La Casa de Contratación de Sevilla (1503-1790) y el premercantilismo
La Casa de Contratación de Sevilla
fue creada por los Reyes Catolicos en 1503,
para administrar y controlar todo el tráfico con las Indias al
declararlas mercado reservado de Castilla. Nadie podía ir a
América ni fletar ninguna mercancía para las Indias sin pasar
por la Casa de Contratación de Sevilla; y toda mercancía
procedente de las Indias debía pasar por el control de esa
institución y pagar allí el impuesto del 20 % a la Corona. Pero
esto no pasó de premercantilismo.
También allí se formaba a los pilotos para los viajes a las
Indias bajo la autoridad del Piloto Mayor. Adenás, era
obligatorio entregar allí informes y "relaciones" que
sobre lo descubierto (lo explorado) para construir la
cartografía. Y también informes sobre el medio natural, las
etnias y los idiomas.
De modo que era un organismo científico, etnográfico,
geográfico, historiográfico y de enseñanza
náutica, además de centro de control del
comercio y de los nombramientos y un archivo.
En 1717, se traslada la Casa de Contratación a
Cádiz, porque el puerto de Sevilla, fluvial, iba quedando
impracticable por la sedimentación. Y en 1790,
fue suprimida la institución, porque ya se había liberalizado
el comercio con las Indias en 1778 debido a las ideas fisiocráticas
preliberales de los ilustrados. Quedará de ella
sólo el Trocadero en El Puerto de Santa María.
La inmensa e importantísima documentación recogida en la
Casa de Contratación con todos esos informes constituye hoy el Archivo
de Indias, que está en el edificio de la Casa Lonja de
Sevilla, construido en la época de Felipe II, entre 1585 y 1598,
sobre planos de Juan de Herrera.
El Archivo General de Indias fue creado en 1785. A él, se fueron
incorporando los fondos del Consejo de Indias, de la Casa de la
Contratación, de los Consulados y de las Secretarías de Estado
y del Despacho.
Hoy el Archivo General de Indias conserva más de 43.000 legajos,
instalados en ocho kilómetros lineales de estanterías, con unos
80 millones de páginas de documentos originales acerca de tres
siglos de historia de las Indias, es decir, América, desde
Tierra de Fuego hasta el sur de los Estados Unidos, además de
las Filipinas.
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La Casa de Contratación fue instalada inicialmente en las Atarazanas de Sevilla, pero ese lugar estaba expuesto a las riadas y era perjudicial para las mercancías, por lo que pronto fue trasladada al Alcázar Real, y allí quedó instalada en la sala de los Almirantes, hasta que fue trasladada a Cádiz en 1717. |
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En 1543 fue cuando se
creó en Sevilla el Consulado de mercaderes,
la Casa Lonja como la llamaban en los
antiguos documentos sevillanos, la Bolsa como la
denominan los viajeros de los siglos XVI-XVIII, o el
Consulado como se le llamará en el siglo XIX. El Consulado asumió una parte considerable de la jurisdicción civil sobre sus miembros, que antes ejercía la Casa de Contratación. Hasta esa fecha, los juicios y pleitos entre mercaderes se celebraban en la Casa de Contratación. Pero en 1543 consiguieron la creación de un Consulado como el de Burgos y como la Lonja de Valencia. El Archivo de Indias está hoy en el edificio de la Casa Lonja de Sevilla. |
Se podría considerar como premercantilismo, entre otras medidas de los Reyes
Católicos, la reserva del mercado de las Indias para Castilla
centralizado en la Casa
de Contratación
desde 1503.
Pero no habrá una política económica mercantilista de España
en las Indias, porque se permite e incluso se fomenta la
producción de manufacturas en aquellos países hispanos, aunque
hacen la competencia a las de la propia España, lo cual es
considerado con sorpresa y crítica por historiadores y
economistas extranjeros.
En las Indias se fomentó, al mismo nivel que en España, no
sólo el desarrollo económico, sino el cultural con la creación
de Universidades.
Una de las prácticas del
mercantilismo, inexistente en España, es el llamado
eufemísticamente "pacto colonial",
como el llevado a cabo por Inglaterra, consistente en que las
colonias son reducidas a producir exclusivamente materias primas
y a venderlas a la metrópoli, y ésta las elabora y las
transforma en productos manufacturados, y las exporta a sus
colonias sin competencia, porque el "pacto colonial"
empieza por prohibir la manufacturación en las colonias y, caso
de que exista, como pasaba en la India, suprimirla previamente.
Las colonias son mantenidas en el atraso económico, social y
cultural mediante el mercantilismo.
Las Leyes (Acts) de Navegación adoptadas por Inglaterra
entre 1651 y 1660 monopolizan el comercio de su imperio en favor
de la flota de su metrópoli y serán un poderosísimo medio de
conseguir la hegemonía naval y el dominio del mundo. Son medidas
típicamente mercantilistas.
Después Inglaterra, dueña del comercio y único país
industrializado hasta mediados del XIX propugnará el librecambismo para que los demás países bajen las
barreras aduaneras con las que protegen su producción de la
competencia de los productos industriales británicos con los que
no pueden competir, y buscará penetrar en el mercado
hispanoamericano y adueñarse de él.
La liberalización del comercio con América de 1778 y la
supresión de la Casa de Contratación en 1790 servirá muy bien
a sus propósitos.
Pero ellos siguen manteniendo el proteccionismo
de los productos que son más caros de producir en Inglaterra,
como el trigo, reservándose el mercado interno de su propio
país, mediante las Leyes del Trigo, y su hegemonía naval
mediante las Leyes de Navegación, hasta mediados del XIX. Hasta
1846 concretamente no se derogan las Leyes del Trigo y hasta
1849, las Leyes de Navegación.
EL MERCANTILISMO
Sistema económico intervencionista
(porque el Estado interviene en la economía) y proteccionista
(porque interviene, en particular, poniendo barreras aduaneras a
las importaciones para proteger la producción nacional de la
competencia de los productos extranjeros) con el objetivo de
aumentar el poder del Estado, y en particular las reservas de oro
y plata, desarrollado como un instrumento de la monarquía
absoluta sobre todo por el Intendente Colbert en la Francia de
Luis XIV (colbertismo) y continuado durante el
XVIII.
Los últimos ministros de Carlos II implantan ya algunas medidas
mercantilistas copiadas del colbertismo.
Los ministros de Felipe V, en su política de plena imitación
francesa, intensifican el proteccionismo mercantilista (prohíben
la importación de textiles para proteger la industria española,
crean Reales Fábricas para reducir las importaciones).
En la época de Carlos III, imitando la nueva corriente imperante
en Francia, la de la
fisiocracia de los ilustrados, se pasa a la política económica no
intervencionista y librecambista (de signo contrario al
proteccionismo):
En 1760, debido a las ideas fisiocráticas
preliberales de los ilustrados, se liberaliza la importación de textiles con la
consiguiente quiebra de empresas y despido de obreros.
En 1765, liberalizan el precio del trigo, suprimiendo la tasa o
precio máximo, en una época de gran escasez debido a las malas
cosechas de 1761 a 1765: la supresión de la tasa del trigo hizo
subir enormemente el precio del pan en aquellas circunstancias;
al año siguiente, 1766, estalló el Motín de Esquilache.
En 1778, liberalizan el comercio con América. El mismo año
liberalizan el comercio del aceite.