HISTORIA DE ESPAÑA
El bienio republicano-socialista" (1931-1933)
El bienio radical-cedista (1933-1935)

España ha estado a la cabeza de todos los demás países y ha sido campeona del progreso y de la libertad, dijo Chesterton ante el resultado de las elecciones de 1933

ReL 30 agosto 2011

G.K. Chesterton (1874-1936) alude al relativo silencio de la prensa inglesa con motivo del gesto airoso que significó el triunfo frente al sectarismo republicano en las elecciones del 19 de noviembre de 1933. ReL reproduce el artículo que el gran escritor inglés escribe, tomado de la revista Ave María.

«Permítaseme llamar la atención del mundo incrédulo hacia la existencia de un lugar llamado España... Se había conseguido una victoria honrosa de votos según todas las reglas liberales: completamente pacífica, enteramente voluntaria, sin la amenaza de una bayoneta ni la sombra de una dictadura militar; pero como el voto ha sido del lado de los católicos y la violencia -mucho mayor que la fascista- estuvo del lado de los no católicos, se ha hecho, naturalmente, necesario para la prensa liberal pasar por alto cualquier escándalo de un lado, aun cuando los del otro los publique a los cuatro vientos. Que éste es el valor de la palabra liberal.

»En resumidas cuentas, ocurrió que, por una razón o por otras, estos periódicos apenas lanzaron una palabra de condenación. Y aun en un caso, como digo, ni una palabra de ningún género. No obstante, estoy dispuesto a reconocer que. en parte, y en algunos casos totalmente, hay una explicación más benigna, que es sencillamente la extraña indiferencia e ignorancia que hay en lnglaterra entre los liberales, respecto a la importancia, y aun a la existencia, de este precioso rincón de Europa.

»No es una consecuencia satisfactoria de la antigua rivalidad marítima que se fomentó en torno a la Armada. Los españoles descubrieron América; pero los ingleses aún no han descubierto a España... Porque realmente nosotros siempre hemos estado en un asombroso error acerca de España.

»En muchísimos aspectos, España ha sido a través de la Historia lo opuesto a lo que muchos norteños suponen.

»España ha sido campeona del progreso y de la libertad. La misma institución del Parlamento, para la cual los liberales parlamentarios guardan todo su entusiasmo, no vino de Simón de Montfort o de la Carta Magna, sino de España. Y más importante aún es que, cuando el sistema feudal era casi uniforme en toda Europa, solamente España tenía una forma libre de feudalismo. Poseía un sistema que permitía al vasallo descontento de su señor pasar bajo el dominio de otro más humano.

»Sin detenerme en otras pruebas voy a resumir diciendo que la idea de que España fue siempre anticuada y reaccionaria es debida a un solo hecho que prueba exactamente lo contrario; a saber: la figura popular de Don Quijote. Debido a una confusión característica, se cree vagamente que España produjo el último hombre que creyó en los romances extravagantes de la Edad de Hierro. Lo cierto es que España produjo el primer hombre que se burló de ellos.

»En una palabra, España más bien ha estado a la cabeza de todos los demás países, como fue a la cabeza de todos a América. Y ello aun a pesar del gran infortunio que fue el origen de todas las tragedias que realmente sufrió: el hecho de haber renacido entre espadas y escudos del recio país mahometano que por muchos siglos parecía tan sólido como Arabia.

»De aquí surgió la Cruzada española que llenó toda la historia primera. Y de aquí provino su triste criatura la lnquisición española, que es lo único español de que los
ingleses han oído hablar. Que hayamos oído hablar de la Inquisición y no de las Cruzadas, no deja de ser curioso. Es exactamente lo mismo que si un español no hubiera oído hablar acerca de Nelson ni de las victorias inglesas en las costas de su propio país, ni de la gracia de los marineros ingleses, o de su amor al mar, pero que tuviera en cambio copiosas referencias del viejo Gato del Barco que acompañaba a los hombres en los días más negros de torturas.

»Cuando se toma la historia de España en conjunto, se percibe a través de ella un espíritu cuyo verdadero y único nombre es libertad. Innumerables viajeros lo han notado en el mismo carruaje y en los modales de cualquier campesino castellano. Quizá sea más notable en el Norte, donde los campos se van levantando hacia las montañas, hasta que encuentra su expresión suprema en la soledad extraña de los andorranos, donde se encumbra como sobre las alas del águila la solitaria república de los Pirineos.

»Pero siempre hubo diferencia de espíritu entre ciudades y colonias y cortes. Y como se ha observado, la literatura ha estado llena de humorismo, especialmente de esa especie de humorismo sutil en que el humorista se ríe de sí mismo. La gran novela es en sí una parodia de la novela. No era lo mismo el Enrique Quinto de Shakespeare, ni ocurría otro tanto con el caballero Theleme de Rabelais. Valga el recuerdo de este ambiente histórico para preparar a mis compatriotas a tomar en serio la siguiente proposición que en estos momentos España, apenas mencionada por los periódicos, es mejor que ningún otro país, el verdadero campo, el campo limpio de batalla entre las piezas espirituales de nuestro época.

»Mejor que Alemania, denunciada sólo por perseguir a los judíos; mejor que Rusia, a quien se la denuncia principalmente por asustar a los capitalistas; mejor aún que Francia o ltalia, España es el país donde podemos observar el retroceso de la ola tremenda y el retorno de Europa a la verdad».