..............................La época inicial de la dictadura de Franco en España y su consolidación (1936-1956).....Historia Universal...Historia de España....INDEX
Isaac Revah fue uno de los judíos españoles de Salónica que se salvaron milagrosamente del Holocausto gracias al diplomático español Sebastián Romero Radigales
Ángel Sanz Briz salvó del exterminio nazi a más de 5.200 judíos.....Salvamento de 40.735 judíos por España en la Segunda Guerra Mundial

España salvó a 40.000 judíos en la época de Franco

Luis Antequera, 25 de junio de 2010: https://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=9517&mes=6&ano=2010

En el diario Libertad Digital del pasado 22 de junio de 2010, y sobre el tema que da título a este artículo, realiza el historiador Pío Moa la siguiente afirmación           

“El hecho, como todo el mundo debiera saber a estas alturas, es que la España franquista salvó por lo menos a unas 20.000 posibles víctimas del Holocausto, y aunque no sentía ninguna simpatía por la mayoría de los judíos, nunca llevó esa aversión a una política de exterminio ni de colaboración con el exterminio nacionalsocialista”.            

En dicho artículo, rebate Moa al historiador Martínez Reverte, el cual, afirma Moa, “ha vuelto a la carga con un artículo donde afirma que los franquistas elaboraron una lista de 6.000 judíos residentes en España con la presunta intención de entregárselos a Himmler para su exterminio”.             Como yo, evidentemente, no soy un experto sobre el comportamiento del Régimencon los judíos durante la terrible Shoah pero el tema me atrae, y mucho, he hecho lo que se ha de hacer al concurrir dos circunstancias tan interesantes, a saber, recabar información de quien sabe más que uno. Y la he encontrado, ya lo creo que sí, en dos libros, escritos ambos por autores en modo alguno sospechosos de complicidad o simpatía alguna ni para con la figura de Franco, ni menos aún para con su régimen, se lo aseguro.             El primero se titula Franco y el Holocausto y, editado por Marcial Pons, está escrito por el alemán Bernd Rother, miembro del centro Moses Mendelssohn de estudios judíos europeos de Potsdam e investigador en la Fundación Willy Brandt, en 2001. Pues bien, en su obra y sobre el tema que nos ocupa, puede leerse lo siguiente:             “Hagamos balance con España. Entre 20.000 y 35.000 judíos pudieron pasar la frontera española (legal o ilegalmente) como refugiados [...] En Francia, entre 1943 y 1944, España reconoció a unos 500 judíos como ciudadanos españoles [...] En Grecia vivían al comienzo de la guerra unos 700 judíos españoles. De éstos, 367 fueron repatriados [a España se entiende] En Hungría se protegió a unas 3.500 personas; ninguna de ellas era de nacionalidad española” (pág. 408)             Poco antes, en el mismo libro, había afirmado su autor que el famoso diplomático español Sanz Briz, declarado Justo entre las naciones por el Yad Vashem en reconocimiento a su papel en el rescate de judíos húngaros, “sostuvo en 1964 que Franco, después del derrocamiento de Horthy [el dictador húngaro filofascista derribado en 1944], le había encargado a través del Ministerio de Asuntos Exteriores salvar a tantos judíos como fuese posible” (pág 370).             Y también lo que sigue:             “A finales de diciembre de 1942, el rabino Maurice Perlzweig [a quien por cierto, en la pág. 395 define Rother como “liberal de izquierdas”] presidente del Comité Político del Congreso Mundial Judío (CMJ) y de su sección británica, se dirigió en Nueva York por primera vez a [el embajador español] Juan de Cárdenas [...] Después de un agradecimiento introductorio al Gobierno español por la entrada de miles de refugiados judíos, el CMJ solicitaba autorización para enviar paquetes de víveres de las comunidades de Sudamérica a los refugiados en España” (pág. 384).             En un debate en la Northwestern University Chicago transmitido por radio a todo Estados Unidos el 9 de mayo de 1943, dos años antes de que finalizara la Guerra Mundial, el mismo rabino declaraba sobre el auxilio franquista a los judíos:             “A pesar de que lo digo con renuencia [desconozco la versión original, pero me da la impresión de que habría sido más correcto traducir “con pena”], países como Suiza o España [...] en proporción a sus recursos y poblaciones, han hecho una gran labor, mejor que la de Gran Bretaña y los Estados Unidos” (pág. 385).

            El segundo libro que les propongo es un clásico del tema. Está escrito por el judío nacido en Viena 
Haim Avni, cuya aversión por el régimen es mayor aún, si cabe, que la de Rother. Se titula España, Franco y los judíos, está escrito en 1974 y ha sido editado en español por Altalena. Pues bien, en él se realizan afirmaciones como las siguientes:             “Se puede calcular que se salvaron pasando por España durante la primera mitad de la guerra unos 30.000 judíos” (pág. 89).
            Llamo la atención de mis lectores sobre el hecho de que este período de la guerra, su primera mitad, es aquél en el que todo apuntaba a que Alemania sería el vencedor de la contienda. Lo que señalo para todos aquéllos que pudieran sucumbir a la tentación de pensar que la política de salvamento judío del régimen fue una política oportunista realizada al final de la guerra, cuando todo aseguraba que Hitler la perdería.

            Señala también Avni:
             “El número de judíos salvados en España durante 1944 puede llegar a lo sumo a 1.500, y por tanto, entre el verano de 1942 y el otoño de 1944, el máximo será de 7.500”(pág. 123).             “El número total de judíos salvados como consecuencia de la protección española en Hungría, Bulgaria y Rumanía fue de unos 3.000. A esta cifra hay que añadir los 235 súbditos españoles de Atenas que se salvaron por medio de la protección que Sebastián Romero Radigales, en nombre de España, les proporcionó de manera desinteresada” (pág. 172).             Una suma que arroja un balance total de 40.735 judíos salvados por el régimen.             Por lo que se refiere a la actitud de Franco ante el Holocausto judío, determinados historiadores que hacen prevalecer su antipatía por el régimen sobre su autoestima como investigadores, lo han intentado todo: desde el impostado silencio, hasta, -lo más fino concebido hasta la fecha-, presentar la acción como producto del trabajo de unos diplomáticos lunáticos que actuaban al margen de un régimen que, a pesar de su despotismo y su omniubicuidad de la cual se muestran esos historiadores como sus más entusiásticos defensores, no se enteraba de lo que ocurría ni en sus fronteras ni en sus embajadas.

            La realidad, mucho me temo, está mejor relacionada con lo que afirma Pío Moa, y con él historiadores nada sospechosos de franquistas como Bernd Rother o Haim Avni, que con lo que muchos otros, entre los cuales Martínez Reverte, defienden al confundir, por un lado, los hechos históricos con los que a ellos les gustarían que hubieran ocurrido, y por otro, la Historia con sus mejores fantasías animadas.

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Luis Antequera, 13 10 2010: https://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=11450&mes=10&ano=2010

El Museo de la Shoa (Holocausto) de la ciudad de Buenos Aires, exhibe estos días una exposición titulada “Visados para la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto”, que el mismo Museo reseña de la siguiente manera:             “Esta exposición es promovida y organizada por Casa Sefarad-Israel y está dedicada a los diplomáticos españoles que durante la Segunda Guerra Mundial, y por propia iniciativa, ayudaron a los judíos perseguidos por el nazismo”.             He remitido al Dr. Mario Feferbaum, director del Museo la siguiente carta:             “Estimado Señor:             Veo que el siempre interesante Museo de la Shoa de Buenos Aires organiza una exposición que me resulta particularmente grata en mi condición de español, titulada “Visados para la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto”. Del mismo modo, constato que a modo de reseña de la misma, añaden Vds. el siguiente texto:             “Esta exposición es promovida y organizada por Casa Sefarad-Israel y está dedicada a los diplomáticos españoles que durante la Segunda Guerra Mundial, y por propia iniciativa, ayudaron a los judíos perseguidos por el nazismo”.             Permítame protestar por la frase totalmente inadecuada utilizada por Vds. al describir la exposición a la que me refiero, y es que la actividad realizada por los diplomáticos españoles, y sin que ello redunde en modo alguno en demérito de su valiente actitud reconocida por el Yad Vashem el cual ha otorgado la condición de Justo entre las Naciones a tres de ellos, no fue realizada por propia iniciativa.             En primer lugar, por muy acorde que esté con la historiografía actual y muy a favor que corran los vientos de lo políticamente correcto, es absurdo pensar que en el momento más duro de la vida de la Dictadura del General Franco que son precisamente los de la Segunda Guerra Mundial, al Dictador se le pudiera escapar la actividad de sus diplomáticos en algunas de las más importantes cancillerías españolas en suelo europeo, más aún cuando, como sin duda no ignora Vd., la acción del diplomático Sanz Briz,destinado en Budapest, consistió precisamente en alquilar un edificio entero en el que se refugiaron varios miles de judíos. Habría que ser un dictador muy laxo para que actividad tal hubiera pasado desapercibida a quien según tantos historiadores, no dejaba volar una mosca sin él enterarse.             Por si este argumento de perogrullo que debería bastar para zanjar el tema no fuera suficiente, el propio diplomático Sanz Briz reconoció en el año 1964 “que Franco, después del derrocamiento de Horthy [el dictador húngaro filofascista derribado en 1944], le había encargado a través del Ministerio de Asuntos Exteriores salvar a tantos judíos como fuese posible”. Afirmación que no realizo yo, sino uno de los autores de referencia por lo que al tema se refiere, Bernd Rother, miembro del centro Moses Mendelssohn de estudios judíos europeos de Potsdam, investigador en la Fundación Willy Brandt en 2001, y autor del libro Franco y el Holocausto, editado por Marcial Pons, en cuya página 370 hallará Vd. la reseña de la que le hablo.             Por cierto que el mismo autor, cuya antipatía por el Régimen no disimula en modo alguno, se hace eco de esta afirmación que traslado a Vd. realizada en su día por el rabino Maurice Perlzweig -a quien por cierto, define como “liberal de izquierdas” (cf. pág. 395 op.cit.)-, Presidente del Comité Político del Congreso Mundial Judío (CMJ) y de su sección británica, quien en un debate en la Northwestern University Chicago radiotransmitido a todo Estados Unidos el 9 de mayo de 1943, dos años antes de que finalizara la Guerra Mundial, declaró:             “A pesar de que lo digo con renuencia [desconozco la versión original, pero me da la impresión de que habría sido más correcto traducir “con pena”], países como Suiza o España [...] en proporción a sus recursos y poblaciones, han hecho una gran labor, mejor que la de Gran Bretaña y los Estados Unidos” (pág. 385).             Por otro lado, tampoco desconoce Vd. que la labor realizada por la Dictadura franquista en pro de los judíos perseguidos por el nazismo no se limitó a la desarrollada a través de sus legaciones internacionales, en las que se pudo salvar un número indeterminado de judíos nunca inferior a los siete mil, sino que se desplegó también en suelo patrio, adonde les fue permitida la entrada a través de la frontera de los Pirineos, instrumento mediante el cual, el número de judíos rescatados de una muerte segura fue muy superior al de los salvados en las chancillerías españolas. El cálculo más cicatero que conozco sobre el número de judíos salvados por este procedimiento lo proporciona el historiador judío Haim Avni, quien en una obra, España, Franco y los judíos, en la que su antipatía por el Régimen se manifiesta aún más patentemente que en el caso de Rother, reconoce sin embargo:             “Se puede calcular que se salvaron pasando por España durante la primera mitad de la guerra unos 30.000 judíos” (op.cit. pág. 89).             “El número de judíos salvados en España durante 1944 puede llegar a lo sumo a 1.500, y por tanto, entre el verano de 1942 y el otoño de 1944, el máximo será de 7.500”(pág. 123).             Cálculo que muchos historiadores elevan hasta los setenta mil y algunos más entusiastas hasta los cien mil.             Entre los rasgos que caracterizan al pueblo judío, destaca sobre los demás el de la gratitud, particularmente notable cuando de reconocer la labor de cuantos trabajaron en su defensa en los años difíciles de la Segunda Guerra Mundial se trata, labor fructífera en la que se afana, entre muchos otros, el ya citado Yad Vashem. Por todo lo cual, requiero a Vd. para suprimir en la reseña descriptiva de la exposición que organiza actualmente en Buenos Aires de una frase que es tan injusta como inductora de confusión.             El análisis de la labor y las realizaciones del Régimen franquista es, como sin duda Vd. no desconoce, altamente controvertido en España, y posiblemente aún haya de pasar mucho tiempo antes de que mis compatriotas y los historiadores españoles disfruten del sosiego a los que la tarea obliga. Pero dicho debate es un debate en el que el pueblo judío, entre cuyos defensores y amigos me encuentro, no debe desvirtuar con enfoques oportunistas y sectarios, porque lo que es el pueblo judío como tal, se halla, como espero haber demostrado a Vd. suficientemente, en deuda patente con la figura de Francisco Franco.            

Atentamente                                                                                                

Luis Antequera”            

No se trata de hacer una trasnochada defensa del Régimen, con el cual tengo nula vinculación, y desde luego, infinitamente menor que la de tantos de los prebostes del pesoísmo. Se trata de defender la verdad histórica, porque la historia es la que es, no la que nos gustaría que fuera.

https://www.religionenlibertad.com/angel-pulido-descubridor-los-sefardies-centroeuropeos-30720.htm

https://www.religionenlibertad.com/hoy-es-el-i-dia-internacional-del-ladino-o-sefardi-o-32613.htm

https://www.religionenlibertad.com/el-judio-leonard-cohen-le-canta-a-la-virgen-de-la-21808.htm

All summer long she touched me.  [Todo el verano me estuvo llamando.]She gathered in my soul  [Reunió en mi alma]from many a thorn, from many thickets  [de muchas espinas, de muchos matojos]her fingers, like a weaver´s  [sus dedos como los de una tejedora]quick and cool  [rápidos y amables.] And the light came from her body.  [Y emanó la luz de su cuerpo.]And the night went through her grace.  [Y la noche atravesó por su gracia.]All summer long she touched me  [Todo el verano me estuvo llamando]and I knew her, I knew her  [y la conocí, la conocí]face to face.  [cara a cara.]
And her dress was blue and silver,  
[Y su vestido era azul y plata,]and her words were few and small.  [y sus palabras fueron pocas y breves.]She is the vessel of the whole wide world  [Ella es el vaso del ancho mundo]Mistress, oh mistress,  [Señora, oh Señora,]of us all.  [de todos nosotros.] Dearly dead, Queen of Solitude,  [Tiernamente, Reina de la Soledad,]I thank you with my heart  [te agradezco de todo corazón]for keeping me so close to Thee, [por guardarme tan cerca de Ti,]while so many, oh so many,  [mientras tantos, ¡ay tantos!,]stood apart.  [se alejaban.] And the light came from her body,  [Y emanó la luz de su cuerpo,]and the night went through her grace.  [y la noche atravesó por su gracia.]All summer long she touched me.  [Todo el verano me estuvo llamando.]I knew her, I knew her  [La conocí, la conocí]face to face.  [cara a cara.]

 

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El 20 de noviembre de 1978, tres años después de la muerte de Franco, la comunidad de judíos sefardíes de Brooklyn organizó en la Gran Sinagoga de este barrio de Nueva York un "servicio especial" en su memoria.
(Fuente:
https://www.religionenlibertad.com/blog/69520875/Franco-y-los-judios.html ).