Antecedentes del "alto el fuego permanente" del 22.03.2006

No excarcelar pronto a un terrorista es una amenaza según el gubernamental El País:
"Un nuevo procesamiento de Henri Parot amenaza con alargar su encarcelamiento" (Titular en portada del 8.02.2006)
El Tribunal Supremo no se asusta y decide mantener a Parot en la cárcel hasta 2020

Batasuna y LAB advierten a Zapatero que deberá excarcelar a "todos los presos" de ETA si quiere negociar

MÁS VÍCTIMAS

27.02.2006 ETA hiere a un agente de la Ertzaintza y a un municipal en Munguía al hacer explotar la bomba número 12 del año

25.02.2006 ETA hiere a dos personas al hacer estallar en Vitoria un artefacto explosivo colocado en un cajero

6.02.2006 Ana Isabel Herrero asesinada en Zaragoza por el GRAPO, reaparecido para aprovechar las cesiones del Gobierno a ETA

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La ETA, como todos los nacionalismos vasquistas, propugna como objetivos el soberanismo y la entrega de Navarra;
y dice que para la tregua se tienen que dar pasos en esta doble dirección.
Rodríguez Zapatero también habla de dar pasos hacia la paz negociada con la ETA.
Y Rodríguez Zapatero dice en las Cortes (11.05.2005):
"La reforma de los Estatutos de Autonomía tiene dos límites:
la Constitución y todo su contenido de leyes orgánicas y leyes de bases
y que se alcance un amplio consenso en esa reforma"
.
Dentro de esos límites, si no se deroga la transitoria 4.1 de la Constitución, hay dos pasos hacia la "incorporación" (sometimiento) de Navarra "al régimen autonómico vasco" que tiene ya sometidas a las Vascongadas:
que el Parlamento de Navarra apruebe por mayoría de sus componentes ese sometimiento o entrega de Navarra
y que un referéndum lo ratifique por mayoría simple.

Ibarretxe exhibe el 28.05.2008 las papeletas del referéndum ilegal sin rechazar a la ETA
Lo primero que pregunta es lo mismo que fue aprobado por las Cortes en mayo de 2005 para respaldar la negociación de Zapatero con la ETA; y aún sigue en vigor porque el PSOE la mantiene: "Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta su voluntad inequívoca de poner fin a la misma de una vez y para siempre

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La ETA responde a Zapatero con un comunicado que no habla de tregua y exige autodeterminación
Los terroristas llaman a los nacionalistas a «dar pasos sin esperar a nadie» y advierten que «un nuevo ciclo autonómico» no les bastará para dejar su actividad criminal

ABC. Domingo, 19.02.2006

MADRID. La banda terrorista ETA emitió anoche, sábado, 18.02.2006, un comunicado, pero no el que el Gobierno espera e incluso pidió públicamente en los últimos días -el de una «tregua» o renuncia a su actividad criminal- sino justo el contrario:
reivindicación habitual de los últimos atentados e invitación al Ejecutivo a hacer nuevas cesiones en el camino hacia la autodeterminación del País Vasco.

Los terroristas responden a las expectativas despertadas por José Luis Rodríguez Zapatero con su anuncio solemne de que estamos ante «el principio del fin» del terrorismo que «la resolución del conflicto no llegará a través de pasos unilaterales». También aseguran que «la imposición de un nuevo ciclo autonómico a Euskal Herria, traerá sólo la prolongación del conflicto». También aseguran que es hora de «dar algunos pasos y sin esperar a nadie».

La nota de la banda, emitida por uno de sus cauces tradicionales -esta vez Euskadi Irratia, radio autonómica vasca- es todo un jarro de agua fría al optimismo difundido desde el Gobierno y viene a confirmar que, como adelantó ABC el pasado viernes, 17.02.2006, ETA considera que antes de plantearse cualquier cambio en su estrategia criminal exige que se pongan en marcha las conversaciones entre las fuerzas políticas y sociales vascas para forzar un cambio en el ordenamiento constitucional. Descarta pues de momento hacer cualquier amago de «tregua».

Los criminales no aportan nada nuevo en su comunicado que no hubieran planteado con anterioridad. Así, señala que el llamado proceso de «resolución del conflicto» debe sustentarse en «el derecho de los ciudadanos vascos a decidir» -la autodeterminación-, en el cambio de estatus político vigente y en la negociación y el diálogo como «únicos caminos».

En este sentido, los cabecillas etarras advierten de que «la resolución del conflicto no llegará a través de pasos unilaterales», sino que será el resultado de «un proceso democrático desarrollado por todos». Y por ello hacen un llamamiento a los agentes sociales vascos «para dar pasos», aunque considera erróneo «pedir pasos a una parte» ya que aboga porque «cada uno tiene que dar los suyos, y sin esperar a nadie».

La banda terrorista dice que la paz «estará basada en los derechos de los vascos o si no, no se dará». Según señala, la paz «tiene que llegar de la mano de la libertad», a la vez que confirma su compromiso de «seguir luchando para abrir nuevos espacios». «Ha llegado el momento -aseguran los terroristas- de tomar compromisos firmes y decisiones importantes sobre el futuro de Euskal Herria, pasando de las palabras a los hechos y mostrando audacia».

ETA señala que las claves de la nueva situación política deben ser el «respeto a lo que Euskal Herria decida sobre su futuro», así como que es «indispensable», en su opinión, que se produzca un cambio del actual estatus político. Asimismo, ETA advierte que la «imposición de un nuevo ciclo autonómico a Euskal Herria, traerá sólo la prolongación del conflicto».

En esa línea, además de descartar que pueda conformarse con una reforma del Estatuto vasco, la banda terrorista imputa a PNV y PSOE, y a sus acuerdos más recientes, el pretender únicamente «seguir gestionado el actual estatus político». No son, a su juicio, más que «intentos de dar un nuevo aire a un marco autonómico ya muerto».

En el comunicado, los terroristas instan a PNV y PSOE a responder «qué voluntad real tienen de implicarse en un proceso democrático, que pasos están dispuestos a dar y cuál es su propuesta para que se respeten los derechos de Euskal Herria».

Asimismo, subraya el hecho de que en los últimos meses haya habido agentes más allá de la izquierda abertzale que se hayan implicado en movilizaciones «en protesta por algunas dinámicas del Estado».

También critica que PNV pida a la izquierda abertzale «lo que no exige al Gobierno español» y cree que «ha terminado el periodo de la división y la negación» y que se están dando pasos «en otro camino, aunque partidos como PNV y PSOE suscriben pactos para mantener el actual estatus político y dar oxígeno al moribundo Estado de las autonomías».

Por último, ETA asume ocho atentados realizados en enero y febrero de 2006, entre ellos el atentado contra una discoteca de la localidad navarra de Urdax, a cuyo propietario acusa de no haber pagado el «impuesto revolucionario». Igualmente asumen la colocación de un artefacto en unas oficinas del Inem de Bilbao, atentado en el que resultó herido leve un miembro de la Policía autónoma vasca.

También reivindican las bombas instaladas en juzgados y oficinas de correos de diferentes localidad del País Vasco. Asimismo, reconocen ser los autores de dos artefactos que hicieron explosión en el parador de turismo situado en la localidad aragonesa de Sos del Rey Católico. El comunicado no recoge la bomba que estalló el pasado jueves en Baracaldo.

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Declaraciones a ABC de José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno:
«El Gobierno y el país necesitamos al PP para afrontar el fin de la violencia»

Entrevistado por JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS / GONZALO LÓPEZ ALBA
ABC. Domingo, 19.02.2006

MADRID. José Luis Rodríguez Zapatero recibió a ABC el mismo día —el viernes, 17.02.2006— en que se cumplieron mil sin asesinatos de ETA, pero también al final de una semana en la que la banda terrorista hizo estallar dos nuevas bombas en el País Vasco, y horas antes de reunirse con una representación de las asociaciones de víctimas que, con el respaldo del PP, han convocado para el próximo sábado, 25.02.2006, una gran manifestación de rechazo a cualquier pretensión de cambiar «paz por presos». El presidente del Gobierno, que descarta tal «intercambio», detalla su «protocolo» de actuación subrayando que «no debemos trasladar los esquemas de otras ocasiones históricas, que no llegaron a buen puerto», y pide afrontar la situación «sin prisas» y con «las luces largas», sin moverse un ápice en su convicción de que, aunque llevará «años» y será un proceso «lento y progresivo», asistimos al «principio del fin» de un «horror» que ya dura casi medio siglo. Argumenta que hay «dos cambios cualitativos» —«la ausencia de víctimas mortales en los últimos casi tres años y que nunca como hoy ha clamado por la paz la sociedad vasca»— que, a su juicio, constituyen «el anuncio de la victoria de la democracia». Tras conocerse anoche, sábado, 18.02.2006, el nuevo comunicado de ETA, Moncloa indicó que su contenido no varía el planteamiento político general que hace el presidente del Gobierno.

—A pesar de las bombas y de la extorsión, ¿sigue confiando en que ETA haga un anuncio de abandono definitivo de las armas?

—Es la banda terrorista la que tiene que tomar sus decisiones, pero, sea cuando sea y haga lo que haga, debe saber que sólo tiene un destino: poner fin a esto; cuanto antes, mejor, y sabiendo que estaremos siempre ante un proceso largo en el tiempo. Este proceso lo tiene que ganar de manera singular la sociedad vasca, a la que corresponde conformar la salida hacia la paz, que es algo más que el fin de la violencia, de la extorsión, del asesinato, de las bombas... es un principio también de reencuentro, de respeto cívico. Es una sociedad donde se tienen que ganar estos grandes valores.

—Al propiciar usted mismo esa expectativa de un cese definitivo del terrorismo, parece razonable pensar que dispone de información reservada y que nos pide un acto de fe en su persona. ¿Ha habido contactos directos o indirectos con representantes o con miembros de ETA?

—El Gobierno dispone de información, ¡sería preocupante que el Gobierno no tuviera información! Todo el mundo entiende que es lógico que la tenga, y más lógico aún que la preserve porque afecta a la seguridad del Estado y tiene lógicamente que ver con las expectativas. Yo no pido un acto de fe. Lo que quiero que sepan los españoles es que trabajo con todas mis fuerzas por el objetivo de acabar con la violencia, porque es mi deber, y, además, estimo que existen unas condiciones mejores que en los últimos treinta años.

—¿La información a que alude proviene de una interlocución directa o indirecta con representantes o intermediarios de la banda?

—No. Es una información a través de los canales habituales de que dispone un Gobierno.

—Pero ¿el Gobierno, directamente o por intermediarios, ha tenido algún tipo de interlocución con ETA?

—El Parlamento, que es la sede de la soberanía nacional, ha establecido cuáles son las condiciones en las que el Gobierno puede intentar un final dialogado: constatar que hay una voluntad de abandono de las armas o de fin de la organización, y comparecer ante el Parlamento. A esas dos condiciones me atengo y cuando, si llega la circunstancia, se produzcan las dos, cumpliré con la palabra comprometida por el propio Parlamento.

—¿Haría falta un gesto público o una declaración de la banda?

—Así ha sido tradicionalmente, pero no debemos trasladar a la situación actual los esquemas de otras ocasiones históricas que, por cierto, recordemos que no llegaron a buen puerto. Cuando el Gobierno considere que hay elementos suficientes que nos hagan tener conciencia seria, rigurosa, de que es posible ver el fin dialogado de la violencia, comparecerá en el Parlamento. Por cierto, me parece que seré el primer presidente que lo haga ante una situación de este tipo.

—¿Quiere decir que no tendría por qué ser necesariamente una declaración escrita?

—Quiero decir que tenemos que tener calma y serenidad. Y el Gobierno, ante todo, muchísima prudencia, sabiendo que la expectativa está, que mi compromiso es trabajar a fondo en esa expectativa en todos los frentes y que, cuando el Gobierno considere que existen las condiciones, lo trasladará a las fuerzas políticas y al Parlamento como corresponda, para que ese proceso pueda culminar adecuadamente.

—O sea, que esa verificación la podría realizar el Gobierno sin necesidad de que la banda terrorista publicite una declaración determinada...

—El Gobierno tiene muchos elementos para verificar, pero es evidente que la ciudadanía y la sociedad necesitarán, y será conveniente, que esos elementos tengan el mayor contraste posible. Pero insisto: no pensemos en los protocolos del pasado. Estamos en una circunstancia nueva y donde el Gobierno ha dicho tres cosas claras: trabaja por una expectativa que cree posible, no me atrevo a decir con qué grado de probabilidad; si esa expectativa llega, compareceré en el Parlamento y pediré su autorización para el proceso determinante y decisivo, que será largo; y, por supuesto, exigirá el concurso de todas las fuerzas políticas y, de manera especial y singular, del PP.

—¿Es compatible un contexto de esas características con la simultaneidad de atentados terroristas, aunque no haya víctimas mortales, y con el chantaje y la extorsión?

—No, no. Es evidente que lo que es necesario es que ETA no asesine, ni ponga bombas, ni extorsione ni haga ningún acto de coacción o vulnere la legalidad. Punto.

—¿Por qué razones tendría que dejar ETA la actividad terrorista sin mediar contrapartida?

—Por dos hechos claros: es un sinsentido absoluto porque la violencia nunca va a producir efectos políticos, y eso es el abecé de la democracia; y porque socialmente en el País Vasco no se aguanta más, hay un auténtico revulsivo de convivencia ciudadana y de esperanza, que es fortísimo. Esto se va a imponer, se va a imponer, sabiendo que una historia de cuarenta años y tan dramática no se va a cerrar ni en un mes ni seguramente en un año.

—Gobiernos anteriores, del PSOE y del PP, intentaron también procesos similares que acabaron fracasando, pero su planteamiento es distinto porque habla de que se abriría un proceso político nuevo en el País Vasco. ¿De qué características?

—Debe tener dos características esenciales. La primera y fundamental: la legalidad y la democracia, que significan la asunción y el respeto absoluto a los principios de nuestro ordenamiento y la capacidad amplia de participación de todas las ideas. A nadie se le exige renunciar a sus ideas, pero a todos se les exige respetar los derechos fundamentales, los procedimientos y la palabra. La segunda característica tiene que ver con la convivencia en Euskadi, cuyo estatuto político, que es el Estatuto de Autonomía, y su futuro, sólo pueden pasar por el consenso de la pluralidad, nunca por el intento de imposición de un 51 por ciento frente a un 49, y en el marco de la Constitución. Eso quedó muy claro en el debate del desafortunado plan Ibarretxe, que fue un debate histórico porque no había habido uno de tanto calado desde el Estatuto de Guernica, y quedó aún más claro en las posteriores elecciones autonómicas. Vivimos juntos, decidimos juntos. Esa idea de convivencia, que es la única idea de futuro para Euskadi, tiene que ganar.

—¿Estaríamos, si se produjera la renuncia a la violencia de ETA, en una nueva Transición que incluiría la incorporación al juego político institucional de una izquierda radical nacionalista que condenase la violencia y, simultáneamente, la negociación de un cambio de la actual situación jurídico-política del País Vasco?

Lo primero es evidente. Los que están fuera de la ley sólo podrán volver a la ley respetando la ley, que es la Ley de Partidos y la ley en sentido amplio.

—¿No se derogará la Ley de Partidos?

—No, en absoluto. Pero los que están fuera, insisto, pueden volver si la cumplen y la respetan. Y eso supone, evidentemente, dejar atrás, condenar, apartar cualquier instrumento de acción política que tenga que ver o que esté cerca de cualquier manifestación de violencia. En segundo lugar, no debemos precipitarnos ni hablar de fórmulas jurídico-institucionales ni de cambios legislativos. Lo importante es que se asuma la idea de que ningún proyecto político en Euskadi puede imponerse desde un 51 por ciento. Pero no ya porque el Estado, en las Cortes Generales, lo frene o lo vote en contra, como pasó con el plan Ibarretxe, sino porque tiene que partir de la voluntad profunda de los actores políticos y de las mayorías o minorías que existan en Euskadi.

—Esta relectura de la situación jurídico-político, ¿dónde tiene que hacerse? ¿En las instituciones o en mesas paralelas como las planteadas por Batasuna en Anoeta o las que impulsa ahora el lendakari Ibarretxe?

—Los debates sobre las leyes y los procesos que afectan al estatus jurídico son siempre en las instituciones, y eso supone que deben participar aquellos que tengan la representación institucional. Cuestión distinta es que los partidos políticos pueden tener instancias de diálogo de distinta naturaleza, como las tenemos habitualmente. Pero no cabe ninguna duda de que las instituciones son el eje, el ámbito absoluto, para la toma de decisiones.

—¿Entonces las mesas paralelas de diálogo no encajan en ese esquema?

—En mi opinión, es algo puramente adjetivo, no sustancial. No descarto que pueda haber mesas de diálogo, pero las decisiones se toman en las instituciones y por la representación de las instituciones. Eso está claro.

—¿Batasuna tendría entonces que hacer una reformulación de sus estatutos, con una declaración expresa de condena de la violencia como condición “sine qua non” para jugar en ese nuevo marco y ser interlocutor válido?

—Evidente. Tiene que cumplir la Ley de Partidos, en los términos que la Ley de Partidos establece, y es una ley muy clara. Por cierto, hoy quiero recordar que el tiempo ha dado la razón al Gobierno sobre el Partido Comunista de las Tierras Vascas, porque se dijo que el Gobierno dejaba que ETA estuviera en el Parlamento y era radicalmente incierto. Al día de hoy nadie puede invocar que la representación que tiene en el Parlamento de Euskadi haya dado motivos para incumplir o vulnerar la Ley de Partidos.

—¿Aciertan aquellos que suponen que el Gobierno estaría dispuesto en estos momentos a mover presos, a facilitar excarcelaciones mediante indultos... lo que en definitiva son planteamientos de “paz por presos” o de pagar un precio por la paz?

—No hay nada de eso. Sería una falta de visión con perspectiva de lo que tenemos por delante si alguien plantea esto como precio, o si se habla de precio, me da igual que sea precio político o de “paz por presos”. No hay ni precio, ni hipoteca ni subasta. Aquí sólo hay un camino, que es la democracia y la legalidad.

—Pero resulta mucho más sencillo volver a la ley para quienes sólo la han infringido con la palabra que para quienes están en la cárcel por transgredirla con las armas...

—He dicho que esto no era cuestión ni de un día, ni de un mes ni de un año. Puedo añadir con sensatez, y seguro que el lector lo comparte, que esto nos llevará años y que, sin duda, habrá momentos difíciles. No tenemos prisa. Yo creo que sería un error histórico. Quizá en otras ocasiones haya habido prisa, pero la prisa es un error histórico. Esto exige mucho tiempo, mucha maduración de las cosas, mucha persuasión en la confianza de lo que representa o puede representar un horizonte de paz. Y el Gobierno, pero especialmente el conjunto de las fuerzas políticas, todas, y subrayo todas, tenemos que estar pensando en un horizonte de tiempo amplio y, sobre todo, en una política de Estado. Hay quien ha dicho que los partidos que ante un proceso de paz piensan ante todo en las próximas elecciones no van a contribuir al proceso de paz. Es una frase bien conocida del proceso irlandés, y creo que acertada.

—Habla de todos los partidos, pero parece que el “todos” no incluye al PP, que no cuenta con él...

—Necesitamos al PP. Esto es objetivo, es así, y yo soy consciente. Lo necesita el Gobierno, lo necesita el Estado y lo necesita el país para afrontar un proceso de fin de la violencia, y no hablo de hoy o de mañana, porque vuelvo a ponerle en la perspectiva del tiempo, de las luces largas. Soy el primer responsable en hacer el esfuerzo máximo para buscar el concurso del PP, aunque eso exige también algo de esfuerzo por parte del PP. Yo voy a hacer todo el esfuerzo que esté en mi mano y a no dejarme llevar por el momento inmediato, porque la política tiene un cierto componente de exageración, sobre todo cuando estás sometido al escrutinio diario.

—¿Tiene previsto entonces hablar con el líder de la oposición?

—Claro, por supuesto que lo voy a hacer... Por lo menos yo, retengo un fondo de confianza en quien dirige el PP, a pesar de que creo que tiene una estrategia equivocada, pero bueno... Es mi obligación, siempre lo he pensado como una obligación.

—¿Le llamará entonces en fechas próximas?

—Es probable.

—¿Hablarán por teléfono o será una entrevista, digamos, formal?

—Ya sé que para un periodista la palabra más dura es «reserva», pero ... repasando ahora muchas cosas vividas en la pretregua y en la tregua del 98, entiendo muy bien a José María Aznar cuando decía “pido prudencia, tienen que comprender que la discreción, que la reserva...”

—¿El Pacto Antiterrorista ya no da más de sí o tiene todavía sentido?

—El Pacto, como todos los instrumentos en política, es un medio, no un fin. El fin del Pacto es ver el final de la violencia, no es tener ese instrumento como algo que da la respuesta a todas las circunstancias, en todas las situaciones y en toda la evolución temporal. ¿Cuál es, más allá de la letra, que se ajusta a un momento concreto, su espíritu? Es compartir la lucha y el fin de la violencia, y hacerlo como caballeros de la democracia, dejando eso fuera de la legítima confrontación y de la oposición dura que se puede hacer a un Gobierno. Muchas veces hemos dicho que la política, en relación con el terrorismo, es una cuestión de Estado. Demostrémoslo cada día. Si uno observa los últimos treinta años, ha habido momentos de consenso poderoso, pero también de discrepancia, no nos engañemos. ¿Han primado más los momentos de consenso? Es posible. Pero creo que a los ciudadanos lo que les interesa es que, cuando lleguen momentos trascendentes, tengamos el espíritu y la capacidad de consenso.

—Hay un sector amplio de la opinión pública que le reprocha una actitud de guiños hacia Batasuna, como cuando defiende su derecho a reunirse...

—En toda mi trayectoria he hecho un discurso coherente de ser alguien que, como persona y como dirigente político, lo que más valora es la paz y lo que más detesta es la violencia. Si hay 140.000 personas que han expresado un voto a unas siglas en las últimas elecciones de Euskadi y que no rechazan la violencia, pero que se sientan como se sientan son ciudadanos de nuestro país, el deber y la fuerza de un Gobierno es intentar que estén en la democracia y en las reglas de juego. ¡Sin darles nada! Pero los demócratas debemos tener una fe inquebrantable en la idea y en la palabra, porque todo lo que ha hecho la democracia como gran sistema de convivencia lo ha conseguido con la idea y con la palabra, mucho más que con otros medios.

—¿La irrupción en la legalidad de un partido de izquierda nacionalista podría hacer que, en un determinado momento, el PSE se coaligara o tuviera políticas comunes con esa fuerza antes que con el PNV? ¿O es ciencia ficción?

—Es absolutamente ciencia ficción. Si la llamada izquierda abertzale entra en una vía histórica de respeto y de garantía en las reglas democráticas, el objetivo del Gobierno y del Partido Socialista no serán las elecciones ni las fórmulas de gobierno de Euskadi. El objetivo será consolidar eso para décadas, para siempre, y estaremos con quienes estén dispuestos a forjar consensos porque la división en algunos momentos de las fuerzas nacionalistas con los constitucionalistas ha dejado huellas muy profundas. Debemos ser una fuerza política integradora para que nadie pueda sentirse al margen del proceso, como el PP en Euskadi, que tiene que estar, que merece estar, porque ha sufrido mucho, con nosotros, y al que, por supuesto, no vamos a dejar en una situación de aislamiento.

—Se ha dicho que su actitud y su decisión en relación con el Estatuto Catalán establecía vasos comunicantes con el País Vasco...

—Es muy curioso, porque el destino lleva a coincidencias, me atrevería a decir, casi mágicas. No. Es una simple coincidencia temporal, porque la cuestión de la reforma del Estatuto de Cataluña y la cuestión de Euskadi son radicalmente distintas.

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"EL REVULSIVO DE LA CONVIVENCIA SE VA A IMPONER, SE VA A IMPONER" Las claves que esconde la entrevista de Zapatero: De la nueva transición a la defensa cerrada del PCTV

LIBERTAD DIGITAL . Lunes, 20.02.2006

La extensa entrevista del presidente del gobierno con el director de ABC, José Antonio Zarzalejos, esconde muchas claves sobre el pensamiento y la estrategia de Zapatero sobre el País Vasco y el terrorismo de ETA. A la mitad de la entrevista, Zapatero es preguntado por Batasuna-ETA, la ley de partidos y los sucesores de Otegi en el Parlamento vasco, el PCTV. Su respuesta no deja lugar a dudas, "hoy nadie puede invocar que la representación que tiene en el Parlamento de Euskadi haya dado motivos para incumplir o vulnerar la Ley de Partidos". El encuentro entre Zarzalejos y Zapatero se desarrolló con la nueva terminología sobre el conflicto "proceso de paz, actores sociales, violencia...".

El presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, muestra de manera clara su pensamiento y su estrategia de cara al terrorismo y a los próximos pasos que podría dar el Ejecutivo para intentar conseguir una tregua de la banda terrorista ETA. La entrevista tuvo lugar el viernes pasado, antes del encuentro de Zapatero con las víctimas del terrorismo, y este sábado, tras el comunicado de la banda terrorista ETA "Moncloa indicó que su contenido no varía el planteamiento político general que hace el presidente del Gobierno". De esta manera, la vigencia de lo que en el texto cuenta el presidente mantiene toda su gravedad.  

José Luis Rodríguez Zapatero entiende que la ETA debería dejar la actividad terrorista "sin mediar contrapartida" por  dos hechos claros para él: "es un sinsentido absoluto porque la violencia nunca va a producir efectos políticos, y eso es el abecé de la democracia; y porque socialmente en el País Vasco no se aguanta más, hay un auténtico revulsivo de convivencia ciudadana y de esperanza, que es fortísimo. Esto se va a imponer, se va a imponer, sabiendo que una historia de cuarenta años y tan dramática no se va a cerrar ni en un mes ni seguramente en un año".  

La "información" de la que dispone el Gobierno  

Llama la atención el "se va a imponer, se va imponer" –no se sabe muy bien, una vez más, si expresa un deseo o una realidad– y las palabras del presidente sobre "el revulsivo de convivencia ciudadana y de esperanza", cuando la amenaza, la extorsión y la ausencia de libertad no sólo no han decrecido sino que para los no nacionalistas las condiciones se están agravando por momentos. Sin embargo, Zapatero insiste en que "el Gobierno dispone de información, ¡sería preocupante que el Gobierno no tuviera información! Todo el mundo entiende que es lógico que la tenga, y más lógico aún que la preserve porque afecta a la seguridad del Estado y tiene lógicamente que ver con las expectativas. Yo no pido un acto de fe. Lo que quiero que sepan los españoles es que trabajo con todas mis fuerzas por el objetivo de acabar con la violencia, porque es mi deber, y, además, estimo que existen unas condiciones mejores que en los últimos treinta años".  

Y es que el presidente valora sobre manera el hecho de que ETA lleve sin matar casi tres años e insiste en que la posibilidad del "cese de la violencia" es claro por lo que, en la línea expresada por la banda terrorista ETA en su comunicado, habla de un nuevo proceso político en el País Vasco" que tendría dos características básicas:   "la primera y fundamental: la legalidad y la democracia, que significan la asunción y el respeto absoluto a los principios de nuestro ordenamiento y la capacidad amplia de participación de todas las ideas. A nadie se le exige renunciar a sus ideas, pero a todos se les exige respetar los derechos fundamentales, los procedimientos y la palabra. La segunda característica tiene que ver con la convivencia en Euskadi, cuyo estatuto político, que es el Estatuto de Autonomía, y su futuro, sólo pueden pasar por el consenso de la pluralidad, nunca por el intento de imposición de un 51 por ciento frente a un 49, y en el marco de la Constitución. Eso quedó muy claro en el debate del desafortunado plan Ibarretxe, que fue un debate histórico porque no había habido uno de tanto calado desde el Estatuto de Guernica, y quedó aún más claro en las posteriores elecciones autonómicas. Vivimos juntos, decidimos juntos. Esa idea de convivencia, que es la única idea de futuro para Euskadi, tiene que ganar".  

La nueva transición que augura Zapatero y las lecciones irlandesas  

Llegados a este punto, el entrevistador le pregunta al presidente si tras estas afirmaciones, si se produjera la renuncia a la violencia de ETA estaríamos ante "una nueva transición que incluiría la incorporación al juego político institucional de una izquierda radical nacionalista que condenase la violencia y, simultáneamente, la negociación de un cambio de la actual situación jurídico-política del País Vasco", a lo que el presidente no deja lugar a dudas: "Lo primero es evidente. Los que están fuera de la ley sólo podrán volver a la ley respetando la ley, que es la Ley de Partidos y la ley en sentido amplio". Y es aquí donde entramos en el siguiente escenario que se adivina en la mente de Rodríguez Zapatero, la ley de partidos, Batasuna-ETA y los Comunistas de las Tierras Vascas.   Zapatero dice sin matices  que no se derogará la ley de partidos pero deja la puerta abierta a la legalización de Batasuna-ETA, tal y como dijera este sábado el Fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido. Se explica el presidente de la siguiente manera: "...los que están fuera, insisto, pueden volver si la cumplen y la respetan. Y eso supone, evidentemente, dejar atrás, condenar, apartar cualquier instrumento de acción política que tenga que ver o que esté cerca de cualquier manifestación de violencia. En segundo lugar, no debemos precipitarnos ni hablar de fórmulas jurídico-institucionales ni de cambios legislativos. Lo importante es que se asuma la idea de que ningún proyecto político en Euskadi puede imponerse desde un 51 por ciento. Pero no ya porque el Estado, en las Cortes Generales, lo frene o lo vote en contra, como pasó con el plan Ibarretxe, sino porque tiene que partir de la voluntad profunda de los actores políticos y de las mayorías o minorías que existan en Euskadi".  

La Ley de Partidos y la cerrada defensa de los sucesores de Batasuna-ETA  

Aunque habla de que no se derogará la Ley de Partidos sus invitaciones a Batasuna-ETA y la presencia del PCTV en el Parlamento vasco no hacen muy creíbles estas palabras y, tras leer la siguiente respuesta, no hay lugar a dudas. La Ley de partidos quedará derogada de facto, y sino lean la respuesta del presidente a la pregunta de Zarzalejos.  

Pregunta: –"¿Batasuna tendría entonces que hacer una reformulación de sus estatutos, con una declaración expresa de condena de la violencia como condición “sine qua non” para jugar en ese nuevo marco y ser interlocutor válido?"  

Respuesta –"Evidente. Tiene que cumplir la Ley de Partidos, en los términos que la Ley de Partidos establece, y es una ley muy clara. Por cierto, hoy quiero recordar que el tiempo ha dado la razón al Gobierno sobre el Partido Comunista de las Tierras Vascas, porque se dijo que el Gobierno dejaba que ETA estuviera en el Parlamento y era radicalmente incierto. Al día de hoy nadie puede invocar que la representación que tiene en el Parlamento de Euskadi haya dado motivos para incumplir o vulnerar la Ley de Partidos".  Y para finalizar Zapatero nos envía una nueva clave de su estrategia acerca de "la Política de Estado" que él solicita y del proceso que ahora se abre–antes ya la había y ahora la han cambiado–: "...Esto exige mucho tiempo, mucha maduración de las cosas, mucha persuasión en la confianza de lo que representa o puede representar un horizonte de paz. Y el Gobierno, pero especialmente el conjunto de las fuerzas políticas, todas, y subrayo todas, tenemos que estar pensando en un horizonte de tiempo amplio y, sobre todo, en una política de Estado. Hay quien ha dicho que los partidos que ante un proceso de paz piensan ante todo en las próximas elecciones no van a contribuir al proceso de paz. Es una frase bien conocida del proceso irlandés, y creo que acertada".

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TRAS NEGAR ZAPATERO QUE SEAN LOS SUCESORES DE ETA-BATASUNA
El PCTV exige al Gobierno que abandone la "práctica de guerra" de "ilegalizar sensibilidades políticas"

L D (Europa Press). Martes, 21.02.2006

Después de que Zapatero legitimara al PCTV afirmando que "el tiempo ha dado la razón al Gobierno" demostrando que no es el sucesor de ETA-Batasuna contra los informes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, esta formación ha exigido al Gobierno que "abandone esta práctica de guerra" de ilegalizar "sensibilidades políticas" y "eliminar la disidencia política". El PP ha presentado una iniciativa en la que propone que el Parlamento Vasco inste al Gobierno a solicitar la ilegalización del PCTV mientras que el Gobierno vasco ha pedido la derogación de la ley de partidos.

Según el PCTV, "cuando la inmensa mayoría de la sociedad vasca se esfuerza por tender puentes en donde hasta hace bien poco solo había incomunicación y conflicto, el PP sigue actuando irresponsablemente, intentando sabotear cualquier tentativa de resolución en términos democráticos".   Tras la entrevista del presidente del Gobierno en "ABC" enla que aseguraba que "el tiempo ha dado la razón al Gobierno" porque el hecho de no ilegalizar al PCTV era decir que "el Gobierno dejaba que ETA estuviera en el Parlamento y era radicalmente incierto", esta formación ha rechazado cualquier tipo de "proceso ilegalizador de sensibilidades políticas" y ha exigido al Estado español "que abandone esta práctica de guerra". "El proceso contra EHAK tiene su origen en la estrategia jurídico-política que puso en marcha el juez Garzón en tiempos de Aznar y que ha derivado en el macro-proceso 18/98, la ilegalización de Batasuna y otras muchas organizaciones políticas y el cierre de empresas y medios de comunicación", indicó en una nota.   Según manifestó, todo este proceso pretende "eliminar la disidencia política de izquierdas y abertzale, y a eso se le llama fascismo" y agregó que fueron las "consecuencias derivadas de este estado de excepción las que motivaron a PCTV a presentarse a las elecciones de 2005". Asimismo, recordó que el Parlamento vasco ha solicitado al Gobierno central que derogue la Ley de Partidos, por lo que este grupo abertzale considera que el PP se volverá a quedar "sin los apoyos suficientes para sacar adelante su iniciativa". "Nos encontraríamos --añadió-- ante una desesperada maniobra propagandística que nace ya rechazada por la inmensa mayoría de la sociedad vasca, en las urnas, en la calle y en las instituciones".

Tras considerar la petición de PP como una "nueva provocación de la derecha española", PCTV dice que se reafirma en su compromiso con el "incipiente proceso político que más temprano que tarde va a llevar a Euskal Herria a un nuevo escenario de Paz y Democracia".

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Batasuna y LAB advierten a Zapatero que deberá excarcelar a "todos los presos" de ETA si quiere negociar
CULPAN AL PP DE LA SENTENCIA DEL SUPREMO SOBRE PAROT

LIBERTAD DIGITAL . Miércoles, 22.02.2006

Un dirigente de la organización ilegalizada Batasuna-ETA ha vuelto a ser entrevistado en un medio público vasco. Esta vez ha sido Pernando Barrena, que en declaraciones a ETB, ha dicho que "todo el mundo sabe" que el destino de los presos de ETA es "volver a casa en un plazo razonable" en la medida en que sean capaces "de poner en marcha un proceso de paz y de soluciones". El sindicalista batasuno Rafael Díez Usabiaga –un "actor" importante para la paz, según Patxi López– ha reiterado que el PSOE "debe tener muy claro" que en una negociación con ETA deberá "liberar a los presos".

En la entrevista en ETB, recogida por Europa Press, Pernando Barrena declaró: "No creo que nadie pueda creer que en el contexto de un proceso de resolución, en el contexto de un proceso de paz, pueda haber presos políticos en el 2010 o en el 2020 y, si los hubiera, sería claramente porque finalmente no habríamos sido capaces de poner en marcha ese proceso de solución".  

El batasuno se refirió a la situación de los reclusos de la organización terrorista y a la decisión del Tribunal Supremo de admitir la petición de acumulación de penas solicitada por el dirigente de ETA Henri Parot, y de hacerle cumplir una condena completa de 30 años. Barrena afirmó que esta decisión hay que interpretarla dentro del "'tour de force' que el sector más ultraderechista de la judicatura está manteniendo con otras posiciones del Gobierno u otras que quieren poner en marcha un proceso de paz en este país". A su juicio, esas posturas se sitúan en las "coordenadas de políticas del PP".  

"Más allá de lecturas jurídicas, la lectura política nos demuestra que en estos momentos el Gobierno español no ha podido o no ha querido, de alguna manera, homogeneizar esa parte de los poderes del Estado que tan importantes son para poner un proceso de paz en marcha. En estos momentos, lo que se está jugando es si ese proceso se pone en marcha o no", añadió. En este sentido, aseguró que la aportación de "estos jueces" es colocar "una carga de profundidad para evitar esto en la medida de lo posible". No obstante, señaló que, entrar en debatir sobre cómo puede afectar esta decisión a un hipotético "proceso de paz", supone una "discusión un tanto peregrina en estos momentos".  

En la misma línea, el secretario general del sindicato batasuno LAB, Rafael Díez Usabiaga, manifestó que el PSOE "debe tener muy claro" que en una negociación con ETA deberá "liberar a los presos". Además, calificó de "torpedo muy grande" para el "proceso hacia la paz" la decisión del Supremo de obligar a los presos de ETA a cumplir de forma íntegra el máximo de 30 años de cárcel y dijo que también eso "es violencia". En una entrevista concedida a Euskadi Irratia, recogida por Europa Press, Díez Usabiaga dijo que, al parecer, el PP se ha impuesto a los socialistas en esta cuestión, y recordó que la polémica "ha surgido por la presión" de los populares. El líder de la central batasuna incluso afirmó que, en el proceso de paz de Irlanda, "todos los presos salieron a la calle en tres años".  

"En el desarrollo de ese proceso, el Gobierno de Gran Bretaña tomó sus decisiones y, en este caso, también pensamos que hay que tomar decisiones sobre los presos y la decisión adoptada ayer por el Supremo me parece que es como una especie de decisión-muro", aseguró. En esta línea, reprochó que la polémica surja sólo en torno a los reclusos de ETA porque, según dijo, "ahí están en la calle los presos del GAL, los presos del Batallón Vasco-español, los presos que perpetraron un golpe de Estado y, respecto a ésos, no hay ninguna polémica".