A la energía nuclear por la política de lucha contra el cambio climático

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Calentamiento global y cambio climático

El director de la NASA resta importancia en 2007 a la lucha contra el calentamiento global
Los recientes hallazgos parecen haber echado por tierra que tiene origen en la actividad humana

Libertad Digital. 1.06.2007

El jefe de la NASA, Michael Griffin, ha levantado una polvareda por unas recientes declaraciones en una entrevista concedida a la Radio Pública Nacional de los Estados Unidos, en la que se preguntaba si el calentamiento global “es un problema con el que tengamos que lidiar”. Si bien considera que los datos recogidos indican que se produce ese calentamiento, también está “al tanto de los recientes hallazgos que parecen haber echado por tierra la conclusión de que gran parte de este tiene origen en la actividad humana”. Se pregunta quién tiene derecho de decidir que el actual clima es el óptimo, para imponerlo a los demás.

Si bien el consenso no es absoluto, la mayoría de los estudios científicos recogen un calentamiento de la Tierra. Donde hay mayores dudas es sobre la medida en que se está calentando nuestro planeta y especialmente sobre las causas últimas de la evolución del clima y el papel que pueda tener el hombre en dicho calentamiento.   Michael Griffin, jefe de la NASA, preguntado al respecto en la radio pública estadounidense (NPR), ha declarado que “no tengo duda de que existe una tendencia de calentamiento global”, pero “también estoy al tanto de los recientes hallazgos que parecen haber echado por tierra, que han descartado en gran medida, la conclusión de que gran parte de este tiene origen en la actividad humana”.   Es más, “no estoy seguro de que sea justo decir que es un problema con el que tengamos que lidiar”. Se hecho, “asumir que es un problema es asumir que el estado del clima de la Tierra hoy es el óptimo climático, el mejor clima que podríamos tener o que jamás hayamos tenido y que tenemos que tomar los pasos necesarios para que no cambie”. Y se pregunta: “Imagino que puedo preguntarme a qué seres humanos, y dónde y cuándo, se les tiene que otorgar el privilegio de decidir que este clima particular que tenemos en estos momentos, es el mejor clima para el resto de los seres humanos. Creo que es una postura muy arrogante”.   El último de los grandes problemas  

Los debates en torno al calentamiento global son varios. El papel de la contribución humana al efecto invernadero no parece ser muy importante, ya que aporta sólo una parte del CO2 de la atmósfera. Y tampoco es el gas de efecto invernadero más importante, podio que le corresponde al vapor de agua, responsable del 98 por ciento del efecto invernadero.  

El “ecologista escéptico” Bjorn Lomborg reunió a varios científicos de primera fila, entre quienes se encontraban varios premios Nobel, para que debatieran sobre la importancia relativa de 17 grandes problemas a que se enfrenta la humanidad, uno de los cuales es el cambio del clima. El simposio se llamó “Copenhagen Consensus” y se planteó cuáles eran las políticas más urgentes.

El primero fue la lucha contra el SIDA, el segundo la lucha contra el hambre por la vía de los micronutrientes y la tercera política más valorada fue la liberalización del comercio. La penúltima el protocolo de Kioto, y el último de los grandes problemas de la humanidad en importancia, el cambio climático.

Otro de los debates trata sobre si Kioto es el mejor camino para luchar contra las emisiones de CO2 que se generan por la actividad humana. Hay una alternativa, llamada Acuerdo Asia-Pacífico que, en lugar de recurrir al racionamiento, como Kioto, apuesta por el desarrollo económico y tecnológico. Ese acuerdo ha sido firmado por Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón y otros, que en conjunto emiten más CO2 que los firmantes de Kioto.

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No es ser antinuclear comprar nuclear a Francia, dice Felipe González

Libertad Digital. 16.04.2008

El presidente del Comité de Expertos para la Renovación de la UE y ex presidente del Gobierno de España, Felipe González, aseguró hoy que hay "poca reflexión en serio" sobre la energía nuclear, y dijo no querer "ser antinuclear y comprar nuclear a Francia", como se hace en la actualidad, porque "eso no es ser antinuclear".    

"No se puede decir que me la pongan en Burdeos o en Marsella que yo compro todo el excedente que quieran", subrayó antes de decir que el mundo "está abocado" a una "crisis de oferta energética" debido al crecimiento de la demanda. Felipe González sostuvo que una crisis de oferta podría producirse incluso "impulsando las renovables a la máxima velocidad de crucero", algo que, además no se está haciendo, a su juicio, "suficientemente".   Explicó el ex presidente español que si a día de hoy, aproximadamente, EEUU consume una cuarta parte de la energía mundial, la UE otro tanto y Japón un 12%, a ello se une que en pocos años China puede estar en un 24%, de modo que quedaría menos del 20% para el resto del planeta.   

En el caso particular de Europa, mostró sus dudas de que se alcance el objetivo de que el 20% de la energía sea renovable, aunque "quizás con la consideración de la energía nuclear" sí sea posible su cumplimiento. En todo caso, insistió en que las políticas tendrían que "ir claramente encaminadas a favorecer ese mix" en el que el 80% de la energía sea de origen no renovable y el resto de fuentes renovables.  

González efectuó estas reflexiones en la Asamblea de Extremadura durante la conferencia que ofreció en las Jornadas sobre bosques cambio climático y medio ambiente en Europa, bajo el título La Europa del futuro. Crisis energética, cambio climático y bosques, en el marco de la reforma de la Unión, informa Europa Press.   El máximo representante del comité europeo de expertos subrayó que de la crisis en materia de oferta energética lo que más le preocupa es que traiga consigo "un incremento de la tensión mundial" y "de los problemas bélicos".  

Tensiones política por la energía y el agua   "Si no hay energía para todos y les aseguro que no la va a haber al ritmo de crecimiento de la demanda, crecerán las tensiones mundiales", y en tal caso, vaticinó González, "la gente se peleará por la energía igual que se peleará por el agua".   

En este punto, hizo alusión como muestra al "problema del agua" en España, respecto al cual apuntó que "todo el mundo tiene razón en lo que dice". "Cuando todo el mundo tiene razón y las razones se contradicen, es un pequeño problema", indicó.    Además, en este contexto de "subconsciente colectivo" de crisis en materia energética, cuestionó que el candidato a la presidencia de EE.UU. Barack Obama pueda sacar las tropas de Irak a corto plazo si llega a gobernar dicho país y tal y como promete en su programa electoral. "Cuando me dicen que si gana Obama se va a salir de Irak yo digo, bueno, va a tener que esperar", apuntó.   

Respecto a la Unión Europea, Felipe González insistió en que no podrá mantener su modelo de "cohesión social" si no es capaz de ganar competitividad y capacidad de estar en la "revolución tecnológica", al tiempo que resuelve sus desafíos energéticos, que pasan por aumentar el porcentaje de energías propias.

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El FMI cree que el cambio climático puede ser "catastrófico"

Libertad Digital. (EFE). 3.04.2008

Con el objetivo de que las reducciones de CO2 se produzcan en los países donde sean más baratas, el FMI ha pedido que se establezca un precio único a nivel mundial por el derecho a emitir dióxido de carbono. En su informe "Perspectivas Económicas Mundiales", el organismo alertó de que los perjuicios causados por el cambio climático podrían ser "catastróficos".

Ese precio único podría establecerse como un impuesto sobre la emisión de los gases que provocan el efecto invernadero, mediante la creación de un mercado mundial del carbono o a través de una mezcla de las dos opciones, explicó el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En todo caso, señaló que sería "extremadamente costoso e insostenible políticamente" cualquier acuerdo internacional de reducción de emisiones que no incluya a Brasil, China, la India y Rusia.  Las regiones más vulnerables son África, el sur y sureste de Asia, América Latina y Europa Occidental, afirmó.

Algunos economistas citados por el Fondo colocan el costo de un aumento de 3 grados centígrados en la temperatura del planeta en hasta el 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, pero el FMI cree que la cifra real sería superior. Por un lado, la ONU prevé que el calentamiento será mayor que esos 3 grados si no se toman medidas para mitigarlo, y por otro, los estudios no han tenido en cuenta los previsibles trastornos en los flujos de comercio y capital, la inversión y el ahorro, y la emigración, según el FMI.

Dada la incertidumbre sobre el tema, el organismo no quiso hacer un cálculo del posible costo del problema, sino que se centró en detallar las medidas más apropiadas, a su parecer, para paliarlo desde el punto de vista económico. Pese a lo impopular de los impuestos, el FMI cree que un tributo sobre las emisiones establecería un precio estable del derecho a contaminar, lo que facilitaría a las empresas tomar decisiones de largo plazo sobre sus inversiones en tecnologías menos contaminantes.

La institución propuso una tasa adicional de un centavo de dólar por galón de gasolina (3,8 litros), que aumentaría dos centavos más cada tres años. "Esos incrementos graduales, si comienzan pronto, permitirían que el costo del ajuste se extienda durante un período largo de tiempo", destacó el Fondo.

Otra opción sería crear un mercado de carbono mundial, en el que se intercambien permisos de contaminación, aunque el Fondo alertó de que el sistema podría hacer que el precio de las licencias se disparara en tiempos de expansión económica. La tercera alternativa sería un sistema mixto, en el que los gobiernos puedan otorgar licencias adicionales cuando haya gran demanda, con lo que se estabilizaría su precio, según el Fondo.

El objetivo sería que una tonelada de CO2 liberada a la atmósfera le cueste a la empresa o el consumidor lo mismo en Madrid que en Sao Paulo o Shangai. Así, habría un incentivo para reducir las emisiones en los países en desarrollo, donde sería más barato gracias a la introducción de tecnologías ya existentes.

Dejar fuera del sistema a las naciones emergentes, como ocurrió con el Protocolo de Kioto, ya no es una opción posible, según el Fondo, pues durante los próximos 50 años, un 70 por ciento de las emisiones saldrán de sus tubos de escape y sus chimeneas. Sólo la participación de todos los países, sin excepciones, puede salvar al planeta, según el Fondo.

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