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Tema 3.2
La época de Isabel II (1833-1868). Sus etapas
- La Regencia de la Reina
Gobernadora M.ª Cristina de Borbón (1833-1840)
- El decreto
de Javier de Burgos de 1833
- La entrega del poder a los
liberales: Martínez de la Rosa establece el Estatuto Real
de 1834 (Las
Constituciones españolas) que
es un sistema constitucional de sufragio
censitario para la cámara baja, que da derecho
de voto al 0'15 % del electorado
y excluye del voto al 99'85 %. En nombre de esto
los liberales hacen una guerra civil diciendo que
es para combatir al absolutismo. Antiguo
doceañista, Martínez de
la Rosa creía
que iba a controlar a los liberales radicales y
al pueblo carlista con una versión moderada del
liberalismo recubierta de terminología antigua
más que tradicional. No comprende que así como
él se reafirma en su moderantismo, los carlistas
lo hacen en su tradicionalismo y los del Partido
Progresista en su liberalismo radical. Y que la
siembra de revolución produce revolución, que
no se va a parar en el liberalismo moderado.
- Sobrerrevolución:
en 1834 matanza de frailes en Madrid y en 1835
incendio de conventos en Barcelona y su provincia.
Se inicia así la violencia contra la Iglesia
como ingrediente esencial de las revoluciones en
España.
En Madrid se extendía una
epidemia de cólera y se hizo circular el bulo de
que la mortalidad se debía a que los frailes
habían envenenado las aguas y el día 17 de
julio de 1834 sectores desesperados de la
población fueron lanzados a matar frailes. En la
noche del 17 al 18 de julio de 1834 fueron
asesinados en Madrid ochenta religiosos ante la
pasividad de las autoridades liberales. Los
asesinos gritaban: Muera Carlos, viva
Isabel, muera Cristo, viva Luzbel, y
así se definían como anticarlistas y cimentaban
el anticarlismo en el anticristianismo. La
matanza de Madrid fue seguida al año siguiente
por las de Reus y Barcelona, donde uno de los
periódicos liberales, El Catalán del liberal
navarro Pascual Madoz, días
antes convocaba al extermino de los religiosos
con ripios como éste: cortemos el
cuello a cercén al fraile mostén.
El republicano Pi Margall dice: "forzoso
sería reconocer que obedeció la plebe a
extrañas sugestiones", pero que
tanto en "Madrid como en Cataluña la
verdadera causa de los acontecimientos fue el
odio" a los frailes por "ser hostiles
al movimiento liberal".
- Moderados y progresistas.
- La
desamortización de Mendizábal de 1836. La ruptura con la Iglesia. La Reina
Gobernadora ve violada su conciencia al haber
tenido que firmar los decretos de la
desamortización eclesiástica y quedar
excomulgada; en consecuencia, aumenta y consolida
su rechazo de los progresistas, a los que procura
apartar del poder en beneficio de los moderados.
Los progresistas intensifican su golpismo para
llegar al poder y sus ataques a la Iglesia para
demostrar que son más liberales.
- El golpe de Estado de los
sargentos de La Granja de 1836 da otra vez el
poder a los progresistas.
Ponen otra vez en vigor la Constitución
de Cádiz de 1812, ahora en 1836 (Las
Constituciones españolas), como exhibición de imagen de
radicalismo, pero ellos mismos, los radicales del
Partido Progresista, son los que eliminan
definitivamente la Constitución de Cádiz de
1812, al sustituirla por
la Constitución de
1837 (Las
Constituciones españolas), que es la constitución del Partido
Progresista, aunque es aprobada con el consenso
de los moderados. Muchos de sus artículos se
conservarán en las constituciones siguientes.
Sufragio censitario en las elecciones de
diputados: el listón de riqueza permite votar
al 2'2 %.
- La Regencia de Espartero (1840-43)
- La Década Moderada (1844-1854):
se suceden 13 gobiernos del partido moderado. El general
Narváez es el hombre fuerte de la situación.
- Consolidación de la revolución.
Los conservadores son "conservadores de la
revolución", son "conservaduros".
Objetivo disfrutar de lo conseguido con la
revolución: el poder y la riqueza.
- El poder.
Institucionalización de la revolución:
- La Constitución
de 1845 es la del Partido
Moderado (Las
Constituciones españolas).
- No se
menciona la soberanía
popular, sino del rey y
las Cortes, pero sigue
imperando el
parlamentarismo, porque
la figura del rey es
irresponsable y el rey
reina pero no gobierna.
Aunque se le atribuyen
como prerrogativas el
nombramiento del
presidente del gobierno y
la firma del decreto de
disolución de las Cortes
y de convocatoria
simultánea de nuevas
elecciones.
- Sigue
proclamando la
confesionalidad, pero
desactivada por el
parlamentarismo.
- Se
refuerza el ejecutivo en
manos del gobierno a
cuyos miembros se les
denomina ya ministros.
- Sufragio
censitario en las
elecciones de diputados:
el listón de riqueza
sólo permite votar
a 1 de cada 163
habitantes (masculinos
mayores de edad), que es
el 0'6 %.
La ley electoral había
permitido en 1844
con Narváez votar
a más de medio millón
de electores.
- Las Cortes
son bicamerales como las
de la constitución de
1837, el rey firma los
nombramientos de senadores
designados por el
gobierno.
- Las
elecciones se falsean
sistemáticamente, como
los progresistas hacen cuando
están en el poder.
- Creación, a base
del liberalismo, de las
instituciones del Estado actual
- La
enseñanza estatal. El
Código Penal. La
burocracia y el
centralismo. Los
Ayuntamientos y los
organismos provinciales.
Los gobiernos civiles de
las provincias. La
policía y la Guardia
civil. La bandera.
- El matrimonio de
la reina: Balmes propone que sea
con el hijo de don Carlos para
conseguir la fusión dinástica y
así "solucionar" el
enfrentamiento con el carlismo, y
consigue que don Carlos abdique
sus derechos y reivindicaciones
de la corona en su hijo, el
futuro Carlos VI; pero la
intransigencia de los liberales
impide esta fusión.
El matrimonio de Isabel II es en
1846 con su otro primo, Francisco
de Borbón, patrocinado por la
Francia de Luis de Felipe de
Orleans, porque se suponía que
de Francisco no habría sucesión
y ésta vendría del matrimonio
de la infanta Luisa Fernanda,
hermana de la reina, con el duque
de Montpensier, hijo de Luis
Felipe de Orleans y así Francia
seguiría controlando a España
como su zona de influencia.
- 1847-1848: 2ª
Guerra Carlista, llamada Guerra
dels Matiners en Cataluña,
único lugar donde tuvo alguna
importancia.
- No tiene
importancia la revolución de
1848, generalizada con intensidad
por casi toda Europa, abortada en
España por Narváez.
- La riqueza es el otro
centro de atención de la década
moderada:
- 1847: el Banco de
Isabel II, "en crisis",
es absorbido forzadamente por el
Banco de San Fernando, que es el
antecedente del Banco de España
(1857).
- En 1848 el primer
ferrocarril: Barcelona-Mataró. (véase
gráfica)
Seguido en 1851 del Madrid-Aranjuez
y el Gijón-Langreo en 1853. EL
FERROCARRIL EN ESPAÑA EN EL XIX
Pero ya en 1837, se instala un
ferrocarril en Cuba.
- en 1849 se
establece en España el sello de
correos, el mismo año que en
Francia y 8 años más tarde que
en Inglaterra.
- En 1852, se
inaugura en España el telégrafo,
8 años después de la
transmisión por Morse del primer
mensaje.
- Bravo Murillo (1851-1852):
consolida la Deuda Pública,
fomenta las obras públicas (carreteras
y ferrocarriles).
Consigue el Concordato
de 1851 en el que la Santa Sede
reconoce como un hecho consumado
la desamortización, permitiendo
que se quedasen las tierras
expropiadas a la Iglesia los que
las habían adquirido del Estado
expropiador a bajo precio,
levantándoles la excomunión sin
exigirles que las devolvieran. El
Estado se compromete a abonar una
pequeña suma anual para los
gastos de mantenimiento del clero
que antes se costeaba con las
propiedades eclesiásticas
resultantes de las limosnas de
los fieles que habían sido
expropiadas. Ha dejado de pagarse
en el siglo XXI, igualmente con
el consentimiento de las
autoridades eclesiásticas.
- También fue Bravo Murillo
el que proyectó implantar otra
constitución que fortaleciese el poder
ejecutivo, pero que se cumpliese sin
falsear las elecciones. No se lo permite
su propio partido y lo derriba.
- Los progresistas excluidos
del poder optan por la insurrección
golpista.
- Se les adelanta el general
Leopoldo O'Donnell al frente de una
fusión de antiguos moderados y antiguos
progresistas, la Unión Liberal,
se llamará desde 1856.
- La Revolución de 1854 y el Bienio Progresista (1854-1856)
- 1854: El Pronunciamiento (sublevación)
del general O'Donnell, lanzando el Manifiesto de
Manzanares, desemboca en la Vicalvarada, que es
el choque con las fuerzas gubernamentales. La
batalla queda indecisa y O'Donnell se retira;
pero los progresistas consiguen que sus demagogos
saquen a la calle en Madrid algunos sectores de
las capas populares, ante lo cual Isabel II,
asustada, llama a Espartero al poder, porque al
menos no era antimonárquico.
- Después de la revolución de 1854
se forma un gobierno presidido con Espartero en
coalición con O'Donnell.
Se caracteriza por su interés por intensificar
los negocios de la burguesía liberal
y por la exhibición de que eran más
revolucionarios que los moderados, atacando a la
Iglesia, hasta el punto de que no dejan entrar el
documento pontificio que comunicaba la
proclamación del dogma de la Inmaculada
Concepción de la Virgen María; y para esto
utilizan el regium
exequatur de
los regalistas de la Ilustración.
Se proyecta acelerar las inversiones en los
ferrocarriles y en la banca, que se planteaban
como negocios especulativos, es decir, muy
rentables a corto plazo.
La Ley General Ferroviaria de 1855 permite la
importación de material siderúrgico sin
arancel (véase
gráfica),
lo cual sólo beneficia a la siderurgia francesa
e imposibilita la industrialización de la
siderurgia española. Es un error de
gravísimas consecuencias. Como lo fue
el de dejar a los campesinos sin tierra por la
desamortización.
1855
Desamortización de Madoz de las tierras
comunales (Texto), pero también de las
de la Iglesia otra vez: violación del Concordato,
ruptura con la Iglesia .
1856: Ley General
Bancaria.
Se intenta cambiar otra vez de Constitución,
pero acabada en 1856 no se llega a promulgar, por
lo que se la llama "La Nonnata de 1856",
que exhibe más liberalismo que la vigente
Constitución de 1845, pero que rehúye también
el sufragio universal.
Desde 1849, existía el pequeño Partido
Demócrata que propugnaba el sufragio universal.
Pero el sufragio universal, que había figurado
en la Constitución de Cádiz, no se reimplanta,
porque los liberales argumentaban que "su
puesta en práctica daría el poder a los
carlistas". Pacheco -uno de los
jefes liberales- calculaba en la época de la
revolución de 1854 que "si pudieran
votar todos los españoles, el carlismo
obtendría el 50 % de los sufragios, los
demócratas y republicanos un 25 %, y otro tanto
'los verdaderos liberales', esto es los
progresistas y los puritanos -o'donnellistas-, ya
que con los moderados puros no se podía contar"
(José Luis Comellas, Isabel II, 4ª ed
2004, págs. 223-4, y V. G. Kiernan, La
revolución de 1854, pág. 117).
- En 1855, la huelga general en
Barcelona significa la ruptura con el Partido
Progresista de los sectores populares que han
apoyado la revolución de 1854 y que han
comprobado una vez más que su situación
económica y social es desatendida y empeora.
Entonces será el Partido Demócrata y dentro de
él los republicanos los que explotarán ese
malestar que no deja de crecer.
- Los desmanes no son ahora
reprimidos, Espartero deja hacer a diferencia del
período de su regencia (1840-1843).
- El Bienio Moderado (1856-1858):
Isabel II, descontenta por haberse visto obligada a
firmar la desamortización que la hacía incurrir en la
excomunión por la Iglesia, prescinde de los progresistas
en cuanto puede y llama a Narváez para que ponga orden y
restaure lo alterado en el sistema constitucional y
restablezca el Concordato.
Pero de forma transitoria, para dar el poder, como
recambio de los moderados, a O'Donnell al frente de su
"nueva" formación, llamada desde 1856 la
Unión Liberal, formada por antiguos moderados y
progresistas afines entre sí y con el caudillaje de este
general.
En 1857, se crea el Banco de España.
- El Gobierno de O'Donnell y de la
Unión Liberal continuamente de 1858 a
1863 y en 1865-66 en
alternancia con los moderados, (en el poder estos en 1863-1865)
Desarrollismo en la política interior e intervencionismo
en la política exterior, a imitación y a remolque de la
Francia del II Imperio de Napoleón III, que en esta
época llega a la industrialización, cosa que en España
queda en un intento frustrado.
- De 1866 a 1868, gobiernan ya sólo
los viejos moderados.
Cada
partido liberal, el moderado, el progresista y la Unión
Liberal, cuando estaba en el poder, lo monopolizaba
mediante el fraude electoral y con la fuerza de sus
caudillos militares; y, cuando estaba en la oposición,
conspiraba, organizando golpes de estado militares con el
sistema del pronunciamiento militar en torno al consabido
manifiesto.
Desde 1849, existía el pequeño Partido
Demócrata que propugnaba el sufragio universal.
En este partido aparece ya una fracción de republicanos,
subdivididos a su vez en unitarios y federales, que se
consideran los más revolucionarios.
Isabel II era totalmente proclive a los moderados, como
antes la Reina Gobernadora, María Cristina de Borbón,
ahora reina madre. Los caudillos de los demás partidos
llegan a la conclusión del destronamiento para derribar
a los moderados. El Pacto es en Ostende (Bélgica),
porque muchos de esos caudillos estaban en el exilio a
raíz del fracaso de sus intentonas golpistas anteriores.
El Pacto de Ostende (1866) y
el destronamiento de Isabel II en la revolución de 1868.
El Pacto de Ostende de 1866
es entre los progresistas, los demócratas y, al año
siguiente, tras la muerte de O'Donnell, los unionistas. Y
establece como objetivos:
- Destronar a Isabel II y no sólo
derribar del poder a los moderados.
- Dejar la decisión sobre el sistema
futuro a unas Cortes Constituyentes elegidas por
sufragio universal.
La crisis financiera de 1864-1868, causada
por la euforia especulativa del desarrollismo de O'Donnell y
por el afán de enriquecerse de las nuevas hornadas de
liberales llegados al poder con la revolución de 1854, se
agrava extraordinariamente con la crisis de subsistencias de
1868-1871 producida por las malas cosechas de 1867-68.
El hambre subsiguiente se extiende en las clases populares,
ya masivamente empobrecidas y despojadas por las
desamortizaciones promovidas en beneficio propio por esos
liberales. Ya era factible la utilización de los exasperados
por la miseria, con las habituales promesas liberales de
convertir al Pueblo en Soberano. Ahora se añadirán las
promesas de los militares golpistas de 1868 de
acabar con el servicio militar ("abajo las
quintas") y de suprimir el odioso impuesto que
gravaba los productos del campo a la entrada de las ciudades
("abajo los consumos").
La revolución de 1868,
"la Gloriosa", según sus artífices. Es una nueva
revolución liberal basada en el golpismo militar.
- Se inicia con el pronunciamiento de
Topete al frente de la flota de guerra en Cádiz en
septiembre de 1868.
- Conforme a lo acordado en el Pacto de
Ostende, los militares de los partidos comprometidos
se van sumando y aportando las tropas a sus órdenes.
- Se unen los militares exiliados, entre
ellos Prim, cabeza visible del Partido Progresista,
aunque aún vive Espartero.
- Al grito de "abajo las
quintas y abajo los consumos", prometen
la supresión del servicio militar obligatorio que ha
establecido el propio liberalismo y ese odioso
impuesto que grava los alimentos que se introducen en
las ciudades.
- Se van formando Juntas revolucionarios
en diversas localidades españolas. De nuevo algunos
de los sectores populares de los que no han sacado
nada con el liberalismo, sino que están aún más
oprimidos, serán llevados a confiar en los que dicen
actuar en nombre del Pueblo Soberano. Otros sectores
apoyan al carlismo, presto a reorganizarse.
- El gobierno en manos de los moderados
reúne fuerzas para hacer frente a los militares
golpistas, pero su escaso ejército es derrotado en
la batalla de Alcolea (en el Puente de Alcolea,
Córdoba, sobre el Guadalquivir).
- Isabel II, a la sazón en San
Sebastián tomando baños de mar para sus dolencias
cutáneas, pasa la frontera el 30.09.1868, y se
exilia, quedando así destronada, como su madre, por
los liberales que habían llegado al poder como
isabelinos y cristinos.
Los españoles la dejarán irse "con
indiferencia y sin lágrimas".
La revolución de 1868, la Gloriosa, había comenzado
al grito de "Viva España con honra",
aludiendo a la conducta de Isabel II.
- Además del destronamiento de Isabel
II, la consecuencia de la revolución de 1868 es que
se abre un período de seis años de inestabilidad
que la historia conoce como el
sexenio revolucionario (1868-1874).
- Durante el sexenio revolucionario, se
irán sucediendo y fracasando toda clase de formas de
Estado, no sólo infinidad de gobiernos.
A enorme diferencia del centenario de Isabel la
Católica, fallecida en 1504, el centenario de Isabel II,
fallecida en 1904, no fue conmemorado en 2004.
Proclamada reina en 1833 en cumplimiento de la decisión más
absolutista de Fernando VII, Isabel II fue utilizada por los
liberales para desplazar a Carlos V de Borbón y hacerse ellos
con el poder. El pacto entre el trono y la revolución la asentó
sobre las incómodas bayonetas que impusieron el liberalismo en
España. Destronada en 1868, cuando era ya un indecoroso estorbo
para los que antes la habían utilizado, el pueblo vio su partida
"con indiferencia y sin lástima".
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