LA AUTORIDAD COMO SERVICIO Y EL SOMETIMIENTO COMO DISTORSIÓN
AUTORIDAD·PREPOTENCIA·SOMETIMIENTO·SUBYUGACIÓN·EXPLOTACIÓN·MANIQUEÍSMO·MACHISMO
Dios hace al padre más respetable que a la madre, dice Dios en el Antiguo Testamento.
Lo que significa que es por naturaleza por lo que la autoridad le corresponde al marido.
En los escritos de san Pablo se ve lo mismo. El varón es cabeza de su mujer, como Cristo lo es de su Iglesia. Mujeres obedeced a vuestros maridos. Maridos sed cariñosos con vuestras mujeres, no les mostréis amargura.
La Iglesia utiliza esta palabra de Dios en las bodas.
La autoridad es buena, es un servicio.
No es el sometimiento, que es un castigo. En el castigo que inflige Dios por el pecado original está el sometimiento de la mujer por el hombre.
También cuando los israelitas le exigen a Samuel un rey como los demás pueblos en vez de seguir siendo gobernados por Dios a través de los jueces y profetas, el profeta Samuel les dice que los reyes les oprimirán y les explotarán, usando a sus hijos como soldados y a sus hijas como criadas. Es lo mismo que les dice Jesús, cuando les explica la diferencia entre el sometimiento de la subyugación y la autoridad como un servicio de los superiores a los inferiores. Lo cual significa dos cosas, que el que tiene autoridad es superior y que por eso debe servir al inferior, que es lo que ocurre en el cielo y lo que Jesús enseña que debe ocurrir en el reino de Dios en la tierra, cuando les dice y nos dice, habéis oído que los reyes les tiranizan a sus súbditos, no así entre vosotros, el que quiera ser el superior que se haga servidor de los demás.
---------------
El 24 de marzo de 2006, durante el Consistorio, el Papa Benedicto XVI exhortó a los nuevos cardenales a cumplir con su nombramiento: "la total y generosa disponibilidad en el servir a los demás es el signo distintivo de la autoridad de la Iglesia".
Benedicto XVI recordó la definición de dicha autoridad tomando cita de san Gregorio Magno "Servus servorum Dei", siervo de los siervos de Dios. "Jesús explica a los doce apóstoles que su autoridad debe ser ejercitada de manera muy diferente a la de los "jefes de las naciones", tomando dicha forma el estilo del servicio: "Quien quiera ser grande entre vosotros que sea vuestro servidor".
--------------------
Es maniqueísmo, gnosticismo, decir que la autoridad es mala. Ahí está la raíz del rechazo del principio de autoridad por los sistemas surgidos de las revoluciones de la Edad Contemporánea. Es maniqueísmo, es gnosticismo lo que hay en el liberalismo y en lo que ha venido después. Esa actitud tan simpática de condenar las normas, las leyes, las obligatoriedades, los castigos, es maniqueísmo.
Es el liberalismo, el gnosticismo, el que al condenar la autoridad la equipara a la subyugación, al sometimiento, a la explotación. Es mucho más absolutista el estado liberal basado en la Soberanía Nacional, en la doctrina del Pueblo Soberano. Es la democracia liberal la que cumple la afirmación de Spinoza de que la democracia es el más absoluto de los sistemas. Y aún más absoluta es la versión socialista de la democracia liberal. Ellos son spinozianos.
La sustitución del liberalismo
que se imponía inicialmente mediante el terror jacobino o los
pronunciamientos, las guerras civiles y el falseamiento de las
elecciones, por los métodos "pacíficos" de la actual
democracia liberal,
y la renuncia al marxismo por los partidos socialistas
occidentales, que consistió en cambiar la imposición
totalitaria del socialismo por su implantación también mediante
la democracia liberal
es ejercer en realidad un poder mucho mayor que el de imponer la
obediencia mediante la fuerza externa, porque es conseguir la
adhesión mediante la interiorización. Conseguir que alguien
obedezca o se someta voluntariamente es tenerlo más dominado que
si lo hace por la fuerza. La seducción mediante el engaño, la
manipulación, la demagogia o el sistema educativo adoctrinador
son violaciones no menores, sino mayores de la libertad y de la
dignidad humana.
El tema de la coacción mediante la interiorización lo denuncia
ya en la Dives in misericordia Juan Pablo II en 1980: "El hombre tiene precisamente miedo de ser víctima
de una opresión que lo prive de la libertad interior,
de la posibilidad de manifestar exteriormente la verdad de la que
está convencido, de la fe que profesa, de la facultad de
obedecer a la voz de la conciencia que le indica la recta vía a
seguir. Los medios técnicos a disposición de la
civilización actual, ocultan... la posibilidad
de una subyugación «pacífica» de
los individuos, de los ambientes de vida, de
sociedades enteras y de naciones, que por cualquier motivo pueden
resultar incómodos a quienes disponen de medios suficientes y
están dispuestos a servirse de ellos sin escrúpulos" (Dives in misericordia, 11).
La clave está en que la libertad está unida a la verdad y al bien, a obrar conforme a la naturaleza humana. Conseguir que otro actúe en discordancia con la ley natural, con lo que es un comportamiento humano, es violar su dignidad, y si se consigue mediante la seducción o el sistema educativo es mayor violación de la libertad y de la dignidad y es ejercer más poder que si se consigue mediante la fuerza de la coacción externa. Aunque suele funcionar un trinomio de miedo + simpatía + interés. O a veces es un polinomio de miedo + simpatía + interés + ignorancia + chantaje...
Mientras que el objetivo de toda educación es que los hombres (varones y mujeres) y los pueblos obren bien y que sea voluntaria y libremente, por su propio convencimiento, consciente y bien informado.
También es maniqueísmo llamar machista a la proclamación del principio de que el varón es cabeza de la mujer. Es precisamente esta equiparación lo que convierte la autoridad en machismo, porque distorsiona la autoridad pervirtiéndola en sometimiento; cuando en realidad el varón es el servidor de la mujer, porque es cabeza de la mujer.