.........Los mártires de la persecución religiosa en la zona roja durante la Guerra de España de 1936 y sus precedentes.........INDEX

Las Mártires Concepcionistas hacia los altares

Fuentes:

http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2019/01/15/dec.html

http://hispaniamartyr.org/Archivos/Calles_mart.pdf

https://www.concepcionistastoledo.org/

https://www.concepcionistastoledo.org/noticias/14-martires-concepcionistas-franciscanas-modelos-de-santidad

http://religiosasmartiresenlaguerra.blogspot.com.es

http://religiosasmartiresenlaguerra.blogspot.com/2011/06/concepcionistas-franciscanas-12.html

 

Decreto de martirio de las 14 Mártires Concepcionistas. Entre ellas 3 navarras: Petra Peirós Benito, natural de Pamplona, María de San José Ytoiz, natural de Pamplona y Juana Ochotorena Arniz, natural de Arraiza (Navarra).

El 15 de enero de 2019, el Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto relativo al martirio de 14 religiosas profesas Concepcionistas Franciscanas: María del Carmen (en el siglo: Isabel Lacaba Andía) y 13 compañeras, asesinadas por odio a la fe, en la persecución en la zona roja durante la Guerra de España y sus antecedentes. Estas catorce mártires son:

Isabel Lacaba Andía, Petra Peirós Benito, natural de Pamplona, Asunción Monedero, Manuela Prensa Cano, Balbina Rodríguez Higuera, Beatriz García Villa, Ascensión Rodríguez Higuera, Juana Ochotorena Arnaiz, natural de Arraiza (Navarra), Basilia Díaz Recio y Clotilde Campos Urdiales, Inés Rodriguez Fernández, Carmen Rodríguez Fernández, María de San José Ytoiz, natural de Pamplona, y Asunción Pascual Nieto.

Su beatificación tendrá lugar, Dios mediante, el día 22 de junio de 2019 en la Catedral de la Almudena en Madrid, España.

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La calle de las Mártires Concepcionistas es la situada entre las de Ortega y Gasset y Alcalá. Se le dio este nombre en 1946 en homenaje a estas catorce religiosas de dicha congregación martirizadas durante la persecución en la zona roja durante la Guerra de España de 1936

En 2015, el Ayuntamiento de Madrid, bajo la jefatura de la juez Carmena, intentó quitar este nombre a dicha calle, pero le hizo desistir la enérgica actuación de abogados católicos, que advirtieron de un delito de prevaricación, y que lo denunciarían.

La Asociación Española de Abogados Cristianos ha advertido a Dª Manuela Carmena que si se lleva a cabo la revocación del nombre de calles de mártires que planea su Consistorio, podría incurrir en prevaricación. Dª Polonia Castellanos, presidenta de la Asociación Española de Abogados Cristianos, recuerda a la Alcaldesa que, como jurista, «al haber sido jueza más de 20 años, sabe que quitar las calles dedicadas a los mártires va contra la propia Ley de Memoria Histórica», que señala «en su artículo primero, que asume como objeto reconocer a quienes padecieron persecución o violencia por sus creencias religiosas. Por lo tanto, eliminar las calles de los mártires religiosos sería ir contra la propia ley», y que, de implantar esta medida, cometería presuntamente dos delitos: prevaricación y discriminación por motivos religiosos. En su petición, la Asociación de Abogados Cristianos se refiere a la propuesta eliminación de nombre de las siguientes calles del callejero madrileño: la Plaza de los Mártires, la Calle de las Mártires Concepcionistas, la Calle de los Mártires de la Ventilla, la Calle de los Mártires de Paracuellos y la Avenida de los Mártires Maristas. (Infocatólica -14/07/15)

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Diez de las catorce mártires concepcionistas, pertenecían al Monasterio de San José en Madrid, España; dos al Monasterio del  Pardo, Madrid, España y dos más al Monasterio concepcionista de Escalona, Toledo, España.

Las primeras 10 hermanas concepcionistas asesinadas residían en su convento en las Rozas de Madrid. El 19 de julio de 1936 el comité revolucionario local las expulsó y se incautó del edificio. Se refugiaron en Madrid en un piso de la calle Francisco Silvela. Fueron delatadas, y controladas a diario por milicianos comunistas y anarquistas que las amenazaban de muerte para que abjuraran de su fe. Ante la inutilidad de las amenazas verbales comenzaron a golpearlas durante las visitas que cada día hacían al piso. Como las agresiones físicas tampoco surtían efecto, empezaron a aplicarles torturas. Durante los meses de julio y agosto, en pleno calor veraniego en Madrid, les retiraban el agua dejándolas dos días sin beber. El martirio acabó el 8 de noviembre, cuando las diez hermanas, entre ellas la anciana paralítica sor Asunción Monedero que se encontraba en silla de ruedas, fueron sacadas por los milicianos en dos grupos de tres y uno de cuatro, y fusiladas en las cercanías de Madrid desconociéndose el lugar concreto. Sus cuerpos no se han encontrado.

El convento de El Pardo fue también confiscado el 21 de julio, y las hermanas se refugiaron en casas vecinas hasta que, localizadas, fueron expulsadas del municipio. Llegaron a Madrid, donde dos de ellas, Inés y Carmen Rodríguez Fernández, fueron acogidas por un matrimonio de edad avanzada hasta que el 23 de agosto fueron descubiertas por una patrulla de milicianos. Las dos hermanas fueron enviadas a una checa junto a sus benefactores. Las dos hermanas murieron fusiladas en Vicálvaro dos días después.

Las hermanas que formaban la comunidad de la localidad toledana de Escalona, al ser incautado el convento por el comité revolucionario local, fueron expulsadas del pueblo y enviadas a la Dirección General de Seguridad en Madrid. Se les prometió libertad si aceptaban abandonar la fe y apostatar. Para forzar a las más jóvenes, las dos hermanas de mayor edad: María de San José Ytoiz y Asunción Pascual Nieto, fueron separadas del grupo y enviadas a una checa donde fueron torturadas y finalmente fusiladas a finales del mes de octubre.

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El 19 de julio de 1936 fueron expulsadas de su monasterio de Las Rozas de Madrid. Se refugiaron entonces en un piso de la calle Francisco Silvela nº 19. Descubiertas por los milicianos fueron registradas y amenazadas constantemente por éstos. En varias ocasiones les quitaron toda la comida y las dejaron con tres jergones para dormir. El 8 de noviembre fueron sacadas en dos grupos de tres y uno de cuatro. Entre ellas estaba una paralítica, Sor Asunción Monedero. Se desconoce el lugar de su fusilamiento y del reposo de sus cuerpos.

- Sor Isabel Lacaba Andía- Sor Petra Peirós Benito- Sor Asunción Monedero- Sor Manuela Prensa Cano- Sor Balbina Rodríguez Higuera- Sor Beatriz García Villa- Sor Ascensión Rodríguez Higuera- Sor Juana Ochotorena Arniz- Sor Basilia Díaz Recio- Sor Clotilde Campo Uridales

- Sor Inés de San José (Inés Rodríguez Fernández)- Sor María del Carmen de la Purísima Concepción (Carmen Rodríguez Fernández)
El 21 de julio de 1936, entre insultos y amenazas, los milicianos republicanos echaban de su monasterio a las Concepcionistas de El Pardo (Madrid). Varios vecinos las acogieron en sus casas durante cuatro días hasta que los milicianos las expulsaron del pueblo. Las Hermanas Rodríguez Fernández se refugiaron en la casa de la madre del capellán del convento. Después se las dio asilo en la casa de un matrimonio en Madrid. Allí vivieron veinte días hasta que unos milicianos se las llevaron junto al matrimonio acogedor y un familiar de éstos. Las monjas lograron la libertad de sus bienhechores. En la madrugada del 23 de agosto las llevaron por la carretera de Aragón hasta el término de Vicálvaro, donde en un descampado las fusilaron y remataron.

- Sor María de San José Ytoiz
- Sor Asunción Pascual Nieto
Según testigos, el 28 de julio de 1936 las monjas Concepcionistas Franciscanas que formaban la comunidad de Escalona (Toledo) fueron obligadas a abandonar su monasterio. Recogidas en diversos domicilios de Escalona, durante el primer día fueron visitadas y confortadas espiritualmente por su capellán, el Siervo de Dios Teógenes Díaz Corralejo Fernández, natural de Lucillos, que también sería asesinado junto al párroco dos días después.
El 16 de septiembre trasladaron a todas las monjas a la Comandancia de Escalona donde fueron interrogadas y presionadas para renegar de la fe y abandonar la vida religiosa. Ante la resistencia de las monjas, fueron conducidas a la Dirección General de Seguridad en Madrid. Dos días después son llevadas a la cárcel habilitada en un convento de Capuchinas. Al finalizar la contienda toda la Comunidad regresará a Escalona, a excepción de Sor María de San José (Abadesa) y Sor Asunción (Vicaria). Un testigo declara que separadas del resto del grupo fueron conducidas a una checa. Dicho testigo, sabedor de lo sucedido, y como él pasaba temporadas en Madrid, las buscó, las reconoció a pesar de que iban vestidas con ropa seglar, y conversó con ellas, alegrándose mutuamente. Uno de los días que acudió a su encuentro, contempló los cuerpos inertes de las monjas que habían sido fusiladas. Eran los últimos días del mes de octubre de 1936.