Historia de España
...La crisis iniciada en 2007....
Mas forma un Gobierno soberanista en diciembre de 2012
DN Colpisa. Madrid 27/12/2012
Artur Mas ha preferido seguridad antes que
brillantez en el periplo hacia la improbable independencia de
Cataluña. Cerró un Gobierno soberanista con sus
colaboradores más cercanos, el llamado 'pinyol',
los consejeros de su anterior mandato más comprometidos con el
proyecto y dos independientes de firmes convicciones
secesionistas. Un equipo para llevar a buen puerto el
referéndum de autodeterminación en 2014, cohesionar al mundo
independentista y formar un frente sin fisuras que plante cara el
Ejecutivo de Mariano Rajoy ante el previsible choque de
legitimidades.
Los 12 consejeros, uno más que en el anterior Gobierno catalán,
tomaron hoy posesión de sus cargos en el Palau de la Generalitat.
Mas, tras la ceremonia, pidió a sus consejeros que practiquen un
"diálogo permanente, de palabras, no de ruidos ni de
chillidos, de llegar a acuerdos y de pactar" con el
Ejecutivo central "por mucha distancia ideológica" que
haya. Se jactó de contar con un equipo de acreditada "musculatura
política" y, en otra de sus metáforas marineras, "capaz
de mantener el barco a flote ante las inclemencias de la
travesía, que serán cada vez más fuertes". Mas instó a
sus consejeros a no dejarse amedrentar por las dificultades
porque tienen la responsabilidad de "no decepcionar las
esperanzas de todo un pueblo".
La composición del nuevo Gobierno de la Generalitat es toda una
declaración de intenciones, y un revés para los que abrigaban
la esperanza de una moderación en los planes soberanistas. Dos
prominentes miembros del 'pinyol', el círculo más cercano del 'president',
se convierten en piezas políticas clave, Francesco Homs, que une
a la portavocía del Ejecutivo las tareas de consejero de
Presidencia y Asuntos Exteriores para dar visibilidad
internacional a la causa soberanista, y Germà Gordó, que
asumirá la cartera de Justicia desde la que trenzará el
entramado normativo que dé cobertura jurídica al referéndum de
autodeterminación y a la creación de las estructuras de Estado.
Ambos son las manos izquierda y derecha de Mas, y junto a Oriol
Pujol, portavoz en el Parlament y secretario general del partido,
forman el consejo áulico del presidente de la Generalitat. Los
tres acreditan una reconocida trayectoria soberanista y son, en
buena medida, los mentores de la radicalización de Mas y de la
transformación del discurso nacionalista de Convergencia en
independentista.
El consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, es, sin duda, otro
de los pesos pesados del Gobierno de la Generalitat. Entró en el
primer Ejecutivo de Mas en 2010 como independiente y enseguida se
afilió a Convergencia, un gesto que le sirvió para hacerse
perdonar, al menos entre las filas de CiU, los brutales programas
de ajuste del gasto desarrollados hasta ahora. Está por ver que
su reputación y prestigio se mantengan intactos tras el
tijeretazo de 4.000 millones de euros que tiene que poner en
práctica para acercarse a los objetivos de déficit marcados por
Cristóbal Montoro.
UNA SALIDA LLAMATIVA
Una de las que sale debilitada con la composición del Gobierno
es la vicepresidenta Joana Ortega, próxima al
líder de Unió Democrática, Josep Duran Lleida. Su condición
de número dos del Ejecutivo se quedará sobre el papel porque en
la práctica lo ejercerá Homs. Este detalle explica la pérdida
de peso político del socio democristiano de la federación
porque aunque mantiene su cuota de poder con la Vicepresidencia y
dos Consejerías, Interior y Agricultura, su influencia queda
disminuida.
Mas, además, ha querido que el controvertido Felip Puig
siga a su lado pese a su cuestionada gestión en Interior, sobre
todo con las actuaciones de los Mossos d'Esquadra. Puig,
independentista de la primera hora, no pertenece al círculo
íntimo del 'president', pero goza de un fuerte ascendiente en
Convergencia, y se hará cargo del departamento de Empresa y
Empleo. Otros dos hombres fuertes del Ejecutivo catalán son los
responsables de Salud, Boi Ruiz, impulsor del
euro por receta y, por tanto, con profundas desavenencias con el
Gobierno de Rajoy, y de Enseñanza, Irene Rigau,
quien ha protagonizado sonoros encontronazos con su homólogo
gubernamental, José Ignacio Wert.
Entre los consejeros que abandonan el Gobierno es llamativa la
salida de Lluis Recoder, un dirigente de
brillante historial político y notable peso interno en
Convergencia. Alineado en el sector 'convergente' moderado su
presencia chirriaba en un equipo de marcado acento soberanista.
Otras fuentes de CiU, sin embargo, encuadran su salida del
Gobierno para preservar su figura y ser el relevo de Mas si
fracasa, como muchos auguran, el desafío soberanista.