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EL APELLIDO BASOCO EN VIZCAYA Y EN MÉXICO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus armas:

En campo de Oro, un árbol arrancado, de sinople y un jabalí de sable, andante, al pie del tronco; en jefe, una panela de gules y otra a cada lado de la copa. Bordura de Gules, con 8 aspas de oro.

Cimera: Una torre almenada de Gules, mazonada de plata y aclarada de oro, y en su homenaje un guerrero de frente, armado de azur, con una espada en la mano, en cuya hoja va ensartada una cabeza degollada de un jabalí de sable.

LEMA: "Basoko piztien sutsuevaori de basurde ederra”.

En la figura no aparece el lema y la cimera es otra, pero el blasón es el indicado.

I. Domingo Basoco, nacido hacia 1660 en el Valle de Gordejuela en Vizcaya, casó con Catalina Lanzagorta, de igual naturaleza. Fueron padres de:

II. Domingo Basoco Lanzagorta, nacido en dicho Valle de Gordejuela, casó con Catalina García de Rodaiega y Belasco, de igual naturaleza (hija de Bartolomé y Luisa). Fueron padres de:

III. Domingo Basoco Rodaiega, nacido el 22-I-1654 en San Esteban de Irazagorria, en el bizkaino Valle de Gordexola, (lugar que en adelante denominaremos simplemente como San Esteban), casó en igual lugar, el 17-IX-1674, con Estefanía Orrantia Lanzagorta Laiseca y Laiseca (nacida en San Esteban en 1654; hija de Esteban y María).

Domingo fue Regidor en 1687 y Mayordomo de la Vera Cruz en 1689. Testó en Gordejuela el 8-1-1713, ante José Beraza.

Domingo Basoco y Estefanía Orrantia fueron padres de:

1. Juan Basoco Orrantia.

2. Domingo Basoco Orrantia

3. Pedro Basoco Orrantia, que sigue la línea (IV).

4. María Basoco Orrantia

5. José Basoco Orrantia

IV. Pedro Basoco Orrantia, nacido en San Esteban el 28-X-1682, casó en igual lugar, el 4-VII-1701, con Luisa Laiseca Molinar. Vecino noble en 1703 y alistado con armas en 1689. Testó en Gordejuela el 16-7-1719, ante Domingo Ayerdi.

Pedro y Luisa fueron padres de:

V. Domingo Basoco Laiseca, bautizado en San Esteba el 28-V-1702, casó el 19-IV-1723, en San Juan del Molinar (parroquia matriz de la antes citada San Esteban de Irazagorria) del Valle de Gordejuela, con Francisca Castañiza Larrea (ver Castañiza, en Linajes).

Domingo fue Segundo Síndico en 1736, Alcalde en 1737 y 1743, Séptimo Alcalde en 1742 y 1743, y Síndico en 1732. Testó en Gordejuela el 24-1-1746, ante Francisco Urruticoechea.

Domingo y Francisca fueron padres de:

1. Antonio Basoco Castañiza Laiseca y Larrea, nacido en San Esteban el 17-X-1738. Pasó muy joven a Nueva España. Casó el 5-VIII-1772, en la Parroquia San Miguel de la ciudad de México, con su prima María Teresa Castañiza González de Agüero Larrea de La Puente.

Antonio Basoco fue Vicerrecaudador, comisionado y miembro mexicano activo de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. Caballero de la Real Orden de Carlos III por R. P. del 14-9-1789. Vecino distinguido de México. Alcalde, regidor y síndico del Ayuntamiento de la capital, y cónsul y prior del Consulado de México. Vizconde de Santa Catalina. En el bienio 1780-1781 dirigió la junta de la Cofradía de Aránzazu. Antonio Basoco había probado nobleza y vizcainía (lo que es más restrictivo) en Bilbao, en el año 1770, junto a su hermano Pedro y a su sobrino Vicente. En 1811 Fernando VII crea el título nobiliario de conde de Basoco para otorgárselo a don Antonio de Basoco y Castañiza -que para ese entonces tenía 73 años-.Título concedido el 7 de Febrero de 1811 (Real Despacho de l de mayo de 1811).

2. Pedro Basoco Castañiza, que sigue la línea (VI).

3. Francisco Basoco Castañiza

4. Isidro Basoco Castañiza

5. Juan Manuel Basoco Castañiza

6. Domingo Basoco Castañiza

VI. Pedro Basoco Castañiza, bautizado en San Esteban el 7-II-1727, casó en igual lugar, el 15-IX-1749, con Antonia Marcoleta Labarrieta. Fue Mayordomo de San Esteban de Gordejuela en 1753, y Regidor en 1756.

Fueron padres de:

VII. Vicente Basoco Marcoleta Castañiza Labarrieta, bautizado en San Esteban el 23-I-1752, casó en Bilbao, parroquia de los Santos Juanes, el 13-IX-1791, con Josefa de los Heros. Fueron padres de:

1. María Teresa Severina Rafaela Basoco de los Heros, bautizada en Bilbao, Parroquia Santiago, el 23.X-1792.

2. José María Basoco de los Heros, que sigue la línea (VIII).

VIII. José María Basoco de los Heros, que en México modificó sus apellidos añadiendo una ese al primero, pasando a ser José María Bassoco y Heras, vivió de 1795 a 1877. Nació en Madrid. Pasó a Méjico. Su tío abuelo Antonio de Basoco y Castañiza le dejó en herencia el título de conde de Bassoco y todas sus riquezas.

Fuentes:

Expedientes del Archivo de la Casa de Juntas de Guernica.

Archivos parroquiales de Vizcaya (en el Obispado).

Expedientes de R. O. de Carlos III.

SOLEDAD BASOCO HERNANDEZ
Allá por los años 40 del siglo XIX llegaron de Cataluña, España, Don José María Tort Vivó, médico militar, y su esposa Doña Francisca Rafols Carratalá para radicarse en la ciudad de Puebla, con sus hijos: José Francisco, Guadalupe y Dorotea Tort Rafols, próximo a nacer y por lo tanto poblano, Damián y posteriormente Eduardo.

El Dr. Tort Vivó era médico, graduado en la Universidad de Barcelona en 1841 y con estudios de farmacia en la de Montpellier, según me informa amabilísimamente (el 30.10.2005) la señora, doña Silvia Hernández Tort, tataranieta del Dr. Tort Vivó.

En la ciudad de México contrae nupcias Damián, hijo de dicho Dr. Tort Vivó, en 1867 con SOLEDAD BASOCO HERNANDEZ, ella de padre español de abolengo, Don Antonio Basoco, conde de Basoco, título concedido el 7 de Febrero de 1811 (Real Despacho lº de Mayo de 1811), con el Vizcondado previo de Santa Catalina, a Don Antonio Basoco y Castañiza, Caballero de la Orden de Carlos III, vecino de México. Alcalde, regidor y síndico del Ayuntamiento de la capital, y cónsul y prior del Consulado de México.

JOSÉ MARÍA DE BASSOCO Y HERAS, 2º CONDE DE BASOCO (1795-1877)

ACADÉMICO, DIRECTOR DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Adaptado de Salvador Cruz: Semblanzas de Académicos. Ediciones del Centenario de la Academia Mexicana. México, 1975, 313 pp.

José María de Bassoco, conde de Basoco (1795-1877), Director de la Academia Mexicana de la Lengua EspañolaNació en Madrid, España, el 9 de febrero de 1795. Pasó a México. Su nombre era José María Basoco de los Heros, en México modificó sus apellidos añadiendo una ese al primero, pasando a ser José María Bassoco y Heras. Su tío abuelo Antonio de Basoco y Castañiza le dejó en herencia en 1814 el título de conde de Basoco y todas sus riquezas.

Falleció en México, D.F., el 18 de noviembre de 1877.

Ingresó en la Academia Mexicana el 11 de septiembre de 1875 como numerario;

silla que ocupó: I (1º).

Cargo: Director de la Academia (1º): 1875-1877.

El primer director de la Academia Mexicana nació en Madrid el 9 de febrero de 1795, de familia oriunda de las Encartaciones del señorío de Vizcaya.

Después de realizar sus primeros estudios en la Villa y Corte, fue enviado al Seminario de Nobles de Vergara (Guipúzcoa), institución de enseñanza secundaria para gente de la alta sociedad creada por la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (los Caballeritos de Azcoitia). Ahí le sorprendió la invasión napoleónica de España, que si bien truncó sus esfuerzos de estudiante, dejó en él una firme afición a los libros.

Ante el evento, la familia decide enviarlo a Nueva España, al amparo de cercanos parientes. Y aquí hay que hacer notar que el apellido Bassoco -o más bien, Basoco- aparece en la ciudad de México desde el siglo XVII.

Pero, cuando José María arriba en 1810, el suelo mexicano afronta la violenta sacudida de la revolución independentista. Ya habían muerto los precursores Verdad y Talamantes; los partidarios de mantener la unidad con España se habían entronizado en el palacio virreinal, y el grito independentista de Hidalgo tropezaba con el resquemor criollo, porque Hidalgo era apoyado por los campesinos humildes, indios y mestizos. Por eso los criollos no apoyaron la revolución entonces y por eso fracasó. Sólo cristalizó la independencia cuando la dirigieron ellos, los criollos, en 1821.

De esta manera, quien salía desgarrado de su solar nativo por la guerra, llegaba al centro mismo de un movimiento social que se iba a prolongar una década.

Sin embargo, a pesar de lo cruento de la lucha -Monte de las Cruces, Acapulco, Puente de Calderón-, el gobierno trataba de mantener patente su autoridad. En 1811, Fernando VII crea tres títulos nobiliarios indianos en los condados de Basoco, Casa de Ágreda y Heras-Soto; el primero se le otorga a don Antonio de Basoco y Castañiza -que para ese entonces tenía 73 años-, tío carnal de José María Bassoco .

Por ese entonces el virrey Venegas se ve precisado a apercibirse contra los independentistas. Fue así como "formó dos cuerpos de caballería con los jóvenes de las mejores familias [criollas] residentes en México", según anota el cronista de la Academia, Alberto María Carreño. "Y era natural -añade- que el anciano conde de Bassoco incorporara en uno de aquellos cuerpos al joven, si acaso este mismo no pidió el alistamiento". Los criollos lucharon en esa primera fase de Hidalgo y Morelos contra los revolucionarios.

Debió ingresar como alférez -el grado y empleo menor de la carrera militar- pues en septiembre de 1812 era ascendido a teniente primero. Para esas fechas Morelos, héroe de Cuautla, ha roto el sitio de Huajuapan y desde Tehuacán organiza la toma de Orizaba y la ocupación de Oaxaca.

En 1814 muere el conde de Basoco -que había sido alcalde, regidor y síndico del Ayuntamiento de la capital, y cónsul y prior del Consulado de México-, con una justa fama de filántropo. De esta forma, José María Bassoco hereda cuantiosa fortuna y el título nobiliario.

Sin embargo, como precisa Carreño, "este acontecimiento que para otro joven de su edad hubiera podido servir de segura perdición, constituyó la razón fundamental que había de convertirlo en el hombre de letras que primero dirigió las labores de nuestra Academia". Y añade: "En efecto, formada una parte de la herencia por valiosas haciendas, aquel joven que no llegaba a los 20 años de edad, quiso consagrarse al estudio científico de la agricultura y acabó por ser de los verdaderos agricultores que México ha tenido".

En verdad, el joven heredero se cumplió autodidacto, con el diario comercio con los tratadistas de lenguas muertas, los clásicos latinos, los autores del Siglo de Oro y, para colmar la redondez, laborando en el cercado propio sobre los "problemas gramaticales de nuestra rica lengua".

Lo cierto es que, al mediar el siglo, Bassoco era asiduo concurrente a la tertulia literaria de don José Gómez de la Cortina, a la que asistían, entre otros, José Joaquín Pesado y el patriarca Andrés Quintana Roo.

Colaboró en la magna obra de Orozco y Berra, el Diccionario Universal de Historia y Geografía (1853-55), con la "Biografía necrológica de don Lucas Alamán". En 1857 publicó en la imprenta de Andrade y Escalante el folleto de 98 páginas titulado La Convención Española, como refutación al opúsculo del mismo nombre editado ese año por Manuel Payno; el trabajo de Bassoco se reimprimió en Valencia al año siguiente.

Dentro del periodismo fue colaborador de El Siglo XIX, El Heraldo y la Sociedad; en esta última publicación expuso "sus opiniones sobre los vocablos baldío, adeudar, deber, interceptación e intercepción", como enumera Carreño. Después, en La Iberia, consignó su estudio titulado Los usos del pronombre él en los casos oblicuos, que mereció ser recogido en las Memorias de la Academia Mexicana.

Don José María de Bassoco murió en la ciudad de México el 18 de noviembre de 1877.

Adaptado de Salvador Cruz: Semblanzas de Académicos. Ediciones del Centenario de la Academia Mexicana. México, 1975, 313 pp.