Calentamiento global y cambio climático

Biocombustibles
Como señaló la FAO en un informe previo a la cumbre terminada el 5.06.2008 en un fracaso, se estima que el crecimiento previsto de la producción de biocombustibles en 2030, de no modificar las tendencias actuales, necesitará 35 millones de hectáreas de tierra, superficie que equivaldría a España y Francias juntas. (ABC. Viernes, 6 de junio de 2008).

La subida del precio de los alimentos por usarlos como biocombustibles agrava la pobreza de 100 millones de personas
Miembros del Comité de Desarrollo del FMI y del Banco Mundial dicen en abril de 2008 que usar los alimentos como combustible es un crimen contra la humanidad

DIARIO DE NAVARRA. AGENCIAS. Washington (Estados Unidos). Lunes, 14 de abril de 2008

El Banco Mundial y el FMI incluyeron en la agenda de los líderes del mundo la escalada de los precios de los alimentos durante su asamblea conjunta, que terminó hoy, lunes, 14 de abril de 2008, y estuvo también dominada por la crisis financiera y su impacto en la economía.

El encuentro semestral de los ministros de Economía de 185 naciones concluyó hoy con la misma llamada urgente de atención sobre la subida del valor de productos básicos como el trigo o el maíz.

En la rueda de prensa de cierre de las reuniones, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, alertó que la escalada de los precios -un 48 por ciento desde finales de 2006, según el Fondo Monetario Internacional (FMI)- "podría agravar la pobreza de 100 millones de personas".

A su lado, el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, aseguró que "lo que está en juego es la estabilidad política de muchos países".

Es algo que ha quedado patente en Haití, donde cayó el sábado el Gobierno del primer ministro, Jacques Edouard Alexis, censurado por el Senado tras unos disturbios por la carestía de los alimentos que han causado por lo menos cinco muertes.

El Banco Mundial anunció hoy, lunes, 14 de abril de 2008, que destinará 10 millones de dólares a programas alimenticios en la nación caribeña.

Aparte de la crisis inmediata en Haití, las reuniones en Washington sirvieron para resaltar el impacto mundial del alza de precios y su potencial para destruir los avances conseguidos en el combate contra la pobreza en los últimos años.

Zoellick abrió el encuentro con un pedido a los países participantes a que aporten 500 millones de dólares que necesita el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas para responder a la emergencia.

El jefe del Banco Mundial informó hoy que esa agencia ya ha recibido el compromiso por parte de los donantes de contribuir con la mitad de esa cantidad.

A medio plazo, la solución pasa por estimular la producción alimenticia, según el FMI y el Banco Mundial, que atribuyen gran parte del aumento de los precios al "boom" de los biocombustibles, los cuales han reducido los cultivos destinados al consumo humano.

Strauss-Kahn reveló que hoy en el Comité de Desarrollo, un órgano conjunto del FMI y el Banco Mundial, algunos ministros llegaron a decir que usar los alimentos como combustible "era un crimen contra la humanidad".

Los ánimos caldeados no hicieron que los países que dan más subsidios a los biocarburantes anunciaran medidas para paliar esos efectos.

El comunicado final del Comité expresó su preocupación por el alza de los alimentos, pero no hizo referencia al tema de los biocombustibles.

"Es irónico el hecho de que en la reunión estaban los países que más fomentan los biocarburantes", dijo Elizabeth Stuart, de la organización humanitaria Oxfam.

"Las metas de biocombustibles de Estados Unidos y la Unión Europea han llevado a este tipo de crisis", denunció.

Zoellick, quien fue el "número dos" del departamento de Estado de Estados Unidos, se permitió una crítica a su país de origen al destacar "la falta de coherencia de tener programas de subsidios, al tiempo que se mantienen aranceles".

Estados Unidos impone una tasa arancelaria a la importación de etanol de Brasil, que se obtiene mediante un proceso más eficiente que el que se elabora a partir del maíz en Iowa o Indiana, según Zoellick.

El otro tema principal de la asamblea fue la crisis financiera. El FMI augura que las cosas pueden ir a peor y esa visión pesimista le hizo reducir drásticamente las previsiones de crecimiento de la gran mayoría de los países desarrollados, que no ocultaron su malestar.

El organismo sugirió a la Reserva Federal estadounidense y al Banco Central Europeo (BCE) que bajen las tasas de interés, y también indicó que algunos países podrían expandir el gasto para estimular la economía.

La "tercera línea de defensa" serían intervenciones directas en bancos y en el mercado inmobiliario de Estados Unidos, que, a juicio del FMI, podrían ser necesarias para atajar la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión, según la ha descrito el organismo multilateral.

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Un pan con unas tortas (de biodiesel)

Por Jorge Alcalde

Libertad Digital. 22-08-2007

Se acerca el 2008 y con él llegará a los motores la última revolución "verde": la generalización de los biocombustibles. Si se cumple lo previsto en el Plan de Energías Renovables que el Gobierno gestó en 2005 (y no termina en el sonado fracaso que supuso el anterior), a partir del año que viene los coches españoles empezarán a incorporar biocombustibles (bioetanol y biodiesel en concreto) mezclados con sus carburantes habituales.

En 2008, casi el 2% del combustible que mueva cada vehículo será de los llamados ecológicos. Para el 2010, el objetivo es llegar hasta el 6%. El Plan del Gobierno asegura que se trata de una medida necesaria para reducir las emisiones de CO2, converger con los compromisos de Kioto y combatir el cambio climático.

Al bioetanol y el biodiesel se les conoce como los combustibles verdes y no son pocos los que auguran una nueva generación de medios de transporte más amigables con el entorno y el clima gracias a ellos. Sin embargo, estos carburantes verdes tienen una cara negra, y esta semana una noticia de la prestigiosa revista Science ha vuelto a sacarla a la luz.

Tres científicos de la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, han decidido poner a prueba la efectividad de estos combustibles en uno de sus usos propuestos: la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera.

Existen múltiples estrategias políticas y científicas que se pueden escoger para reducir estas emisiones y la elección no es ni mucho menos fácil. Aparte de los condicionantes técnicos, hay muchas variables sociológicas, económicas y comerciales que deben tenerse en cuenta. Los autores de este informe han decidido centrarse en las dos estrategias de recorte de emisiones que parecen más aplaudidas. El uso de biocombustibles a gran escala y el aumento de la masa boscosa para "secuestrar" carbono de la atmósfera.

La primera idea se basa en la obtención de carburantes como el etanol o el diesel a partir de la fermentación de cultivos como el maíz, la remolacha o el trigo. La segunda consiste en reforestar el planeta con el fin de que la masa biológica vegetal absorba grandes cantidades del CO2 que emite la actividad humana a la atmósfera.

Dado que el suelo es un bien escaso y valioso y que ambas estrategias exigen el uso de grandes extensiones (bien para el cultivo o bien para la reforestación), los autores del trabajo han decido evaluar la relación entre el coste en área cultivada y el efecto en CO2 reducido de los dos planteamientos estratégicos en un periodo de 30 años vista.

Con estas premisas, los datos obtenidos han sido apabullantes. Para conseguir que el 10% de los combustibles consumidos fuera ecológico, sería necesario utilizar el 38% de la tierra de cultivo en Europa y el 43% en Estados Unidos exclusivamente para la producción de "gasolina". Dado que este modesto objetivo del 10% no puede ser asumido con las existencias actuales de tierra de cultivo (imagínense emplear de más de un tercio del maíz, la remolacha o el trigo de un país para quemarlo en los motores de los coches), sería imprescindible deforestar grandes extensiones de bosque y convertirlas en fincas de producción de combustible.

El resultado sería, según este estudio, paradójicamente antiecológico. La supuesta reducción de CO2 obtenida por el aumento del uso de biocombustibles no compensaría el aumento de CO2 que se produciría por la pérdida de árboles. En concreto, la reforestación de un área determinada de terreno es capaz de absorber de dos a nueve veces más dióxido de carbono que las emisiones que se evitarían si ese mismo terreno se empleara en la producción de vegetales para su transformación en combustibles verdes.

En otras palabras, con la moda de lo bio podríamos estar haciendo un pan con unas tortas. Según el informe, "si el objetivo principal de las políticas de incentivo del biofuel es la mitigación de las emisiones de CO2, los políticos deberían saber que es más aconsejable a corto plazo dedicarse a aumentar la eficacia de los combustibles fósiles actuales y conservar y restaurar las extensiones existentes de bosque y pradera".

Para colmo, la política intensiva de fabricación de biocombustibles puede tener otros efectos perniciosos. Un informe reciente de la ONU alertó de que la fiebre de lo bio puede derivar en un aumento de la deforestación, la expulsión de pequeñas poblaciones de agricultores de sus tierras y la generación de hambrunas transitorias cuando los recursos de los cultivos hayan de utilizarse para alimentar a humanos y máquinas por igual. Como suele suceder con las grandes ideas de los ecologistas, los primeros afectados serán los países más pobres: mientras las grandes compañías energéticas afilan ya los mimbres de su próximo negocio (la gasolina amiga del medio ambiente) el difícil equilibrio entre la tierra y el hombre en las regiones más desfavorecidas tendrá una nueva fuente de desestabilización.

En nuestro mundo, las cosas no son tampoco nada halagüeñas. En el caso español, por ejemplo, habría que contabilizar los costes derivados de la dependencia energética. Según datos de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos, España tendría que importar tres cuartas partes de la materia prima necesaria para abastecernos de biodiesel y bioetanol. Por cierto, esta materia llegará a nuestro país por mar, en gigantescos barcos propulsados por fuel.

En definitiva: que en esto de defender al planeta de la pérfida huella del hombre uno no sabe a qué atenerse, porque no es oro verde todo lo que reluce.

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El alza de precios eleva en 75 millones de personas los desnutridos y llegan a 923 millones de personas en 2007
Pero en 1981, el 40% de la población mundial estaba en la pobreza absoluta, mientras que hoy este porcentaje se ha reducido a la mitad
1.100 millones viven hoy en condiciones de pobreza extrema, con menos de 0,79 euros al día

Biocombustibles
Como señaló la FAO en un informe previo a la cumbre terminada el 5.06.2008 en un fracaso, se estima que el crecimiento previsto de la producción de biocombustibles en 2030, de no modificar las tendencias actuales, necesitará 35 millones de hectáreas de tierra, superficie que equivaldría a España y Francias juntas. (ABC. Viernes, 6 de junio de 2008).

El precio del trigo en España se disparó un 51 por ciento en 2007
El del arroz casi un 30 por ciento entre septiembre de 2007 y marzo de 2008