/
Entre las Siervas de María mártires la navarra Daría Andiarena Sagaseta fue beatificada el 13.10.2013
DARÍA ANDIARENA SAGASETA
Es una de las cuatro Siervas mártires, asesinadas juntas en Pozuelo de Alarcón en el verano de 1936, beatificadas el 13 de octubre de 2013 en Tarragona.
Nació el 5 de abril de 1879 en Donamaría, hija de Nicolás y Francisca, ambos naturales y vecinos del mismo pueblo. D. Miguel Goizueta le administró el bautismo al día siguiente, con los nombres de Josefa Engracia, aunque se le llamaba Graciana y así figura en la Congregación. Recibió la confirmación el 30 de agosto de 1881.
A los 23 años, el 9 de noviembre de 1902, ingresó en el instituto de Siervas de María, haciendo el noviciado en Madrid. Tomó el hábito el 19 de abril de 1903 y emitió sus votos el 4 de mayo de 1905. Su primer destino fue la casa de Zaragoza. En 1910 pasó a Ciudad Real y en 1911 fue trasladada a la Casa Madre en Madrid, haciendo sus votos perpetuos el 5 de mayo de 1913. No tardó en enfermar de una úlcera de estómago, dando muestras de humildad y mortificación. En la Casa Madre, como auxiliar de las hermanas coadjutoras, fue modelo de virtudes para las novicias. Su caridad para con ellas era la de una madre. Esta delicada misión la desempeñó durante ocho años. Su vida fue una referencia continua para las jóvenes que la conocieron. La entrega de la vida de Sor Daría, en el momento de su muerte, no fue vista por las hermanas que con ella habían convivido como algo casual, sino como la coronación de toda una vivencia, deseada por ella misma Yo quiero el martirio del sacrificio diario y si Dios quiere, también morir, morir mártir por Él, había dicho.
El 30 de septiembre de 1930 fue destinada a la casa de Pozuelo de Alarcón en Madrid, para aliviar a aquella comunidad, formada por hermanas ancianas en su mayoría. Allí encontraría el martirio.
El 29 de agosto de 1936, las religiosas fueron expulsadas de su convento, aunque permitiéndoles instalarse todas juntas en una casa particular, hasta que el 21 de noviembre las obligaron a dispersarse. Cuatro de ellas fueron acogidas en casa de una familia amiga de la comunidad. Cuando un miliciano, al coger a una de ellas, le palpó el rosario grande que llevaba por debajo del vestido a una de ellas fue cuando Sor Daría, con bastante entereza, dijo a los milicianos: En efecto somos religiosas, pueden hacer lo que quieran de nosotras, pero yo les suplico que a esta familia no les hagan nada, pues al vernos sin casa y autorizados por el Comité de Pozuelo, nos recibieron en la suya, por caridad. Al poco rato otros milicianos se encaminaron derechos a la habitación de las hermanas, que fueron asesinadas esa misma noche. Era el 7 de diciembre de 1936. Tenía 57 años, 33 de religiosa.
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Benedictinos
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/06/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-viii/
Benedictinos
Los Benedictinos tuvieron mártires durante la persecución
religiosa de 1936, pertenecientes a los monasterios de Montserrat
(23), El Pueyo (18) y Montserratico en Madrid
(4). De los de la comunidad del Pueyo, beatificados el 13.10.2013
en Tarragona, dos son navarros.
RAMIRO SANZ DE GALDEANO
Nació en Villatuerta el 30 de agosto de 1910 y fue bautizado con el nombre de Ramón al día siguiente. Sus padres, Francisco Sanz de Galdeano Munárriz y Valentina Mañeru Lasheras, tuvieron diez hijos. Ramón fue el quinto.
Sus hermanas Luisa e Irene ingresaron en la congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana y Serafín, que ingresó también en la Orden Benedictina y ocupó durante muchos años el cargo de Superior de la misión benedictina de Kalumburu, en Australia del Norte.
La madre, embarazada de Ramón, estuvo a punto de morir. Su padre apeló al Sagrado Corazón, según cuenta Serafín, con estas palabras: Sagrado Corazón, si me estás probando porque va a ser chico, te lo doy: llévatelo, pues no lo quiero para mí. Pero no te lleves a Valentina, que la necesitan estas cuatro criaturas. Al día siguiente el médico se quedó asombrado, pues Valentina estaba ya fuera de peligro.
En el pueblo fue monaguillo. A los once años ingresó en el monasterio benedictino del Pueyo, cerca de Barbastro. Allá cursó los cuatro años de Humanidades. Después estuvo en la abadía de Samos, donde vistió el hábito con el nombre de Ramiro el 14 de septiembre de 1925 y emitió sus primeros votos el 22 de diciembre de 1926.
A los 22 años, el 5 de abril de 1932, Ramiro hizo la
profesión solemne, pero su ordenación sacerdotal tardó en
llegar. Antes tuvo que hacer el servicio militar, aprendiendo la
instrucción en la huerta de Rocamador de los Padres Capuchinos
de Estella. Terminados sus compromisos militares, el 7 de julio
de 1935 se ordenaba sacerdote y el día 11, fiesta de San Benito,
celebraba su primera Misa.
Durante el curso 1935-36 enseña en el Pueyo Filosofía e
Historia de la filosofía; además salía a predicar. Era de
carácter alegre y fuerte. De su virtud y fervor son testigos
cuantos le trataron y sus numerosas cartas.
El 20 de julio el Padre prior del Pueyo manda a Barbastro, vestidos de seglares, a los Padres Anselmo y Ramiro, que informaron a la comunidad de la crítica situación. En la tarde del 22 de julio dos motoristas subieron al monasterio a comunicarles la orden de abandonarlo. Obedeciendo se dirigieron al mesón del Pueyo, propiedad del monasterio. El 23 de julio fueron llevados al colegio de los Escolapios, que hacía de prisión. Allá permanecieron, junto con los Escolapios y los estudiantes claretianos, hasta el momento de su martirio ocurrido el 27 de agosto, a punto de cumplir los 27 años, diez como monje.
ROSENDO DONAMARÍA VALENCIA
Nació el 3 de noviembre de 1909 en San Martín de Unx. En su bautismo le pusieron el nombre de Martín. Llegó al monasterio del Pueyo con su hermano gemelo Román, probablemente en el verano de 1922. Mientras su hermano era destinado a las misiones de Australia él formaría parte de la comunidad de Pueyo. Allá estudiaron los dos las humanidades y al comenzar el noviciado Martín fue enviado a Montserrat, mientras Román hacía el noviciado en Belloc, (Francia).
Rosendo era un tanto retraído, quieto, pacífico, bueno y humilde. Vistió el hábito el 27 de septiembre de 1926 y sus votos solemnes fueron el 29 de septiembre de 1930. Recibió el Diaconado el 25 de septiembre de 1932.
En el monasterio sirvió como ayudante del director del coro monástico, ya que tenía una hermosa voz de tenor. Tras cumplir el servicio militar en Pamplona y Zaragoza, retornó al Pueyo el 2 de enero de 1935. Sufrió el martirio en las mismas condiciones y circunstancias que el Padre Ramiro, el 27 de agosto de 1936. Tenía 24 años, 6 como monje.
Los instantes finales de ambos fueron así. El prior, Dom Mauro Palazuelos, dio la absolución a todos y los sacerdotes se la dieron entre sí. Fueron subidos a un camión, en el cual enseguida comenzaron a gritar: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen del Pilar! ¡Viva la Virgen del Pueyo! Las blasfemias de los milicianos nada pudieron contra los vivas y las alabanzas de los monjes, como han testificado muchos vecinos de Barbastro, ni tampoco los terribles culatazos de fusil que comenzaron a propinarles y que llegaron a romper los dientes de algunos y a herirles duramente en la cabeza. Los monjes, al poco de bajar del camión en las cercanías de la ciudad, llevados como mansos corderos, perdonaron a sus verdugos, quienes les maltrataron y les dispararon.
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Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/noticias/2013/07/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-ix/
Entre los numerosos mártires de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios durante la persecución religiosa en la II República, 71 fueron beatificados en 1992 por san Juan Pablo II, entre ellos doce nacidos en Navarra. En la beatificación de Tarragona del 13 de octubre de 2013 hay otros dos Hospitalarios nacidos en Navarra.
JUAN JOSÉ ORAYEN AIZCORBE
Nació en Osácar (valle de Juslapeña), el 11 de marzo de 1899; fue bautizado al día siguiente con el nombre de Juan. Sus padres, Juan Bautista Orayen Esáin y Martina Aizcorbe Sangüesa, tuvieron seis hijos, todos varones, uno de ellos religioso Capuchino. Era una familia profundamente religiosa y muy ligada a la parroquia. Recibió el sacramento de la confirmación en 1902, en la parroquia de S. Martín de Nuin, donde también fue a la escuela.
Al finalizar el servicio militar, que lo cumplió en África, ingresó en la Orden Hospitalaria el 5 de octubre de 1926 en la casa de Ciempozuelos. Allí vivió la primera experiencia hospitalaria con gran satisfacción. Tomó el hábito en 1927. Realizó el noviciado en la casa de Carabanchel Alto y emitió los votos solemnes en 1931.
De temperamento pacífico y bondadoso, se mostró siempre amante y servidor sacrificado de los enfermos.
Al iniciarse la persecución religiosa en 1936, estaba en el hospital infantil de la Malvarrosa, en la zona costera del Grao, junto a Valencia, en el que se atendía a los niños poliomielíticos de la región levantina. El hospital fue incautado por los milicianos comunistas el 23 de julio de 1936. Los religiosos permanecieron bajo sus órdenes y fueron asesinados en dos grupos, el 7 de agosto y el 4 de octubre de 1936.
Aunque Juan José Orayen, por su entrega y disponibilidad, gozaba de cierta simpatía entre los mismos milicianos y algunos de ellos intentaron librarle de la muerte, el 4 de octubre, domingo, después de haber dedicado todo el día a sus menesteres hospitalarios, en horas ya que se había retirado para descansar, fue levantado de la cama, al igual que los demás miembros de la comunidad y, fue asesinado junto a la Acequia Vera, en las arenas del mar de la playa de la Malvarrosa, mientras gritaba ¡Viva Cristo Rey! Tenía 37 años de edad y 8 de religioso profeso.
LUIS BELTRÁN SOLA JIMÉNEZ
Nació en Amunarizqueta (Valdorba) el 20 de abril de 1899, hijo de Florencio Sola Zaraiegui y Perpetua Jiménez Iriarte, labradores, católicos de costumbres y conducta ejemplares. Tuvieron siete hijos, de los cuales él fue el tercero. Bautizado en la parroquia de Artariain, recibió el nombre de Serviliano. La Confirmación la recibió el 18 de abril de 1902.
Su educación se basó en los buenos ejemplos del hogar y la instrucción escolar recibida en la escuela de Iracheta, pueblo vecino, llevando una conducta de vida ejemplar. Frecuentaba la iglesia y los sacramentos y estaba afiliado a la cofradía de la Virgen de Ujué, cuya devoción siempre tuvo viva. A los 14 años, pasó a Tafalla.
Desde los 16 años sentía deseos de hacerse religioso,
pero no llegó a ingresar en la Orden Hospitalaria hasta el 16 de
febrero de 1918, incorporándose en Ciempozuelos, para iniciar el
postulantado. De allí pasó a Carabanchel Alto, donde tomó el
hábito el 15 de septiembre del mismo año, cambiando su nombre
por Fray Luis Beltrán. Emitió los votos solemnes el 15 de
octubre de 1925.
La mayor parte de su existencia la pasó en las casas de
Cataluña, dedicado a la limosna y al acompañamiento de los
enfermos en servicio nocturno, hasta que su salud se resintió,
ocupando después puestos sencillos. Su talante humano era el de
una persona discreta, humilde y prudente, siguiendo con sumisión
las orientaciones de su director espiritual.
Al producirse la persecución religiosa, formaba parte de la comunidad del hospital de S. Juan de Dios de Manresa. La alcaldía de Manresa se incautó del hospital el 5 de agosto de 1936. Al diseminarse los Hermanos, el Hermano Luis Beltrán, junto con el Hermano Mauricio Iñiguez de Heredia, se refugiaron en Barcelona, permaneciendo siempre unidos, y juntos fueron martirizados. En Barcelona visitaron a algunos bienhechores, como Severino Pérez de Viñaspre y Rafael Rosell, sin poder ser acogidos en sus casas, aunque con alguna frecuencia pasaban a verles, recibiendo ayuda. Los dos se hospedaron en una pensión de la calle Tallers, donde seguían una vida de recogimiento, haciendo sus rezos ordinarios con normalidad. El 27 de agosto fueron detenidos en dicha pensión, siendo a continuación asesinados. Tenía 37 años de edad y 18 de vida religiosa.
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MARISTAS DE LA ENSEÑANZA
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/noticias/2013/07/martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-x/
Los Hermanos Maristas martirizados durante la persecución religiosa de la II República fueron 183, de los que 23 eran navarros. 9 maristas navarros entre los mártires de Montcada-Barcelona fueron beatificados en 2007. Otros 12 maristas mártires navarros beatificados en Tarragona el 13 de octubre de 2013.
Tres maristas mártires navarros habían estado en el postulantado de Les Avellanes (Lérida)
MARCOS LEYÚN GOÑI (H. Emiliano José)
Nació en Sansoáin (Orba) el 7 de octubre de 1897, hijo de Juan
y Petra. Fue bautizado dos días después, con el nombre de
Marcos. El 28 de mayo de 1904 recibió la confirmación en la
parroquia Santa María la Real de Ujué. La madre comulgaba
diariamente y todos los días se rezaba el rosario en familia. El
18 de febrero de 1912 ingresa en el juniorado de Arceniega (Álava).
Viste el hábito el 8 de septiembre de1913, hace la profesión
simple al año siguiente y la profesión solemne el 17 de agosto
de 1919 en Les Avellanes (Lérida).
Sabía de electricidad, de sastrería y manutención de varios
oficios y trabajos. Todo su servicio pastoral y religioso es en
tierras catalanas. En julio de 1936 está en Les Avellanes. Es
acogido por varias familias de Vilanova. El 9 de agosto emprende
la huida a pie hacia Navarra, pero el 11 de agosto es asesinado
en un lugar solitario, a un kilómetro del caserío de Saganta (Huesca).
Tenía 38 años, 23 de religioso.
FRANCISCO DONÁZAR GOÑI (H. Andrés José)
Nació en Iroz (valle de Esteríbar) el 10 de octubre de 1893,
hijo de Gregorio y Modesta; fue bautizado el mismo día con el
nombre de Francisco. El 23 de junio de 1895 recibe la
confirmación y la primera comunión en 1903. En 1 de febrero de
1921 ingresa en el postulantado marista de Les Avellanes
(Lérida). Viste el hábito el 8 de septiembre de 1921, emite los
primeros votos un año después y el 15 de agosto de 1927 hace la
profesión perpetua en Les Avellanes, donde queda al servicio de
la Comunidad.
Tenía cerca de los 28 años cuando se sintió llamado a la vida
religiosa. En Les Avellanes nunca le falta trabajo: reparaciones
en el edificio, la enfermería, cuando se sentía agobiado decía:
A Dios le es todo agradable, cuando se hace por su amor.
El 11 de agosto de 1936 es asesinado en Saganta (Huesca). Tenía
42 años, 14 de religioso. Junto a estos dos navarros, iba el
Hermano Timoteo José, natural de Teruel. Los tres Josés
corrieron la misma suerte. Acudieron a Vilanova con los
postulantes y novicios, se refugiaron con ellos y con ellos
participaban en las tareas de la cosecha en favor de las familias
acogedoras. Tuvieron que separarse, pensando que podrían escapar
y llegar fácilmente andando a Navarra o a Francia. Llegaron a la
provincia de Huesca en las inmediaciones de Estopiñán, donde se
presentaron al comité, en demanda de un salvoconducto o pase. El
comité los mandó encarcelar y al día siguiente, 11 de agosto,
los llevaron fuera del pueblo, donde los asesinaron.
TEÓFILO MARTÍN ERRO RIPA
Nació en Viscarret el 3 de marzo de 1914. Sus padres, Francisco
y Teresa formaron una familia de fe acendrada, honrando su
raigambre cristiana. Fue bautizado el 5 de marzo con los nombres
de Teófilo Martín. Recibe la Confirmación en 1919. Teniendo 11
años ingresa en el juniorado marista de Villafranca. Pasa al
postulantado de Les Avellanes, donde el 8 de
septiembre de 1930 toma el hábito y emite los primeros votos un
año después. Era de natural abierto, franco, expansivo y buen
deportista, a la par que servicial, obediente y piadoso.
Preparaba las clases con esmero.
En 1932 es destinado a Burgos y en 1935 a Barruelo de Santullán
(Palencia). El 22 de julio de 1936 huye con otro hermano en tren
hacia Burgos, pero fueron detenidos en la estación de
Quintanilla y traslados a Reinosa. Durante tres meses
permanecieron encerrados en el colegio de los Hermanos de la
Instrucción Cristiana, convertido en cárcel. El 23 de octubre,
a las diez de la mañana, los hermanos Egberto y Teófilo Martín
fueron sacados de la cárcel y asesinados con otros treinta,
junto a la carretera de Cabezón de la Sal, a 22 kilómetros de
Reinosa. Tenía 22 años, 5 de religioso.
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Tres navarros formaban parte de la comunidad de dieciséis Hermanos Maristas de Toledo; todos ellos fusilados el 23 y 24 de agosto de 1936 en dicha ciudad, frente a las escalerillas del Tránsito.
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/09/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-xi/
LORENZO LIZÁSOAIN LIZASO (H. Jorge Luis)
Nació en Irañeta (valle de Araquil) el 4 de septiembre de 1886, hijo de Miguel Ángel y Francisca. Fue bautizado al día siguiente con el nombre de Lorenzo. El 26 de agosto de 1901 ingresa en el noviciado de San Andrés del Palomar (Barcelona), viste el hábito el 30 de marzo de 1902 con el nombre de Jorge Luis; su primera profesión fue el 6 de septiembre de 1903 y su profesión perpetua el 28 de agosto de 1908. Guipúzcoa, Cataluña, Córdoba (sólo un año) y Toledo son sus destinos.
De complexión más que atlética, hercúlea, impresionaba al primer golpe de vista, pero quien lo trataba pronto descubría en él un gran corazón, en el que cabían todos, desde el cardenal o el gobernador civil, hasta las familias obreras. Era un gran devoto de la Eucaristía. En clase había montado un sistema de control y disciplina, formado por los mismos alumnos, que daba excelentes resultados.
Fue asesinado el 24 de agosto de 1936 en Toledo, a los 49 años, 32 de religioso.
JULIO MÚZQUIZ ERDOZÁIN (H. Julio Fermín)
Nació en Aldaba, hijo de Esteban y Ramona, el 12 de abril de 1899. Fue bautizado el mismo día con el nombre de Julio. Su familia era numerosa y acomodada y, sobre todo, laboriosa y de una profunda vida cristiana.
A los 15 años ingresa en el juniorado. Viste el hábito el 25 de julio de 1914, emite los votos temporales el 25 de julio de 1915 y los perpetuos el 28 de septiembre de 1920. Su vida en comunidad queda bien reflejada en esta frase: Contribuía con su amenidad, con su carácter y con su capacidad de comunicación a hacer reinar el bienestar y la caridad en la vida comunitaria.
Sus destinos fueron Zaragoza (1917), Barcelona (1919), Cartagena (agosto de 1919), Burgos (1925), Zaragoza (1927) y Toledo (desde agosto de 1933). Es asesinado el 23 de agosto en Toledo, a los 37 años, 21 de religioso.
ÁNGEL AYAPE REMÓN (H. Bruno José)
Nació en Cáseda, hijo de Javier e Isabel, el 1 de octubre de 1915. Al día siguiente fue bautizado con el nombre de Ángel. El 18 de marzo de 1927, habiendo ya muerto su padre, ingresa en el juniorado marista de Villafranca (Navarra). Viste el hábito el 8 de septiembre de 1931, emite los primeros votos el 8 de septiembre de 1932 y sus únicos destinos son Madrid (1933) y Toledo (1935). El 23 de agosto, cuando sólo tenía 20 años, es asesinado en Toledo.
Era íntegro en sus convicciones; las defendía con calor, pero sin zaherir al contrincante, de buen carácter, simpático, vivaz y atrayente. Su hermana María recuerda la visita que le hicieron con su madre, cuando se hallaba en Madrid, en la calle de Los Madrazo. Ante la preocupación por la animadversión declarada por la República a la religión, le dijo: ¡Qué felicidad sería para mí el morir mártir!.
A su funeral en Cáseda asistió todo el pueblo y sirvió mucho para apaciguar los ánimos de todos, bastante divididos por la guerra. El párroco hizo una homilía exhortando a la reconciliación y al perdón de los enemigos.
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Otros tres maristas mártires navarros
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/09/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-xii/
MAXIMIANO DRONDA LEOZ (H. Alipio José)
Nació en Uztárroz (valle de Roncal) el 8 de junio de 1916. Hijo de Agustín y María, fue bautizado al día siguiente de su nacimiento en la parroquia de Santa Engracia. El 15 de septiembre de 1930 ingresa en el juniorado de Villafranca, de donde pasa al noviciado de Les Avellanes, el 26 de septiembre de 1933, viste el hábito el 8 de septiembre de 1934 y emite los votos temporales el 8 de septiembre de 1935.
Su vocación era marcadamente misionera. Sus contemporáneos lo describen así: simpático, alegre, chistoso, de amena charla y de gran vida interior. El 14 de julio va a Vic, a fin de equiparse para marchar a Uruguay. Expulsado de Vic, se dirige a Manresa y se refugió en casa de un desconocido que resultó ser un comunista. Intentó llegar a la frontera con Francia. Anduvo andrajoso y sediento, pidiendo compasión y buscando auxilio. Dijo: Si he de morir, oh Madre mía, que sea en tu fiesta.. Así fue. Después de su particular odisea, vuelve a Vic y tiene que refugiarse en Barcelona el 4 de septiembre, en una pensión de la calle Avinyó. Allí se encontró con otros hermanos maristas. Recordaron la fiesta de la Virgen, que se acercaba, tan significativa para todos los Maristas, y más si habían pasado por Les Avellanes, donde realizaban la toma de hábito y la primera profesión el día ocho de septiembre, festividad del nacimiento de nuestra Señora. El 7 de septiembre, durante la cena, los milicianos se llevaron a los cuatro hermanos. Fue martirizado en el amanecer del 8 de septiembre. Tenía veinte años, dos de religioso.
PEDRO ORTIGOSA ORAÁ (H. Aurelio)
Nació en Torralba del Río el 5 de febrero de 1894, hijo de Feliciano y Braulia. Al día siguiente es bautizado con el nombre de Pedro. Su madre, piadosa y devota de María, transmite a su hijo esta gran devoción.
El 10 de abril de 1910 ingresa en el juniorado de Anzuola (Guipúzcoa), viste el hábito el 24 de agosto de 1911, hace los primeros votos el 24 de agosto de 1912 y profesión perpetua el 24 de agosto de 1917.
Fue cocinero, catequista de los pequeños y profesor. Durango conoció sus artes en honor de María, sus flores, sus altares, y su dedicación entera. Tuvo diversos destinos por Guipúzcoa y Vizcaya, hasta que en septiembre de 1935 va a Badajoz, al frente de la escuela preparatoria de Ingreso, creada por el obispo. Fue un hombre ecuánime y austero, con una gran vida interior, siempre entusiasmado con su vocación religiosa.
Apresado por las turbas y puesto en el trance de blasfemar de Dios o morir, no vacila un momento; levanta sus brazos al cielo y gritando: ¡Viva Cristo Rey!, ofrece su cuerpo a las balas asesinas, cayendo exánime bajo el puente del Guadiana. Era el 7 de agosto de 1936. Tenía 42 años, 25 de vida religiosa.
ABILIO VILLARREAL ABAZA (H. Roque)
Nació en Arazuri el 22 de febrero de 1885, hijo de Hermenegildo y Agapita. Fue bautizado al día siguiente con el nombre de Abilio. El 9 de septiembre de 1887 recibe la Confirmación en Ororbia. Su padre era maestro del pueblo, quien le dio una espléndida formación humana y cristiana. También fue monaguillo.
El 28 de agosto de 1899 ingresa en el juniorado de San Andrés de Palomar (Barcelona), viste el hábito el 19 de agosto de 1900, emite los primeros votos el 6 de agosto de 1901 y sus votos perpetuos el 19 de agosto de 1906 en Manresa.
Después de trece destinos por Cataluña, Levante y Aragón, llega a Málaga en agosto de 1932, donde en 1931 habían saqueado y quemado el colegio, que prosperaba sin cesar. Educador metódico y práctico, se desveló por organizar en el colegio de Málaga la obra naciente de la Santa Infancia. Suscitó numerosas vocaciones religiosas y sacerdotales.
El 19 de julio de 1936, los Hermanos se dispersan. El Hermano Roque se mantuvo oculto hasta el 18 de octubre en el piso de la familia del cónsul de México en Málaga. Descubierto por un miliciano antiguo alumno, fue asesinado ese mismo día, en medio del paseo de la Alameda, junto a un árbol. Tenía 51 años, 36 de religioso.
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Y otros tres maristas mártires navarros
Santiago Cañardo Ramírez http://www.iglesianavarra.org/martires-navarros-en-el-ano-de-la-fe/2013/09/nuevos-martires-beatos-navarros-en-el-ano-de-la-fe-xiii/
JOSÉ VALENCIA JANICES (H. Benigno José)
Nació en Artajona el 16 de noviembre de 1906, hijo de Aurelio y Vidala, que tuvieron ocho hijos, dos de ellos religiosos; fue bautizado al día siguiente y recibió la confirmación en 1908.
En 1918 ingresa en el juniorado de Vic, viste el hábito el 8 de septiembre de 1922, emite los votos un año después, y hace la profesión perpetua 1928.
Un compañero y amigo suyo dice: Se puede afirmar que Dios lo había colocado en este mundo para derramar alegría, para sembrar buen ánimo en su derredor.
Tuvo destinos por Castilla y Andalucía. En Málaga pasó la quema de colegios del año 1931, recién proclamada la República. Llega a Madrid en agosto de 1934. El 11 de abril de 1936 escribía a su familia: ¿Habéis tenido procesión? Ya he leído que en Pamplona ha sido muy solemne. Aquí no sabemos lo que son procesiones; pero sí sabemos lo que son puños en alto y comunismo. Estos son los únicos amos de la calle. Esto va de mal en peor si Dios no lo remedia. Así las cosas, la comunidad fue expulsada del colegio el 26 de julio de 1936. Se refugia en la pensión de Modesto Lafuente 7. El 11 de agosto fueron descubiertos por los milicianos. Los detienen, los amordazan con una toalla y, entre insultos, se los llevan. Fue asesinado ese mismo día en Paracuellos del Jarama. Tenía 29 años, 12 de religioso.
FERMÍN ZABALETA ARMENDÁRIZ (H. Felipe Neri)
Nació en Artajona el 24 de septiembre de 1899. Bautizado el mismo día con el nombre de Fermín. Sus padres, Romualdo y Catalina, tuvieron once hijos, de los que cinco abrazaron la vida religiosa: dos hermanos maristas y tres religiosas de San José de Cluny. Recibió la confirmación en 1901 y la primera comunión en 1910. Se conserva una fotografía suya en el camarín de la Virgen de Jerusalén por haberle concedido volver a su pueblo ileso y sano, de la guerra de África en la campaña de 1921?.
Trabajó en el campo con su padre, hasta que ingresó mayor, con 24 años, en el postulantado de Les Avellanes, donde estaba otro hermano suyo. Hizo la profesión perpetua en 1930. De mozo en Artajona rezaba diariamente el rosario. De hermano marista rezaba las tres partes del rosario cada día. Sus destinos fueron Burgos, en el Círculo Católico de Obreros (1926), y Chinchón (1933). Esta comunidad estaba compuesta por tres hermanos (dos navarros) y un criado. Los cuatro morirían juntos. Eran muy apreciados en Chinchón, pero en julio de 1936 los milicianos llegados de fuera asaltaron el colegio. Los hermanos se refugiaron en casa de familias conocidas, hasta que el 29 de ese mes huyeron hacia Madrid. Allí se dirigieron al domicilio de la protectora y fundadora de la escuela de Chinchón, Paula Aparicio. El portero les retuvo las maletas y, al ver que eran religiosos, los denunció a los milicianos, y aquella misma noche los asesinaron en la Casa de Campo de Madrid. Fermín tenía 36 años, diez de religioso.
SATURNINO PASCUAL JAUNSARAS ZABALETA (H. Herminio)
Nació en Irurzun el 11 de febrero de 1912 y fue bautizado el día 15, con el nombre de Saturnino. Sus padres tuvieron diez hijos. El padre era ebanista y eminentemente religioso. Su madre muy piadosa y caritativa. Trabajaron duro para sacar adelante una familia tan numerosa. El 19 de junio de 1915 fue confirmado.
El 28 de diciembre de 1924 ingresa en el juniorado marista de Villafranca. Toma el hábito el 8 de septiembre de 1928 en Les Avellanes, donde también emite los primeros votos. Desde 1930 sus destinos pasaron por Calatayud, Palencia, Burgos, Córdoba y en enero de 1936 Chinchón (Madrid). Los buenos ejemplos de sus hermanos reanimaron su vida religiosa, que parecía tambalearse. Llegado el día de la prueba, siguió el ejemplo de sus hermanos y selló con sangre su entrega a Cristo el 29 de julio de 1936 en la Casa de Campo de Madrid, junto a Fermín Zabaleta. Tenía 24 años, 7 de religioso.
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